Su profesión como docente empezó a sus 21 años de edad, este fue el enganche y ha sido uno de los elementos más importantes en su profesión como Comunicador Social y Periodista. Siempre le pasan acontecimientos divertidos en clase, ya que la manera como se relaciona con sus estudiantes es orgánica y fresca, frecuentemente se entretiene y se complementa con agradables charlas con sus alumnos lo hace de manera natural, como si conversara con sus amigos más íntimos. Lo que más le gusta de su profesión como docente es que puede generar dinámicas de comunicación controladas que las desarrolla desde múltiples áreas de su profesión, a su vez puede conectar a la sociedad con la realidad y a sus públicos con la verdad. Una realidad que se despliega de manera objetiva y presupuesto se puede persuadir o disuadir.

Lo que siente cuando enseña es felicidad, al igual que la música, para él generan este sentimiento profundo y tiene la posibilidad de impactar a sus estudiantes a través de ellos en la sociedad, generando un espacio de diálogo, fraternidad, aprendizaje y conocimiento, pero sobre todo un ambiente para divertirse. Para Mantilla enseñar es algo que sin duda lo apasiona y complace, siempre recuerda a la mayoría de estudiantes, con mucho aprecio y cariño.

Hoy en día Iván vive con su novia Juliana Pérdomo y el hijo de ella Luca, ella es Psicóloga, maestra en arte terapia, ilustradora y escritora de libros infantiles; y como si no faltara los acompaña su mascota Menta una perrita de raza Jack Russell Terrier. Iván Mantilla es un hombre sencillo, carismático e irradia luz. Le apasiona la música especialmente el género de Rock and Roll. Uno de sus Hobbies es cantar y raspar la guitarra como acostumbra a llamarlo. Un ejemplo a seguir como profesional, en un proceso de continua transformación como es nuestra profesión, pero sin dejar de ser, ese ser humano que siente, vive, llora, en un mágico y constante cambio, que permite irradiar esa vitalidad conocimiento y verdadera entrega en lo que nos ha aportado como comunicadores y periodistas en formación, dejando huellas imborrables de conocimiento y sobretodo de sentimientos que unen este hilo conductor invisible que permite que a través de estos escenarios podamos profundizar aún más, en conocer y estrechar estos lazos, que determinan este camino y este paso por nuestra facultad.