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La cercanía con el terrorismo

Uno de los elementos importantes para que un hecho sea noticioso es la proximidad, es decir, para los colombianos es más importante una noticia relacionada con nuestros vecinos suramericanos que lo que suceda en Tailandia, Bután o la misma Conchinchina.

Sin embargo, otro elemento noticiable es la identificación con el hecho; cualquier aspecto que sea importante en nuestro país y se dé en otro rincón del mundo, inmediatamente es importante en el desarrollo de la Agenda, un ejemplo: el terrorismo.

De este modo, lo sucedido el pasado 13 de noviembre en París tuvo un impacto a gran escala en todo el país. Muchos se manifestaron en redes sociales, usaron twitter para apoyar su lucha contra el terrorismo, incluso, pusieron la bandera francesa en sus fotos de perfiles en Facebook. Este fue el hecho que generó en ciertas personas inconformidad, lo que conlleva a analizar desde varias perspectivas todo lo que gira en torno a este hecho.

Por un lado, está lo que se mencionó anteriormente en relación con la cercanía del atentado y cómo nos repercute en nuestro entorno. No solo la cercanía, también el hecho que nosotros somos Occidente, históricamente atado al aspecto geopolítico, al parecer, aún dominado por el eurocentrismo. La cabeza, el líder de Occidente, se llama Estados Unidos, sí; pero nuestra alma aún pertenece a Europa y de esta manera, es todavía más impactante lo sucedido en Occidente que en Oriente.

Occidente y Oriente, Oriente y Occidente; dos conceptos que van ligados a la idea del bien y del mal, de buenos y malos, de fieles e infieles, de Dios y del diablo, de lo civilizado y de lo incivilizado, de la razón y de lo espiritual, del orden y del terrorismo. La pregunta que se hace cada uno de los bandos es: ¿quién es quién?, y ahí caemos en el error de catalogarlos como uno o como otros. Tanto Oriente como Occidente ha tenido aspectos culturales que han aportado a la Humanidad, como aspectos tenebrosos que hacen dudar en el Ser Humano.

Alguien dijo que la Historia la escriben los vencedores; sabemos de las hazañas de los griegos sobre los persas de acuerdo a sus escritos. Los griegos eran los buenos (Occidente), los persas eran los malos (Oriente). Los cruzados eran los buenos porque, a pesar de que la violencia no es un concepto ligado a lo bueno, iban a luchar en nombre de Dios al igual que los musulmanes; sin embargo, éstos últimos eran considerados infieles porque según la Historia torturaban a los cristianos en nombre de Alá. Dos similitudes erróneas. Entonces, ¿cuál es la diferencia? Que la Historia se justifique.

Por otro lado, están los países de Oriente como Siria, Líbano, Sri Lanza, Yemen, entre otros, que conviven con el terror a cada instante, pero que no nos toca tanto como el civilizado pueblo francés, y prueba de ello es que en ningún momento vimos a Facebook tener la opción de cambiar nuestra foto de perfil y poner la bandera de estos países inmersos en una guerra quizás injusta.

Otro aspecto a tener en cuenta en el análisis de este panorama, está relacionado con la globalización. El mundo está cada vez más hiperconectado y es casi imposible no estar preocupado con lo que pasa más allá de nuestras fronteras. De este modo, cabe perfectamente el proverbio chino que indica que “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”, no solo en un ambiente económico o climático, también en un aspecto meramente emocional.

Ya nuestro vecino no es el venezolano, panameño, o incluso europeo; es sirio, afgano, incluso japonés. Ya no existen fronteras en esta órbita digital y por eso nos debe importar lo que sucede en el mundo en general. Las injusticias no tienen distinción y Facebook como red social global, debió haber dado la opción de apoyar cualquiera de las causas mundiales.

Al igual que no podemos percibir el perfume de alguien que está cerca de nosotros después de un largo tiempo, llevamos tanto tiempo cerca del terrorismo que no percibimos su olor. Muchos de nosotros se han vuelto insensibles a nuestro terrorismo, pero expresan su apoyo y solidaridad con el de otros. Hay que abandonar ya el #JeSuis por el #YoSoy.

Es curioso ver cómo tantos colombianos pusieron la famosa bandera en las fotos de sus perfiles en son de protesta por una masacre nefasta y sin justificación, tal como viene ocurriendo en este país; pero muy pocos han hecho o solicitado a la red social, incluir nuestra tricolor para apoyar a las víctimas del terrorismo en Colombia. Somos un conglomerado que le gusta lo esnob y como si fuera una cuestión de moda, casi de inmediato, muchos de los nuestros expresaron su inconformidad con los actos vandálicos, olvidando que aún este país se desgarra.

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