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Una de Fantasmas y de Espantos

El mes de octubre es el mes más esperado por niños y grandes. Todos alistando bromas y cuentos de terror, disfraces y preparando una de las mejores fiestas del año: Halloween.

En ciertas regiones del país, este mes se hace más fascinante pues es en octubre cuando las leyendas se hacen reales: los muertos levantándose de sus tumbas, fantasmas por los campos, brujas y un sinfín de mitos que hacen que este mes se llene de colores, diversión y mucho miedo.

Pues bien, diferentes regiones del país tienen sus leyendas de miedo que, durante estos oscuros días de octubre, recobran vida. Así lo son cuatro leyendas de diferentes partes del país, donde los campesinos, turistas y niños son las víctimas de estos monstruos que habitan en los rincones de la selva, los ríos y montes. Si bien estas leyendas son usadas en algunas regiones para fines turísticos, muchos de los habitantes creen que son más que sólo leyendas y le temen a la oscuridad de las noches, especialmente en este mes tan escalofriante. Además, estos personajes son tan representativos de algunas de las regiones que en las fiestas de octubre se hacen diferentes homenajes y evocaciones de ellos.

La Madremonte CREATIVE COMMONS/Juan Sebastián Echeverry
La Madremonte
CREATIVE COMMONS/Juan Sebastián Echeverry

La Madremonte

La primera leyenda es la de la Madremonte, la diosa de las selvas y los montes. Esta historia se extiende desde los Andes centrales y occidentales, Antioquia Grande y los valles del Magdalena y del Cauca. Según anécdotas y cuentos de los campesinos de las regiones mencionadas, la Madremonte se muestra como una mujer putrefacta y musgosa, de ojos brotados como candela, colmillos grandes y con una expresión de furia impresionante.

Va siempre vestida con chamizos, bejucos y hojas frescas, con lianas y musgos en su cabeza. Según los cuentos de la zona de Antioquia, se aparece como un ser mitad mujer, mitad monte; para los del Cauca aparece como una anciana vestida de hojas, ojos rojos y cara color ceniza.

Se dice que la Madremonte es agresiva y ataca cuando hay grandes tempestades o inundaciones que acaban con sembrados y cosechas.

En esas noches los campesinos dicen escuchar gritos infernales suyos que provienen de los campos. También hay quienes dicen que las tempestades e inundaciones se deben a que el agua de enturbia cuando la Madremonte se baña en el nacimiento de las quebradas.

Las víctimas de la Madremonte son los aserradores, cazadores, pescadores y leñadores. Se dice que los leñadores han escuchado los gemidos y gritos enfurecidos de la Madremonte cuando talan árboles; persigue a vagabundos y esposos infieles también. Se cuenta que varios han desaparecido por días y cuando regresan, dicen que fueron desorientados por la Madremonte y que ella los hace perder del camino.

La Patasola CREATIVE COMMONS Juan Sebastián Echeverry
La Patasola
CREATIVE COMMONS
Juan Sebastián Echeverry

La Patasola

Otra historia, tal vez un poco más conocida para los colombianos es la Patasola. Esta historia viene de las cumbres de las cordilleras y de Antioquia. La Patasola es un ser mítico metamórfico, que cambia dependiendo las circunstancias. Es la gran defensora de los animales montaraces y logra desorientar a quienes los persiguen a ellos o incluso quienes tratan de perseguirla a ella. Hay dos formas conocidas bajo las cuales ha hecho sus apariciones, una es como una mujer de ojos locos y desorbitados, colmillos felinos, brazos largos y muslos unidos en una sola pata que termina en una pezuña de bovino, o como una mujer hermosa que engaña a los hombres y los va llevando hasta la espesura de la selva para desorientarlos.

Primero, atrae a los hombres y niños con lamentos, que parecieran que una mujer estuviese perdida en el bosque, luego cuando la encuentran se convierte en una fiera que se lanza encima de quienes la hayan encontrado y los tortura con sus agudos colmillos.

Lo que hace más famosa a la Patasola en estas fechas es que es  una deidad vampiresa, a la que le fascina la sangre de los niños a quienes además, le encanta asustar cuando cae el sol.

