“Ser adicto es estar muerto en vida”

“Primero uno se imagina las cosas y luego la mente se concentra en eso, el mundo no existe, no hay ruido, no hay nada… y uno se vuelve compulsivo, necesita hacerlo, ¡no aguanta!”…esas fueron las palabras de un adicto sexual a quien llamaremos Oliver.
Al ser adicto sexual existe una ingobernabilidad sobre la vida, no hay control de lo que se hace o se piensa y ese es el efecto del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que es una patología que existe dentro del cerebro del ser humano, y que está relacionada con la dopamina y los circuitos dopaminérgicos; ubicados en el Núcleo Accumbens o llamado “centro de placer”. Llamado también Trastorno Bipolar (TABP), esta patología, como ya lo mencionamos, está concentrada en la dopamina, que es la que hace que los seres humanos nos acercarnos a lo que nos produce placer y huyamos de lo que nos aburre; así lo explica David Alberto Campos Vargas, Neuropsiquiatra, Neuropsicologo y Miembro de la Junta Directiva Asociación Colombiana de Psiquiatría.
Los adictos al sexo dicen que las soluciones son “placeres instantáneos” como orgasmos para que puedan controlar la compulsividad sexual. “Es que estar mirando los genitales del sexo opuesto y tenerlos en la mente desnudos, y antes de tocarlos o sentirlos físicamente, uno ya se imagine la sensación del clímax, ¡es grave!… y lo peor es que muchos creen que ese síntoma es normal”
En Colombia no hay centros de rehabilitación especializados en el tema, solamente se tienen vinculados como programas dentro de las adicciones que conocemos: drogas, alcohol, juego, etc. Sin embargo Oliver nos contó sobre un grupo llamado S.A., Sexólicos Anónimos, un grupo clandestino que se presta apoyo entre sí y que a través de actividades como el yoga, el reiki, pensamiento confusionista, el yang y el budismo, pueden conservar su energía potencial del vientre y transformarla en energía espiritual.
“Somos personas que nos apoyamos entre sí, porque no estamos de acuerdo en que alguien que no padece lo mismo, y que no ha sentido lo mismo, venga a curarnos. Es decir, sí un enfermos de cáncer le habla a otro en su misma condición, se van a entender, de lo contrario no”. Así ven los integrantes de este grupo la cura para sus trastornos.
En otros países del mundo la adicción a la pornografía sí se está convirtiendo en un problema y por eso hay muchas fundaciones o centros dedicados y especializados a tratar estos trastornos. Ya que desde esta perspectiva de la adicción al sexo y después a la pornografía, se genera otro índice de violencia que comprobada ha sido la causante de muchos crímenes en Estados Unidos, como lo veremos más adelante.
¿Qué es la adicción al sexo?
La adicción al sexo puede tomar diferentes formas, desde el uso de la pornografía, voyerismo, hasta el asedio, violación e incluso asesinato. Las muchas formas de adicción sexual tienen una cosa en común, el comportamiento se lleva a cabo en secreto y el adicto al sexo se vuelve hábil en esconder esta vida de aquellos cercanos a él.
Explica el doctor Campos que lo normal es la sexualidad humana que está presente desde la infancia y lo anormal es cualquier tipo de adicción, es decir cuando esa vivencia le produce placer al paciente, disminuye su angustia y estimula las áreas cerebrales. Donde además se convierte en una actividad estereotipada, compulsiva y recurrente, que interfiere en el desempeño académico-laboral-social, obstaculizando e impidiendo su realización personal y poniendo en peligro su vida. Medicamente se han descrito factores determinantes de riesgo para la adicción: un sistema nervioso «vulnerable», naturalmente hiperexcitable; personalidades ansiosas o pasivo-dependientes, rasgos de introversión marcados, acceso a la sustancia o vivencia adictiva.
La pornografía insensibiliza
Se es primero adicto sexual y luego adicto a la pornografía que es otra parte de esta patología y que está enfocada en la literatura e imágenes pornográficas. Es definida como el sentimiento obsceno, decadente que estimula sexualmente; “en ella el sujeto busca acceder a contenidos pornográficos, y siente ansiedad y desazón, e incluso se torna disfórico o irritable, si no accede a ellos (lo mismo sucede para todas las sustancias y vivencias potencialmente adictivas)”.
