20 AÑOS DEL GENOCIDIO DE RUANDA

En Ruanda, un pequeño país más hacia el sur que hacia el centro de África, el 6 de abril de 1994 se desató una de las matanzas más grandes de la historia. Alrededor de un millón de personas fueron asesinadas en 100 días a la vista de todo el mundo, sin que ninguna organización internacional, a parte de los cascos azules de la ONU, interviniera.
Hoy, la calma reina y aunque se ha restablecido el orden y Ruanda es un ejemplo de crecimiento económico y social en África, la situación es tensa y pocos hechos se han aclarado de aquella época.
Ese día el presidente Hutu, Juvenal Habyarmana, con más de 20 años en el poder, murió cuando un proyectil impactó el avión en el que iba. La ira se apoderó de los más radicales Hutus, desencadenando la muerte de 1 de cada 7 habitantes del país, la mayoría de la tribu adversaria, los Tutsis.
El conflicto comenzó en el siglo XV, cuando la tribu Tutsi invadió el territorio Hutu (lo que hoy es Ruanda y Burundi), pero solo fue hasta su independencia de Bélgica, en 1962, que las matanzas comenzaron a ser una relevante forma de lucha entre las tribus enemigas.
Human Right Watch, reporta que entre 1965 y 1991 murieron alrededor de medio millón de Hutus, la mayoría en matanzas realizadas por Tutsis. Pero en abril del 94 los papeles se invirtieron y fueron los hutus los que salieron con machetes, garrotes y armas, asesinando al 75% de la población Tutsi.
El poder se restableció cuando la guerrilla Tutsi, el Frente Patriótico Ruandés tomó el poder, a la cabeza de Pasteur Bizimunge, un hutu moderado que dejó el mando en el 2000, dando paso a Paul Kagame, quien en 14 años de gobierno, ha aumentado la esperanza de vida, ha bajado las tasas de desnutrición y pobreza y ha garantizado la educación y la seguridad social.
Pero no todo ha sido bueno. Si bien ha hecho de Ruanda uno de los países más prósperos de África, ha reprimido a la disidencia y a los medios de comunicación, muchas veces denominándolos ‘divisionistas’ o seguidores de la ‘ideología genocida’, lo que lo pone hoy en el puesto 162 de los 180 que entran en el Informe Anual de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras. “Recientemente ha habido desafortunados precedentes bajo el régimen del presidente Kagame. Periodistas y opositores al gobierno han desaparecido misteriosamente y, más tarde, se han encontrado sus cuerpos y sus coches”, informó Clea Kahn-Sriber, periodista de la org en África.
En cuanto a las condenas, el Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas ha juzgado a 70 responsables de la masacre, pero cerca de 20.000 personas que fueron acusadas en Ruanda, quedaron en libertad debido al hacinamiento carcelario, mientras que las Gacaca (tribunales comunales) han mostrado “una serie de graves deficiencias en su trabajo, incluyendo corrupción e irregularidades procesales”, informa Human Right, que además advierte de impunidad con los Tutsi que durante el genocidio, tuvieron que ver con el asesinato de cerca de 100.000 hutus y aun no han sido identificados ni judicializados.
Hoy, mientras se conmemora la fecha, el presidente Kagame es acusado por un Tribunal Internacional, por su posible participación en el asesinato del mandatario Habyarmana, en 1994, mientras las tenciones étnicas se mantienen con el asesinato de líderes opositores, como el de Patrick Karegeya en enero, y de la población civil que sigue apareciendo muerta.
20 años trajeron a Ruanda estabilidad, progreso económico y social. Pero los temas de reconciliación hacen temer a los organismos a la defensa de los Derechos Humanos, ‘un amordazamiento sistemático a la oposición’, afirma Jaime Vásquez de La Nación, mientras que Ban Ki Moon, acepta que la comunidad internacional pudo haber hecho mucho más y pide que casos como este en el mundo no vuelvan a pasar “nunca más”.
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