Se dice que las madres deben ser muy cuidadosas con sus hijos, pues la Patasola entra en las casas y roba los niños, chupa su sangre y los deja abandonados en el monte. Persigue también a los cazadores, madereros y mineros; despista a los perros de caza con su pezuña dejando huellas al revés.

La Patasola era una mujer muy hermosa y muy libertina, pero perversa y bastante cruel. Se dice que le había sido infiel a su marido más de una vez, razón por la cual su marido le cortó la pierna con un hacha y la arrojó al fuego en una hoguera. La mujer murió por la mutilación, sin embargo su alma fue condenada a vagar por las montañas gritando en busca de consuelo.

La llorona CREATIVE COMMONS/J-Zegarra
La llorona
CREATIVE COMMONS/J-Zegarra

La Llorona

Otra de las historias, y tal vez la más conocida no sólo en Colombia sino en varios países latinoamericanos, es la de la famosa Llorona.

Países como México, Argentina, Costa Rica, El Salvador y Venezuela han hecho diferentes adaptaciones de esta historia en televisión, cine y libros; para la época de Halloween, ella es una de las protagonistas de varias fiestas populares en diversas ciudades de estos países y se le hace gran homenaje en las mismas.

La Llorona es una mujer con rostro huesudo de calavera, ojos rojos y aspecto bastante sucio. Es caracterizada por llevar un niño muerto entre sus brazos, aunque hay quienes dicen que no lleva a su hijo sino que lo está buscando. La Llorona se distingue por sus gritos profundos y macabros, y su llanto desgarrador.

Pues bien, se trata del espíritu de una mujer que mató a su hijo recién nacido, lo dejó cerca a un riachuelo y la corriente se lo llevó. Es por eso que fue castigada y condenada a vivir llorando y lamentándose por su crimen.

Los más crédulos de esta leyenda están Pasto. Allí, se dice que es una mujer que parece un demonio, que sale a llorar en las noches de luna llena y se dice también, que el 31 de octubre, la Llorona camina por los cementerios con una vela en la mano buscando a su hijo, sin embargo quien la mire a los ojos, queda atrapado por ella y es torturado con sus gritos desgarradores.

La Tunda

Por último, tenemos a la famosa Tunda en la región de la Costa Pacífica y el Chocó. Se dice que la Tunda fue una mujer nacida como fruto del adulterio del diablo con una bella mujer negra de la cual se enamoró en una noche de currulao. Este espanto, tiene una característica muy particular, pues tiene un pie humano y otro que es en forma de molinillo. Cuando alguien la enfrenta, ésta esconde su pata de molinillo y la única forma de alejarla es encontrándola.

La Tunda también se presenta de diferente manera dependiendo de la situación, en la mayoría de las ocasiones se le presenta a los niños solitarios en la forma de sus mamás o de parientes cercanos. Se dice que una persona que es llamada por la Tunda por su nombre está “entundada” y la única forma de salir de ese estado es con oraciones y conjuros, según cuentan los chocoanos.

Esta leyenda se hizo muy famosa hace un par de décadas después de que un niño apareció en un reinado popular en la Plaza de Quibdó, llorando buscando a su mamá porque había visto a una señora parecida a ella que había venido a buscarlo y asustarlo.

La respuesta de muchas personas fue que esa extraña señora era la Tunda y, desde entonces, se le hacen homenajes en diferentes partes de la región pacífica colombiana. También hubo un par de veces que personas de la región habían escuchado o visto unos turistas que desaparecieron a las orillas del mar cuando caminaban por la playa de Bocagrande, cuando supuestamente aparecieron, al parecer estaban “entundados”, hecho que ayudo a fortalecer la leyenda.

Estas son tan sólo unas pocas leyendas que se encuentran en los rincones de nuestro país, sin embargo no sólo en Colombia, sino en América Latina, las leyendas son infinitas y son usadas en muchas ciudades como tema en fiestas populares, disfraces alucinantes e incluso entre ellos para hacerse bromas de vez en cuando, así que porque no seguir este ejemplo este año y revivir estas leyendas.

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