¿Una nueva forma de hacer política en España?

Las ultimas elecciones generales en España dejaron un mapa político inédito con la aparición de Podemos. Al conseguir un poco más de cinco millones de votos, pisandole los talones al Partido Socialista Obrero Español -segundo grupo más votado-, la agrupación política morada ha logrado canalizar el malestar del electorado español con la frágil economía española y los partidos tradicionales que cada semana son primera plana en los telediarios con sus recurrentes casos de corrupción.
Desde que la agrupación política, encabezada por Pablo Iglesias, se presentó a las últimas elecciones europeas (2014) su popularidad ha ido en aumento. A escasos cuatro meses de su nacimiento consiguió cinco escaños en el europarlamento (un millón de votos, aproximadamente) y se puso al frente de los sondeos -en intención de voto directo- para las elecciones generales del 2015.
Desde aquella campaña, las élites políticas, Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (Psoe), han venido señalando a Podemos como un grupo populista, de tener vinculaciones con los gobiernos de Venezuela e Irán (quienes no gozan de buena reputación dentro de la opinión pública española), evasión fiscal por parte de sus líderes políticos y corrupción entre sus filas.
Los miembros de la cúpula de Podemos, militantes y simpatizantes han logrado instalar en el debate público la existencia de una campaña sucia, dirigida por el bipartidismo y algunos medios de comunicación tradicionales que ven en peligro su continuidad en el poder. El aluvión informativo sobre este partido que canalizó la indignación de la movilización del 15M no cesa. En las tertulias políticas, que tanto observan los españoles, cada vez más se habla sobre el fin del bipartidismo y la irrupción de la regeneración política.
¿Neochavismo y proetarras?
Antes de que Podemos fuera una ensoñación de un grupo de profesores de la Universidad Complutense de Madrid, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero -otrora número tres del partido- viajaron a finales de la década pasada a Latinoamerica para conocer y asesorar en las experiencias de los nuevos gobiernos de izquierda, particularmente en la Revolución Bolivariana de Venezuela y en el Movimiento al Socialismo (MAS) Boliviano.
En 2013 y 2014 el tridente de Podemos trabajó para instituciones del gobierno de Nicolás Maduro. Monedero fue responsable del centro Internacional Miranda, Errejón trabajó como experto demoscópico para el grupo de Investigación Social Siglo XXI, mientras que Iglesias trabaja en Venezolana de Televisión realizando una pieza documental sobre el avance político de Venezuela y el legado de Hugo Chávez Frías, quien había fallecido recientemente (pieza que sería emitida por el canal iraní Hispan TV).
El País de España publicó un artículo en el que señalaba que en total, por los servicios de asesoramiento y demás trabajos aportados al gobierno de Venezuela, Pablo Iglesias habría recibido 3,7 millones de euros. Sin embargo, el lider de Podemos, ha desmentido que ese dinero haya servido para financiar su partido.
La cercanía de Pablo Iglesias con grupos vinculados a ETA (Euskadi Ta Askatasuna) en el pasado ha sido uno de los principales recursos para atacar a Podemos. En una entrevista para New Left Review y tomada por Europa Press, el secretario general ‘podemista’, defendió el fin de la política de dispersión de los presos de ETA. «Es un trágico problema político que aún haya entre 400 y 500 presos de ETA retenidos en cárceles a cientos de kilómetros de sus familias», afirmó Iglesias a la revista inglesa.
Financiación y Campañas electorales
Pablo Iglesias en reiteradas ocasiones apuntó a los bancos como uno de los principales culpables de que España haya sufrido en demasía la crisis económica de 2008. Además, señaló que los partidos políticos no tienen agendas independientes y autonomía a la hora de hacer política puesto que sus campañas están financiadas por la banca y las empresas del Ibex 35 (las corporaciones españolas con más liquidez que cotizan en bolsa).

