¿SE PARECEN VENEZUELA Y ARGENTINA?

La realidad es que existen diferencias entre el modelo argentino y venezolano, aunque analizando las políticas realizadas en los últimos meses en Argentina, sus tendencias apuntan a que se parezcan cada vez más.
Vivan las diferencias, ¿y las similitudes?
Venezuela es un buen ejemplo para anticipar lo que luego puede ocurrir en la Argentina. Las restricciones y regulaciones en el mercado cambiario, la administración de precios y la política comercial vinculada a la contención de la inflación, sobresalen en el juego de comparaciones y similitudes.
Ambos países estrecharon sus lazos políticos y comerciales en la última década, de la mano de los gobiernos de Néstor Kirchner y Hugo Chávez, en un primer momento, y luego con CFK y Nicolás Maduro. Ahora, esa simbiosis alcanzó también a los dos modelos económicos, acuciados por la devaluación de sus monedas, por una rampante inflación y por la omnipresencia del Estado en todos los niveles de la actividad productiva.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) puso en pie de igualdad la situación económica de la Argentina con la de Venezuela y advirtió que durante 2013 se produjeron desequilibrios que están afectando la confianza y la producción, con referencias a la inflación y a la devaluación.
La revista británica The Economist comparó en su último número las dos naciones y sostuvo que “se acabó la fiesta” debido a los desequilibrios macroeconómicos. A pesar de que Caracas se sustenta exclusivamente en sus regalías petroleras y la Argentina tiene una canasta exportadora más diversificada –agropecuaria e industrial–, las similitudes son numerosas.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner busca controlar la inflación con el programa Precios Cuidados. Por su parte, Maduro lanzó el plan Precios Justos, para evitar la especulación empresarial y poner a raya la inflación. La embestida de las dos fuerzas políticas tuvo como destinatario el sector privado, con acusaciones por desabastecimiento y escraches* a los gerentes de supermercados y comercios de electrodomésticos.
Venezuela es el líder mundial, con el 56% de inflación anual en 2013. En la Argentina, según las mediciones de las consultoras privadas difundidas por el Congreso, hubo 28% de aumento en el costo de vida el año pasado.
Chávez fue el precursor en la materia. En 2003, aplicó el control de cambios, para combatir la fuga de capitales. Siete años después, impulsó la Ley de Ilícitos Cambiarios, para llevar a la cárcel a los responsables del mercado paralelo, donde el dólar es trece veces más caro (81 bolívares) que en el oficial.
En tanto, CFK, que niega la existencia del cepo, impuso por los mismos motivos la restricción cambiaria, tras vencer en las elecciones presidenciales de 2011 con el 54% de los votos.
El gobierno de Maduro anunció en enero que el dólar pasaba de 6,30 bolívares –la tasa oficial para los exportadores e importadores– a 11,36 bolívares para los turistas, lo que implicó una devaluación de más del 80%. En tanto, en enero la cotización de la divisa norteamericana para el ahorro creció en la Argentina 18%, ubicándose alrededor de los ocho pesos.
La estatización y la “malvinización” de la política exterior acercan el modelo argentino al venezolano, al igual que la creciente personalización del poder y el rol de la familia del líder político en la misma.
Aunque Maduro y Cristina acumulan grandes cuotas de poder, las muertes de Hugo Chávez y Néstor Kirchner dejaron un pronunciado vacío en el chavismo y el kirchnerismo. Los dos líderes, de gran influencia social y política, gobernaron con un estilo verticalista durante años de bonanza económica.
En las últimas elecciones presidenciales, los dos oficialismos volvieron a demostrar tener el favor de las mayorías. Sin embargo, ambas sociedades están profundamente divididas políticamente.
¿Dónde están las diferencias que debilitan la comparación entre ambos países?
En la Argentina el marco institucional es mucho más sólido, la estructura político-partidaria es bien distinta y la estructura productiva es infinitamente más compleja y diversificada. Los derechos humanos juegan un rol importante en la agenda política del gobierno argentino y ello no sucede con el venezolano; las Fuerzas Armadas son un pilar del régimen de Chávez y no lo son del modelo kirchnerista.
De hecho, hasta la presencia del estado en la economía es significativamente diferente. Venezuela ha avanzado durante los últimos años en diversas expropiaciones (cerca de 1200), por lo que una parte del aparato productivo pasó a manos del estado. En la Argentina, en cambio, se avanzó apenas con expropiaciones parciales, como la de YPF y de algunos servicios públicos privatizados, pero la estructura productiva es básicamente privada.
En Argentina el grupo de medios más grande del país, Clarín, junto a los diarios La Nación y Perfil, tienen una política editorial crítica al kirchnerismo. El contrapeso lo ofrece el diario Página 12, con un acceso que no tienen otros medios privados a fuentes oficiales.
En Venezuela, en cambio, el espectro de medios varió considerablemente. Hace 10 años había cuatro canales de televisión privados de línea crítica al gobierno, mientras que hoy en día sólo queda uno.
En Venezuela el gobierno de Chávez impulsó varias modificaciones constitucionales -aprovechando en el período legislativo anterior que tenía prácticamente la totalidad de los escaños- para llevar adelante una reforma que permitiese la reelección indefinida a la presidencia.
En Argentina, Fernández de Kirchner no puede aspirar a un nuevo período ya que el marco legal actual no lo permite. Y aunque se susurre en el ámbito político local de una reforma que sí lo permitiese, por ahora todo permanece en el marco de las especulaciones. Las próximas presidenciales en Venezuela serán en 2019, mientras que la Argentina acudirá a las urnas el año que viene.
La realidad es que existen diferencias entre el modelo argentino y venezolano, aunque analizando las políticas realizadas en los últimos meses en Argentina, sus tendencias apuntan a que se parezcan cada vez más.
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*El ‘escrache’ nació en Argentina. Su significado sería parecido al término escarnio, o poner en evidencia, según recogen varios diccionarios de lunfardo. El argot de los primeros inmigrantes italianos llegados a Argentina. El diccionario de la RAE no contempla el término ‘escrache’, pero sí recoge escrachar, que tiene dos acepciones: romper, destruir, aplastar, y fotografiar a una persona.
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