El efecto de la pornografía en el ser humano es que cambia la condición natural de las cosas y entonces la mujer pasa a ser un objeto, que necesita, además, elementos externos que puedan satisfacer los pensamientos atrofiados de la persona. En este caso hay individuos que utilizan objetos para introducirlos dentro del cuerpo ó les satisface las segregaciones fisiológicas como materia fecal, vómitos o la “lluvia dorada” en el acto sexual. Éstas pensadas como recursos posibles para la excitación en el coito, en un adicto a la pornografía exageran las condiciones y son vistos con un aire de superioridad, de lo malvado, lo asqueroso, y por ello frente a esto y al dolor, estos pacientes sienten placer.
La industria de material pornográfico que es realmente el gestor de este trastorno se vigila permanentemente pero sigue latente porque es un gran negocio.
La pornografía insensibiliza lo dicen Dolf Zillman, Ed Donnerstein y Neil Malamuth psicólogos que han estudiado el impacto pornográfico en la violencia sexual. Al ver estos materiales, violentos o no, coactivos o no, aumenta experimentalmente la conducta agresiva del hombre contra la mujer y disminuye la sensibilidad hacia la situación deplorable de las víctimas. La pornografía se comporta como una droga, necesita ser cada vez más fuerte para mantener su nivel anterior de excitación sexual o superarlo.
A un hombre no se le puede llamar ninfómano
No podemos satanizar lo normal pues todos los seres humanos hemos tenido fantasías sexuales, la diferencia está en tener los síntomas que nombrábamos anteriormente. Y para aclararle a la gente que suele generalizar con el término “ninfómano”, en hombres y en mujeres, los psiquiatras describen el aumento patológico de la líbido tanto en hombres como en mujeres, de esta forma: en los hombres satirismo (de «sátiro»), en las mujeres «ninfomanía» (de «ninfa») es decir que sólo a las mujeres se les puede llamar ninfómanas.
Los más silenciosos
Haciendo esta investigación fue evidente que los creadores de centros de rehabilitación más comunes son los cristianos, y los testimonios que más arrojó la internet fueron hallados en seminaristas y ex sacerdotes… se habla mucho a nivel mundial de los abusos sexuales de sacerdotes a niños y no es un secreto que esto sucede, ni tampoco que se hallan materiales pornográficos dentro de sus habitaciones. Estas evidencias las arrojaron muchas páginas de internet y testimonios encontrados allí. A mi manera de ver, no juzgo a nadie, pero no comulgo con la doble cara y creo que esta patología como todas, es como la muerte: no mira a quién; y aún así, considero que guardarla en secreto y más en un entorno religioso es un mortal engaño.
En Colombia no está visto que la adicción a la pornografía sea una patología como tal, y aunque hay programas de tratamiento a la adicción sexual pues se quedan atrás frente a los procedimientos que se llevan en otros países. La industria de material pornográfico que es realmente el gestor de este trastorno se vigila permanentemente pero sigue latente porque es un gran negocio.
Prácticas de la pornografía
Este trastorno se puede clasificar como la música, en dura como el hardcore o en suave, como la música clásica. La primera se refiere a la actividad sexual con animales y grupos, por ejemplo, y la segunda en imágenes y desnudos. Hay muchos fenómenos que intervienen en este trastorno y que provoca en algunas ocasiones, resultados mortales:
– Sadomasoquismo
– Switchs
– Masoquismo
– Algolagnia
El adicto sexual no divulga su enfermedad, una de las razones es porque no la considera una patología, prefiere estar en secreto y por eso las primeras víctimas son sus parejas. Éstas son obligadas a hacer prácticas diferentes que resultan ser violentas y deprimentes, además que no son pactadas, sino forzadas. Muchos exigen a sus parejas lo que ellos han visto, y al no tener una respuesta satisfactoria deciden pagar para que lo que hagan, y contratan los servicios de personas acostumbradas a lidiar con estas perversiones y extravagancias. Esto genera como lo dije anteriormente, y lo comprueba la investigación el aumento en el índice de criminalidad: en Estados Unidos cerca de 2 millones de pederastas y violadores, son los que más crímenes, con muertes sádicas, cometen.
Además las relaciones interpersonales también se ven afectadas, ya que estos pacientes son de pensamientos diferentes, fríos y violentos. Entonces son distantes en el trabajo y cosifican a sus amigos y entorno. Para tratar esta enfermedad es menester el tratamiento psicoterapéutico en primera instancia, ojala visto con la profundidad psicológica, y no con carácter moralista, ni imponencias “éticas” que en vez de tratar el problema de fondo, generan traumas.
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