¿Crónica de una muerte anunciada?

El martes 13 de enero del 2015 el fiscal Alberto Nisman presentó una denuncia contra varios integrantes del gobierno nacional de línea oficialista por un supuesto encubrimiento en la causa AMIA (Asociación Mutual Israelita en la Argentina). Cinco días más tarde el fiscal muere en su departamento, el arma del crimen era prestada y particularmente ese día no se encontraba presente su custodia personal.
¿Nac&Pop – nacional y popular- ?
Las encuestas demuestran que del “caso Nisman” posee 90% de conocimiento de la sociedad argentina. Se convirtió en un caso mediático conmocionante, donde prima la racionalidad de la gente sobre el hecho, tomándolo como una novela donde aparece un conflicto de poder con un entramado de culpables incluyendo al gobierno nacional que pone en duda a los valores básicos de la democracia.
¿Se suicidó, lo asesinaron?
Hay muchas dudas sobre la muerte del fiscal, lo cierto es que hubo muchas irregularidades en los primeros operativos forenses y judiciales siendo estos cruciales para poder determinar lo que aconteció esa noche en el departamento de la Torre Le Parc de Puerto Madero.
Sensacionalismo, violencia y cercanía son las piezas claves de esta causa judicial que la fiscal Fein capitulo como “muerte dudosa”. Aquí expongo unos detalles de color:
La primicia de la noticia la dio el periodista Damián Pachter por su cuenta de Twitter, actualmente se encuentra fuera del país ya que teme por su seguridad.
La presidenta Cristina Fernández publicó dos cartas abiertas por sus cuentas oficiales de diferentes redes sociales dando entender en la primera de ellas que la muerte del fiscal se trataba de un suicidio y en la segunda hace referencia al “derrumbe” de los argumentos de la denuncia en su contra.
El 18 de febrero se realizó la marcha del 18F en diferentes ciudades del país y del mundo. La misma fue silenciosa y su objetivo era conmemoran un mes del fallecimiento del fiscal, junto con un pedido de justicia y de esclarecimiento de la situación.
El Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich y el secretario general de la presidencia, Anibal Fernandez, fueron los voceros oficialistas encargados de desacreditar públicamente la labor del fallecido.
La ex esposa del fiscal y jueza, Sandra Arroyo Salgado, afirmo que su ex no se suicidó y presento pruebas científicas realizadas por peritos privados que no coinciden con las de los peritos oficiales.
El dueño del arma homicida, Diego Lagomarsino, afirmo que su relación con Nisman era simplemente laboral ya que este trabaja en una secretaría del poder judicial en el área de sistemas. Actualmente se descubrió una cuenta en un banco de los Estados Unidos que ambos compartían, por la cual Lagomarsino testificó que depositaba la mitad de su sueldo para el fiscal.
Jorge Stiusso, ex director de operaciones de la SIDE – Secretaría de Inteligencia del Estado Argentino- colaboró con el fiscal brindándole diferentes escuchas telefónicas que forman parte de las pruebas que sustentan la denuncia contra el gobierno. Actualmente se encuentra imputado por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. La Ex SIDE fue desmantelada y reformada por la norma 17126 aprobada en la Cámara de Diputados.
¿Qué pasa ahora?
La última novedad es la desestimación de la denuncia realizada por Nisman, esta decisión nos deja a todos los argentinos sin la posibilidad de investigación sobre la presunta responsabilidad del gobierno nacional en el encubrimiento del atentado a la AMIA realizado en 1994 en Buenos Aires. Por su parte el fiscal Germán Moldes apeló el fallo de la Sala I de la Cámara Federal Porteña pidiendo que se eleve la denuncia a la Cámara de Casación, siendo este un recurso extraordinario que tiene como objetivo anular la sentencia ya realizada.
No seamos ilusos, este hecho influyó y va a influir en las próximas elecciones presidenciales que se realizarán en el mes de octubre- en las cuales la actual presidenta no puede volver a postularse- ; por lo cual no existieron acciones medidas, priman las exageraciones en esta causa judicial.
A partir de la denuncia del 13 de enero todos los implicados salieron a la cancha con los “botines de punta”, empezaron a rodar “cabezas” y reputaciones, se generaron causas paralelas, se desarmaron organismos de seguridad nacional. Lo lamentable de todo es que se pierde el foco, el meollo del asunto y se siguen robando respuestas. El pueblo pide Verdad y Justicia.
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