De Colmenares a Los Andes
Por: Anónimo
– Ve… y tú dónde es que estudias?
– En Los Andes.
– Ah!!… ¿y conoces a Colmenares, o a Laura y Jessi, o a Cardenas?
La anterior pregunta, en lo que lleva ese embrollo jurídico, ya me la han hecho muchas, demasiadas, veces. ¡Ese culebrón que resultaría de un cruce entre una novela mexicana y un guionista de CSI!
Soy estudiante de maestría en Los Andes y prefiero mantenerme en el anonimato, porque aparte de ser estudiante, trabajo con la misma universidad en algunas cosas. ¿Miedo? Pues sí, no lo niego. A diferencia de algunos pocos niños ricos que tiene esa Universidad, a mí me toca trabajar para pagarme la carrera.
Eso de que Los Andes es una Universidad de millonarios es puro cuento. Un cuento que a la misma Universidad y sobre todo a los estudiantes de pregrado les encanta.
Millonario tal vez uno que otro decano o profe de investigación; y contados, contadísimos, estudiantes. Este país confunde a un millonario con un pendejo en un carro muy caro, que lo paga a crédito y no acabará de pagarlo hasta dentro de 20 años.
Entre los estudiantes, decir que se es Uniandino da derecho a pavonearse, una pavoneada que dura hasta el día del grado cuando uno se da cuenta que de ese background tan poderoso y que los miles de contactos que supuestamente tendría, esos mismos que los papás añoran y los mismos de la U aseguran tener, no son más que parte de ese mismo cuento pendejo.
Yo conozco gente de Los Andes que vive en Kennedy de forma humilde y, con mucho esfuerzo, su familia le paga una carrera a un costo muy por encima de la media colombiana. También conozco gente de Rosales con apellidos de político que son felices tomando chin chin en algún desnucadero del centro.
Pero entre los UniAndinos, a los que más conozco son esos cuya familia hipotecó la casa para patrocinar la carrera, que se privan de rumbiar 2 años para pagarse una maestría, que almuerzan corrientazo de 7 mil en la Candelaria y llegan a Los Andes en buseta.
Pues bien, yo soy uno de esos.
Los Andes es una Universidad muy costosa. Hay que diferenciar caro de costoso: lo caro es algo que vale más allá de lo que merece valer, mientras que lo costoso es algo que vale mucho pero es el precio justo. Pero bueno, yo no voy a venir a echarle flores a Los Andes.
Este largo preámbulo sirve para contextualizar el sentido real de este artículo y es que : EN LOS ANDES, NO TODOS SOMOS UNOS NIÑOS DE PAPI Y MAMI, CON TÍO EMBAJADOR, PAPÁ EXPROCURADOR, MAMÁ FISCAL Y PLATA PARA CONTRATAR DE ABOGADO A IGUARÁN.
La gente de ese terrible episodio representa la crema de la sociedad UniAndina, tristemente, una alta sociedad que no sobresale por ser grandes investigadores, ni aplicadísimos estudiantes, tampoco son sobresalientes empresarios de esos muchos que gradúa Los Andes, y mucho menos son parte de esa mayoría, gente trabajadora de estrato medio que con esfuerzo se paga una buena Universidad. ¡NO! Estos tipos; Colmenares, Jessi, Laura, Cárdenas y muchos otros de ese parche, son el detestable estudiante de Los Andes, ese por el cual nos odian a todos los que estudiamos allá, son el tipo de UniAndino por el cual muchos, cuando piensan en la Universidad de Los Andes, no nos bajan de “gomelos hijueputas”
Sé por fuentes cercanas, compañeros de curso y conocidos de todos los implicados, que son de esa gente que va a la Universidad a hacer acto de presencia, a calentar puesto.
Alguna chica que vio clase con Laura Moreno me decía que la nena era de esas que entra en clase a enrollarse el pelo en un esfero mientras espera la respuesta de algún mensaje en el celular. Que Jessi Quinero fallaba mucho a clase y que Carlos Cárdenas era uno de esos sujetos presuntuosos pero muy, muy buena gente.
En verdad, yo no sé y no me interesa saberlo. He oído rumores de que la muerte de Colmenares fue por un lío de faldas, también me dijeron que era por una pelea de borrachos que se vino a más, y que todos eran un típico “parche alpinito” de compañeros que confunden compartir clase con compartir una amistad… pero siendo sincero, entre la mucha gente de Los Andes que conozco nadie nunca me ha contado una historia sobre la inocencia de los acusados; de eso tampoco sé, y no me voy a pronunciar sobre un caso en investigación abierta.
Como todos espero que se sepa en realidad qué paso y que los culpables paguen aquello que la ley indica. Eso no resucita muertos, pero le dará tranquilidad a la familia de la víctima. (y dado el boom mediático de este caso, algo de confianza se podría recobrar en nuestro sistema penal).
Además de un esclarecimiento de los hechos, lo que más anhelo es que esto acabe rápido.
Quiero que Caracol, RCN, El Tiempo, El Espectador y todos los demás dejen de decir “Andres Colmenares ESTUDIANTE DE LOS ANDES» (el alma mater entre gritos).
Porque, en serio, si el tipo fuera estudiante de cualquier otra institución, no sé, una institución como el SENA, prestigiosa, con un excelente nivel educativo enfocado al trabajo, un buen presupuesto (aunque no siempre se use para lo que debería) y que sí logra, a diferencia de Los Andes, poner a casi todos sus egresados a trabajar… En ese hipotético caso, si Colmenares y todos los implicados en el asunto fueran de una institución así ¿en verdad importaría? ¿Cuántos en Colombia no mueren? ricos y pobres, de Los Andes o de una de esas Universidades de garaje, con papis ricos o con taitas pobres ¿y acaso eso le importa a los medios?
Qué hay detrás del cubrimiento mediático
Muy a manera personal, considero que este caso es una cortinilla de humo perfecta. Las audiencias han coincidido con momentos críticos para la situación del país y dividen a la opinión entre quienes hablan del caso y quienes hablan de alguna otra cosa que esté pasando.
Qué curioso que cuando los congresistas estaban metiéndonos la reforma a la justicia, el caso Colmenares estaba también en primera página. Ahora con el asunto del Cauca y las comunidades indígenas, sale otra vez el caso Colmenares.
Yo no digo que sea un complot maquiavélico del gobierno, digo que es una triste coincidencia muy bien explotada por la prensa. Y no sólo la prensa, la misma gente, sin necesidad de encender el tv o leer un periódico, hace parte de la mass media, gracias a las redes sociales.
Si no me creen aquí está esta imagen de los dos HashTags más populares el 17 de julio: Día critico en el cauca y, coincidencialmente, día de una audiencia del caso colmenares:
Los Andes como Chivo Expiatorio
Este terrible homicidio o accidente, en fin, la muerte de Colmenares y el proceso jurídico convertido en circo, para aclararlo, es un típico culebrón de esos que emocionan a un país capaz de aceptar que les pongan un programa como “la Señorita Laura” luego del almuerzo.
Los medios le han metido al público en la cabeza que esta gente por ser rica siempre se escapa de la ley, y que este juicio es la oportunidad de marcar la diferencia. Que los implicados y el difunto hayan estudiado en Los Andes, es la referencia que los medios usan para demostrar su riqueza. Porque, como dije líneas arriba, los de Los Andes son unos “gomelos hijueputas”.
En este enlace se ven los resultados de búsqueda (para el mes de julio, ordenada por relevancia) en la página del diario El Tiempo de las entradas: colmenares+andes.
http://www.eltiempo.com/archivo/buscar?q=colmenares+andes
La misma familia Colmenares, en su inmenso dolor, han recalcado que Andrés, su hijo, era un estudiante de Los Andes, creo yo, buscando incentivar el apoyo por parte de la comunidad académica, el cual, en su gran mayoría poseen.
De igual manera los familiares de los acusados lo hacen para resaltar que sus hijos no son más que jóvenes estudiantes. ¿Acaso qué hijo es una mala persona a los ojos de su familia?
(Además en este mundo, ningún muerto fue un mal vivo).
Por su puesto, cada Universidad tiene un cliché, un estereotipo en el cual se busca encasillar a sus estudiantes para no tener que entrar en análisis más profundos. Entre los estereotipos, no sólo está el de opulencia y riqueza monetaria mezclado con un “intelectualismo” banal, aplicado al UniAndino; a los de la Javeriana los molestan por estudiar con curas: conozco Jesuitas más ateos que yo; a la Tadeo se le dice la Paseo porque son artistas y vagos, he trabajado con tadeistas que voltean más que una mula; a los de la Nacho, la Pedagógica y la Distri se les cree comunistas y capuchos, adentro de la pública también hay ultraderecha; por otro lado, a ustedes de la Sergio, muchos les tienen por fachos… conozco gente medio zurda de allá… y la lista es eterna, y si pasa algo, los medios la ensalzan con alguna otra cosa para exaltar algo de algún estudiante y que el resto del pueblo termina aplicando a toda la comunidad académica.
Las Universidades tienen unos principios y valores, pero el estudiante también tiene los suyos propios.
Claro, usted no se va a inscribir en una Universidad totalmente contraria a sus creencias, incluso cuando usted odia algo de su Universidad, y pelea porque esto se cambie, eso es un acto de cariño, porque como dice el bolero “tan solo se odia lo que es querido”. Si su Universidad tiene un corte ideológico, algo de eso ha de haber en usted, o algo del pensum ofrecido por ellos fue lo que lo cautivó. Pero las Universidades, contrario a lo que muchos creen, no son especies de industrias de fundido, donde simplemente se vierte metal en un mismo molde, se le pone toga y birrete y sale un egresado.
Las Universidades son Universidades como su nombre lo indica: POR SU UNIVERSALIDAD. Porque hay de todo y para todos, porque hay ricos, pobres, trabajadores y mantenidos, también las hay feas, lindísimas y operadas, incluso hay bobos, tontos y estúpidos. En toda Universidad hay de todo tipo de gente, por eso pido a quienes se tomaron el tiempo de leerme y que no los aburrí con esta larga retahíla, QUE NO JUZGUEN A UN ESTUDIANTE O A UN EGRESADO POR SU ALMA MATER, JÚZGUENLO POR SU PROFESIONALISMO, POR SU ÉTICA Y SU NIVEL ACADÉMICO.
Porque eso de andar juzgando a toda una institución por los asuntos de unos cuantos estudiantes, es la misma tendencia que utilizan muchos países al tildar de narcotraficantes a todos los colombianos, cuando sólo unos pocos, unos muy pocos, se dedican a tal actividad.
Una vez más agradezco a la Revista Altus en Línea, mediante la cual la Universidad Sergio Arboleda, una institución con un bagaje e historia ligada fuertemente a la política, al partido conservador y el iusnaturalismo; que ha otorgado honoris causa a Uribe y Rajoy; que tiene de igual manera una población estudiantil muy grande y diversa; me permite a mí, un estudiante de maestría de otra Universidad, un espacio para opinar.
Porque ese es el fin último de una Universidad, formar e informar, nunca encasillar y prejuzgar.
Eso lo hacen los medios.
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