“LAVANDO DINERO EN ARGENTINA”

La polémica pasa las fronteras argentinas ya que en dicha acusación se afirma que “Cerca de los 60 millones de euros en cuestión habrían pasado por Uruguay con destino a paraísos fiscales”
Entendiendo que el lavado de dinero (también conocido como lavado de capitales, lavado de activos, blanqueo de capitales o legitimación de capitales) es una operación que consiste en hacer que los fondos o activos obtenidos a través de actividades ilícitas aparezcan como el fruto de actividades lícitas y circulen sin problema en el sistema financiero.
En otras palabras, es un delito que consiste en hacer parecer que se obtuvo honradamente un dinero que en realidad se obtuvo ilegalmente; al delito de haber cometido actividades ilícitas se suma dicho engaño denominado lavado de dinero. Sin olvidar que el mismo fenómeno tiene un marcado carácter internacional. Sobrepasa las fronteras nacionales de los Estados e implica su desarrollo en otros, con los cambios de soberanía y jurisdicción que conlleva. Lo que se denomina «globalización de las actividades de blanqueo de capitales». Aquí encontramos el punto de partida de este culebrón internacional.
Los rumores de lavado de dinero y transferencias a bancos en paraísos fiscales han rondado a los Kirchner desde el 2008, un año después de que Néstor terminó su periodo presidencial y su esposa Cristina asumió el poder. Sin embargo, las acusaciones nunca fueron probadas. Ahora las sospechas reviven gracias a las declaraciones de empresarios y antiguos colaboradores del kirchnerismo. Primero fueron un par de operadores financieros quienes acusaron, el pasado 14 de abril en el programa “Domingo para todos” –del grupo Clarín conducido por el periodista Jorge Lanata- , al empresario Lázaro Báez, uno de los hombres más cercanos a Néstor Kirchner desde su época como gobernador de la provincia Santa Cruz (1991-2003), de lavar cientos de millones de dólares.
Varios diputados de la oposición denunciaron el caso, el fiscal federal Guillermo Marijuán imputó y pidió investigar a Báez en una causa abierta por presunto lavado de dinero por unos 20 millones de pesos (3,8 millones de dólares). Las acusaciones contra Báez se vieron reforzadas, cuando Miriam Quiroga, la exsecretaria de Néstor Kirchner, apareció en el mismo programa. Quiroga fue despedida de su cargo por Cristina, meses después del fallecimiento de su esposo en el 2010. La exfuncionaria, que en el 2011 confesó que había mantenido una relación amorosa con el difunto presidente, reapareció para dar testimonio sobre la forma como Báez era el adjudicatario de “las obras, contratos, prácticamente todo en la provincia”.
No es la única denuncia existente sobre lavado de dinero en la Argentina, el grupo “Grupo Clarín” o también conocido como “ANTI-K” fue acusado de poseer once sociedades anónimas constituidas en Panamá con dinero no declarado en el país. La historia de las empresas offshoreen paraísos fiscales parece no tener fin, lo cual genero la apertura de una investigación judicial. La operatoria de creación de estas once sociedades de Clarín en Panamá no difiere demasiado de las maniobras más comunes de intento de lavado de activos, algunas de las cuales se investigan en el otro caso resonante de la actualidad, investigación que recayó en el empresario patagónico Lázaro Báez.
La polémica pasa las fronteras argentinas ya que en dicha acusación se afirma que “Cerca de los 60 millones de euros en cuestión habrían pasado por Uruguay con destino a paraísos fiscales”; a su vez se investiga la complicidad de Jordi Pujol Ferrusola, el hijo mayor del presidente de la Generalitat catalana entre 1981 a 2003, que habría movido más de 32 millones de euros en sospechadas operaciones bancarias en 13 países, entre ellos la Argentina, de acuerdo con la información de la Agencia Tributaria (AEAT) de España recogida por el juez que investiga un caso de corrupción, colaborando con los movimientos ilícitos de capitales en el país latinoamericano.
La denuncia dio que hablar, ya que son muchos los supuestos implicados: Diputados uruguayos del oficialismo y la oposición desestimaron denuncias periodísticas argentinas sobre lavado de dinero por parte de una organización presuntamente vinculada al fallecido presidente de ese país Néstor Kirchner. Para Mujica estas acusaciones las atribuye a la “interna política argentina, donde se tiran con todo y en donde es fácil tirar para el costado”. La senadora y Primera Dama uruguaya, Lucía Topolansky afirmó que la denuncia de Lanata es “una infamia”. “Descalificaron a Elisa Carrió llamándola denunciadora compulsiva, a Lanata que es empleado de la corpo pero nadie del gobierno presenta pruebas demostrando que las terribles denuncias que ellos realizaron son falsas” sustentó un comerciante escandalizado por las repercusiones.
Por su parte Cristina Fernández se ha cuidado mucho de emitir opinión alguna sobre las denuncias del periodista, “el que calla otorga” afirmo una ama de casa indignada por las denuncias; el Senador argentino Aníbal Fernández sostuvo que “lo planteado en Canal 13 me parece una estupidez, habrá mucha gente que lo cree, para mi es una estupidez. Que se hagan las investigaciones que haya que hacer y si va apareciendo algo lo reconoceré, sino lo hay me quedaré en mis puntos que son los que yo siento. Las denuncias van a caer en saco roto”. Báez argumento «dado que mi honestidad, mi conducta empresaria y mis afectos han sido puestos en duda, vengo a ponerme a disposición de esta jurisdicción y poder así brindar las explicaciones que fueran menester». El Grupo Clarín dio a conocer en un comunicado en el que calificó de «ridículas y maliciosas» las acusaciones lanzadas por el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, en medio de la presentación del megablanqueo de capitales para atraer dólares.
Es conocida la Guerra entre el gobierno y el grupo Clarín, la misma proviene desde el 2008 y en este momento se encuentran en un vale todo. Los mayores afectados son la población del país que se encuentran en el medio de un “tire y afloje” para ver quién se queda con un porcentaje más grande de “la torta”, mientras tanto el lavado de dinero tiene un efecto corrosivo en la economía, el gobierno y el bienestar social del país. Esta práctica distorsiona las decisiones comerciales, aumenta el riesgo de la quiebra bancaria, quita al gobierno el control de la política económica, daña la reputación del país y expone a su pueblo al tráfico de drogas, el contrabando y otras actividades delictivas.
“A mí no me sorprende, el dinero se lava. Lo veo más como luchas de poder, digamos, de construcciones de realidades” argumento una estudiante universitaria de sociología. “Es innegable que un grupo de inescrupulosos, con la impunidad asegurada, están saqueando el país, quitándole trabajo al desocupado y el futuro de todos” explico un profesor de Historia Política Argentina en plena clase.
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