ALTUSUncategorized

EGIPTO, TRANSICIÓN INCONCLUSA A LA DEMOCRACIA

Misteriosa. Así es la tierra de las esfinges. En su ancho mar de arena y sus cuerpos triangulares se esconden los susurros de hombres nuevos, entre ellos voces muertas y otras que como el ave fénix resurgieron de las cenizas.

Fue así que el verano árido desapareció. El desierto olió la primavera, y el verde oliva de las mañanas comenzó a dibujar el fin del silencio. Sin embargo, las vendas rojas seguían -siguen- cubriendo el brillo de aquellas flores blancas nacientes.

2011: El país despierta
Apenas habían pasado las primeras semanas del año en la cúspide de las primeras civilizaciones. Hombres y mujeres se aglutinaban en la Plaza Tharir, al mismo ritmo del oleaje de las banderas. El llamado a la democracia los levantó de la tumba.

Influenciados por el pensamiento occidental – traído de los medios- y las nuevas herramientas de comunicación digital (redes sociales), millones de ciudadanos egipcios exigían el derrocamiento de Mubarak, la cabeza del país árabe durante tres décadas. Este fue el inicio de un primer ciclo que tuvo su punto álgido el 10 de febrero del mismo año, fecha en la que se cumplió el deseo del pueblo.

Este hecho histórico, que se sumaba a otros como el de Irán y Túnez, surgía de una revolución de las nuevas tecnologías. Blogueros y cibernautas invitaban a marchas y congregaciones en diferentes puntos del país (Un ejemplo de activismo fue el de Tamarod).

Esto hizo que se consolidara una sociedad civil firme opositora de la política tradicional egipcia, de la autocracia árabe que por años ha sostenido los poderes estatales basándose en las leyes islámicas.

2012: Los primeros pasos de una utopía
Pasados meses de la revuelta, el pueblo egipcio se preparaba para votar. El 30 de junio de 2012, los medios trasmitían las consideradas primeras elecciones democráticas del país. Sin embargo, este era el comienzo de otro nuevo ciclo, uno que un año más tarde desataría una ola de protestas que acabaría con la vida de un lugar mitológico, y de quienes lo habitan.

Los comicios arrojaron un resultado que ponía a la cabeza a Mohamed Mursi. El islámico líder político le había ganado la contienda al primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafik.

Para noviembre del mismo año, el Estado presentó una nueva redacción de la Constitución de Egipto, y asimismo instó al pueblo a participar en el referendo que se realizaría en diciembre. No obstante, la incertidumbre ya comenzaba a sentirse en los sectores más vulnerables de la nación. Según críticos del gobierno de Mursi, la Carta Magna favorecía a los altos mandos. Además, porque visiblemente esta continuaba sometida a la sharia.

Sin embargo, el resultado de la consulta popular mostraba la aprobación del pueblo a las nuevas y modificadas leyes.

2013: El legado de Mursi
Sexto mes del año: Opositores del presidente elevaron sus críticas a las calles. La opinión pública empezó a tomarse las plazas de El Cairo y las principales ciudades del país. Incluso, el Ejército manifestó su apoyo a los movimientos sociales anti-Mursi, claro está, en nombre del pueblo en general. Tanto así que para el 3 de julio, las Fuerzas Armadas derrocaron al primer mandatario (ejercieron el poder coercitivo), quien no llegó a un acuerdo para la solución a la crisis egipcia.

De este modo, dicho golpe daría lugar a la suspensión de la Constitución aprobada, y al conflicto entre seguidores –que piden el regreso de Mursi al mando- y opositores del jefe de Estado que hasta hoy ha llevado consigo el derramamiento de sangre en el país árabe.

Transición inconclusa
La primavera le entregó a Egipto la ilusión de construir una democracia. Sin embargo, el panorama que vive el país es a medias congruente con este objetivo, con este sueño de muchos.
Esta transición demuestra que existe una visión dividida. La Constitución de Mursi le confiere al pueblo unas libertades –entrecomillas- basadas en la ley islámica. Es decir, una hoja en blanco que no puede ser rayada. A esto le llama libertad la Hermandad Musulmana.

El tema en debate permite repensar que si para la cofradía mahometana los conceptos de igualdad y libertad están sometidos a la sharia, se debe hablar de un fracaso de la democracia – o quizás del auge de la teocracia-. Egipto es un país en donde las minorías las constituyen las comunidades cristianas. Entonces, si no existen unas garantías apartadas de la moral, establecidas en la Carta Magna, lo que impera es el poder político de un Estado apoyado en la religión.

La primavera árabe le concedió un espacio a los mudos. Mostró que en algunos rincones del mundo antiguo se creía en la voluntad popular, y que una de las formas de llegar a ella era a través de las nuevas tecnologías, las mismas que se convertirían en herramientas para la construcción de las sociedades civiles. No obstante, en países como Egipto la censura es visible a los ojos de una nación ansiosa.

Sin embargo, después de tres años, el pueblo egipcio ha sido partícipe de una serie de mecanismos de participación ciudadana que enaltecen el sueño democrático. No se puede olvidar que la mayoría de sus habitantes son musulmanes, y que quizás esa sea la razón de unos comicios exitosos y de un Parlamento donde la mayoría pertenece a dicha doctrina. No obstante, el Estado debe garantizar una igualdad de condiciones que no se base en el sistema de mayorías.

Por tanto, el conflicto que vive actualmente el país árabe muestra el alcance de una ilusión que confluye entre el derecho y la moral. Además, confirma una crisis social que afecta la lenta marcha hacia la democracia y a un Estado de Bienestar en vilo.
___________________________________
Referencias:
http://www.elcomercio.com/mundo/Egipto-MohamedMorsi-golpeEstado-HosniMubarak_0_949105309.html
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130826_democracia_ley_islamica_finde.shtml
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/08/130814_claves_crisis_egipto_ap.shtml
http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20120628/154189412.html

publicación anterior

SER CANÍBAL NO ES TAN MALO

Siguiente publicación

OTROS DEMONIOS: ¿POR QUÉ LAS GUERRAS?

Sin Comentario

Deja tu respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *