“QUIERO HACER JUSTICIA EN EL PAÍS”: JORGE COLMENARES
Por: María Camila Sánchez Noguera
Jorge Colmenares, el hermano de Luis Andrés Colmenares, habla por primera vez de lo que ha significado para él la muerte de su hermano y todo lo que esta ha traído.
Las entrevistas para la familia de Luis Colmenares se dividen en tres: a Jorge Colmenares, el hermano y estudiante de derecho, le piden la explicación de los procesos legales; a Oneida Escobar, la madre, le preguntan cómo se siente, y a Luis Alonso Colmenares, el padre, lo interrogan sobre si se han encontrado más pruebas del posible homicidio.
Pero las cuestiones legales no son las que dividen la vida de Jorge Colmenares en antes y después de la muerte de su hermano. El cambio empezó cuando él se encontraba en sexto de bachillerato, con 15 años de edad. Tenía una vida como la de cualquier persona, luchaba por sus sueños, metas y pensaba en si iba a estudiar derecho o política. También le gustaba la música, pero por consejos de sus padres la descartó como carrera.
Cuando atravesaba ese momento en el que debía decidir qué estudiar, murió su hermano y empezaron las acciones judiciales del caso. Esto afianzó en Jorge la decisión de estudiar Derecho en la Universidad del Rosario, que era la que siempre le había recomendado Luis.
“El día que mi hermano iba a ir esa fiesta fue muy especial”, relata Jorge sobre el último día junto a Luis. Cuando los dos hermanos se despertaron, empezaron a jugar y a molestar, en el día fueron a recoger a su papá al aeropuerto y siguieron sus recochas. Más tarde, junto a su madre, fueron a comprar el disfraz para esa noche y Luis le preguntó cuál era el que más le gustaba para ir la fiesta. Lo escogieron entre los tres.
Al despedirse, Luis le dijo: “Chao Jorge, cuídame a mi gorda”. Como lo recuerda él, esto le impactó, puesto que su hermano le dijo lo que tiene que hacer el resto de su vida: cuidar a su mamá.
Su hermano fue su figura paterna, porque su padre viajaba y viaja muy seguido por cuestiones laborales, entonces cada vez que iba a salir o pasaba algún suceso en su vida, estaba Luis dándole el permiso y ayudándolo como hermano y amigo. Una vez murió, Jorge empezó a sentirse solo, vacío y a cambiar sus hábitos de vida.
Dejó de salir por dos años durante los cuales solo iba de la casa al colegio y del colegio a la casa, dejó de lado las amistades que le hacían daño y que sabía que eso no era buenas para su vida, solamente se quedó con aquellas personas que le brindan algo bueno, una amistad sincera que viene del corazón, del alma y de años atrás, que sólo con una palabra lo reconfortaban en ese momento difícil por el que pasaba. Son aquellos seres que aún siguen junto a él viéndolo triunfar y crecer como persona.
Tuvo un giro de 180 grados desde que perdió a la persona que él más ama y se dio cuenta de que lo que estaba haciendo no era correcto. Él no llevaba la vida que tenía que llevar, le gustaban mucho las peleas, se la pasaba con un grupo de amigos con quienes no debía estar, cada fin de semana llegaba con morados a la casa. Cuando murió Luis, Jorge se dio cuenta de que estaba poniendo en juego su vida peleando frecuentemente en las calles. Dice que solo lo hacía por creerse más que otros. Con la muerte de su hermano tomó la decisión de ser una persona nueva.
Antes de que muriera Luis, la casa se dividía en dos, como lo dice Jorge: “Mi mamá y mi hermano, mi papá y yo”. La relación de Oneida y Luis era de mejores amigos, se contaban todo, se la pasaban de arriba para abajo, se guardaban los más grandes secretos que Jorge nunca conoció, porque eran de ellos dos. Cuando sucedió la tragedia, Jorge se unió más a su madre, se convirtió en su confidente, en su fortaleza para afrontar cada suceso de este caso. Ese fue un cambio que poco a poco se vio en la familia, el crecimiento de cada uno para la lucha de aquella muerte el 30 de octubre del 2010. Él y su madre están ahora más unidos, se cuentan las cosas y sobre todo Jorge cuida de ella, como se lo prometió a su hermano.