Una de las banderas que ha enarbolado Podemos es que, según su misma conformación, la transparencia que hay en sus cuentas es un ejemplo con respecto a la financiación de los demás conformaciones políticas. El partido morado buscó financiación de fuentes independientes y no solicitó prestamos con ningún banco. En el sitio web del partido se encuentran las facturas de gastos e ingresos con los respectivos, siendo, para la conformación morada, un signo de diafanidad para el país y sus votantes.
A diferencia de los partidos tradicionales y Ciudadanos- cuarta agrupación política más votada en las generales-, Podemos no contó con espacios televisivos. Al ser inaccesibles en términos económicos para el colectivo político, las redes digitales y análogas (voz a voz y reuniones en las plazas y teatros) fueron sus mecanismos de propaganda política. Los mítines, asambleas generales, ruedas de prensa y procesos organizativos del partido son transmitidos vía streaming o Periscope.
Antes, durante y después de sus campañas políticas Podemos ha ido muy por delante de sus competidores en cuanto a su presencia en la red. Los seguidores y la actividad de las cuentas de Twitter del propio partido, Iglesias y Errejón supera con creces a las cuentas de Pedro Sánchez, secretario general de Psoe; la del presidente en funciones, Mariano Rajoy y la del líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
Ideología camaleónica
Quienes han estudiado el ideario político de Podemos han podido dilucidar que el populismo de izquierda latinoamericano es una de sus principales influencias. Ernesto Laclau, Alvaro García Linera, Antonio Gramsci y Chantal Mouffe son nombres que se citan frecuentemente dentro de los trabajos académicos y conversaciones de los dirigentes del partido. Incluso, Íñigo Errejón publicó el libro «Construir Pueblo» con la politóloga belga, Mouffe, en el cual discurre por un análisis sobre los nuevos movimientos de izquierda que han tomado fuerza en España.
Iglesias ha renunciado a la interpretación del mapa político español -incluso el mundial- en el que el espectro izquierda-derecha definía la identidad de un partido. «Podemos no es de izquierda ni de derecha; es de abajo, de los desfavorecidos, frente a los de arriba, «la casta», afirma la cúpula directiva.
Una de las propuestas de Podemos que más debate generó antes y después de las elecciones europeas de 2014, fue la referente al impago de la deuda contraída por España tras la crisis económica del 2008. El pasivo, calculado en 1.525.656 millones, ha generado que los gobiernos de Zapatero y Rajoy tomasen medidas de austeridad. Dichas medidas, según Iglesias dictadas desde Bruselas, menoscabaron el bienestar del pueblo español, generando miles de deshaucios y una de las tazas de desempleo más altas de la Unión Europea.
A medida que la opinión publica fue encasillando a Podemos como un partido de izquierda radical, el movimiento de Iglesias fue moderando su discurso. Ya no se hablaba de un «impago de la deuda» sino de una «reestructuración», pasando primero por una auditoría -similar a la que hizo Rafael Correa en Ecuador- para identificar qué parte del pasivo era legal y cuál no.
Los discursos de los dirigentes de Podemos viraron a ser más cercanos a la negociación a medida que las elecciones generales se iban acercando. Sin dejar el tono crítico a los partidos tradicionales por los casos de corrupción y demás actuaciones que no ven con buenos ojos desde el partido de Iglesias.
Al momento de finalizar este artículo Podemos ha puesto fin a las negociaciones con el Psoe para conformar gobierno. Dicho acuerdo, para poner en marcha al ejecutivo, estaría incluyendo al partido de Albert Rivera, quien ha puesto condiciones que la agrupación de Iglesias no comparte, sobre todo en los temas que atañen a empleo, economía y Cataluña.
«Los españoles nos han votado no solo para sacar al PP de la Moncla, sino a sus políticas» declaró Pablo Iglesias después de dar el portazo a las negociaciones con los socialistas. Además señaló que un gobierno Sánchez-Rivera no representa un cambio para el español del común.

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