No solo esto ha sido lo que más ha trascendido en la vida de este joven, también el hecho de pasar por las primeras audiencias y no entender nada, pensar todos los días en qué era lo que estaba pasando, vivir con la incertidumbre de si estaba bien o mal cada paso que daban en el caso; ver cómo su madre se entristecía cada vez más por los dictámenes que daban información sobre donde presuntamente le habían pegado a su hijo, qué había afectado su cerebro en el momento de morir. Pensaba en cómo le podía dar una palabra de aliento a ella o qué era lo que tenía que hacer para subirle el ánimo o simplemente darle la fuerza para seguir adelante.
En el momento en que capturaron a Laura Moreno y a Jessica Quintero él se encontraba en el colegio y tuvo que irse para la casa de una tía. Ver la decisión del juez al absolver primero a Carlos Cárdenas y hace poco a Laura Moreno y a Jessica, son momentos perturbadores para él y que lo afectaron emocionalmente. No se sabe realmente qué pasó con su hermano, pero a la vez dice: “Quiero hacer justicia en el país”.
Jorge considera que la sociedad los ha respaldado de todas las maneras posibles, cada vez que se sienten desanimados, aparece una voz de aliento y un mensaje de apoyo, en cualquiera de las redes sociales alguien les escribe diciéndoles que deben seguir luchando. Tanto los medios de comunicación, que fueron los que impulsaron el proceso, como la sociedad los han respaldado demasiado, tanto así que los últimos años este ha sido el caso más importante y más sonado que ha tenido el sistema penal. Aun así, hay personas que los insultan, les dicen que solamente quieren fama, plata, pero realmente no se dan cuenta de que esas no son las intenciones de esta familia.
Para él, el trato de los medios de comunicación también es complicado, porque él pasó de ser una persona común y corriente a una que está en la lupa de muchos. Dice que “se debe cuidar cómo habla, cómo uno trata a las personas, la forma como camina, las personas con las que me rodeo”. Ahora ya no solo le interesa lo que él hace, también piensa en las cosas que le puede reflejar a los demás. Él siempre le va agradecer a los medios de comunicación y también les va a tener cuidado.
En un momento les recomendaron que se fueran del país y les daban el asilo político, pero la familia respondió que no, porque no les otorgaban las suficientes garantías y porque también tienen su vida acá, su familia, su trabajo y sobre todo porque Jorge está estudiando para ayudar a su país y para él no sería lógico irse y volver. Él quiere seguir en el país ayudando a la justicia colombiana.
Después de todo lo que está pasando con este caso y todo lo que ha sucedido, él cree que esa noche sí hubo una pelea, dice que nunca las intenciones fueron asesinarlo, pero los golpes fueron fuertes hasta el punto de dejarlo moribundo y no lo auxiliaron, lo dejaron en ese estado y terminó debajo del caño, nadie lo ayudó y se ahogó con el agua de ese lugar. “Todo fue una pelea y un exceso de golpes que le dieron”, dice él.
Si él estuviera en una sala junto a Laura Moreno y Jessica Quintero, las dos presuntas culpables de la muerte de Colmenares, simplemente no podría decirle nada a Laura Moreno, puesto que se siente traicionado, como si le hubieran dado una puñalada por la espalda; y a Jessica le diría que no tenga miedo, que cuente todo lo que sabe y que entre todos buscarán la forma de protegerse.
Él quisiera ser como su mamá que dice que los perdona, pero que no olvida. Jorge no sabe si los ha perdonado. Si tuviera a Carlos Cárdenas frente a él no sabría qué decirle. Le parece que él no tiene fundamentos para la demanda que impuso contra el Estado puesto que la Fiscalía está en todo el derecho de investigar a la persona que cree que cometió algún delito y no cree que por culpa de un criminal los colombianos tengan que pagarle. “Eso es invitar a todas las personas de esta sociedad a que cometan un crimen, que lo sepan hacer y luego le cobren al estado por el crimen que cometieron”, afirma.
Si Jorge tuviera a su hermano en ese momento frente a él le diría: “Lo amo, lo extraño y espero que se sienta orgulloso de mi y de lo que he logrado llegar a ser hasta hoy”.
Texto:María Camila Sánchez Noguera.
Twitter:@n_noguera
Imagen: Google
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