EL HOGAR DE LA VEJEZ
Por: Salomé Salazar Viveros
En la mañana del 14 de abril, María Claudina Medina decide sentarse a contar su historia sobre cómo llegó a un lugar para viejos a consecuencia del abandono y la pobreza que ha sufrido a lo largo de su vida, esta situación la viven más de 1.600 adultos mayores en la capital del país y para el 2020 aumentará, pues según una investigación realizada por la Facultad de Medicina de la Universidad de la Sabana y la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, por cada dos adultos mayores de 60 años habrá un adolescente.
El acelerado incremento en la población mayor en Colombia es una cifra que no se va a detener, pues como lo aseguró María Consuelo Araujo ex directora de la Secretaría Distrital de Integración Social, en 2015 el 11,7% de la población era mayor de 60 años lo que implica que en 2050 aproximadamente este dato sea de 27.2%. Lo anterior conlleva a que el registro que se tiene sobre la proporción entre adultos mayores y niños pase de 50 adultos por cada 100 niños a 160 por cada 100 niños para el año 2050, esto significa que para dicho año habrán 2’500.000 personas mayores de 60 años en todo el país.
Con una ruana gris que la abrigaba del frío de ese día, cubría sus manos y codos que a causa de la artritis tiene inflamados y adoloridos, se recuesta en la silla y comienza contando que lleva 13 años y medio en el hogar. Claudina, como prefiere que la llamen, es una mujer de 76 años que ha aprendido a estar sola en la vida, pues no tuvo una red familiar que la cuidara y la apoyara, solo vivió maltrato y humillación por parte de quienes decían llamarse “familiares”, pero la soledad, el maltrato y el desprecio no es algo nuevo en Colombia.
Claudina sufrió el desprecio desde muy pequeña, aunque al enfermarse en su edad mayor fue peor, a ella no le gusta recordar cómo la sacaron de la casa de sus hermanas y de su hermanastro como un “trapo sucio”. En las noches no puede dormir pensando en cómo fue su familia con ella, se queda pensando mientras pasan las horas y entre recuerdo y recuerdo, logra conciliar el sueño. Como ella, el 40% de los adultos mayores sufren de depresión a causa de la pobreza extrema, la violencia, los maltratos y el abuso.
A raíz del sufrimiento que pasó con su madre, prefirió no tener hijos ni esposo, porque siempre pensó que tener hijos era traerlos al mundo a sufrir. Sin embargo, hay otras personas mayores que se encuentran en abandono, independientemente de tener hijos y pareja, pues a causa de adicciones terminan envejeciendo en las calles.
Según Claudia Castellanos coordinadora de apoyos económicos de la Secretaría de Integración Social, mencionó que los retos a los que se enfrentan los adultos mayores en abandono son todos, ya que la vulnerabilidad los lleva a no tener quién los ayude o cómo cubrir sus necesidades primordiales.
Para acceder a los servicios de apoyos económicos, centro día, centro noche y centro de protección, lugares y ayudas, que presta el distrito se debe cumplir con algunos requisitos, estos son: ser mayor de 60 años, estar en situación de alta vulnerabilidad, no poseer bienes, no tener ningún tipo de ingresos y no estar vinculado al sistema de seguridad social en salud, como contributivos.
En el Centro de Protección Social Bosque Popular, se brinda una atención integral a las personas mayores, no existe diferencia entre sexo, etnias o creencias religiosas, lo que se busca es recuperar y reintegrar los derechos fundamentales que fueron vulnerados, sin embargo, ellos no están obligados a quedarse, la iniciativa a que no se vayan es para que al momento de salir tengan la oportunidad de ser una persona social integra y que se pueda defender en el ámbito.
Es posible atender adultos mayores con patologías leves y moderadas como hipertensión, diabetes, artritis e incluso cáncer en sus primeros estadios, como es el caso de la señora Claudina, que a causa de la artritis dice sentirse inútil al no poder ayudar en nada, ya que en un principio colaboraba con los oficios del lugar y lo hacía con todo el gusto, pero con el paso de los años se ha sentido mucho más agotada e impedida, así que prefiere no comprometerse con nada, incluso se le hace muy difícil bañarse y vestirse. Las personas que sufren enfermedades severas son remitidas a otros hogares, en donde están adecuadas las instalaciones y el personal es capacitado para atenderlas.
Diego Díaz, enfermero del Centro, aseguró que actualmente se atienden más personas que antes, pues los bogotanos están envejeciendo, mencionó, más que antes. Las familias tenían 8 o 9 hijos y en la actualidad solo uno o dos, así que esos hijos de la generación pasada son los que ahora pasarán a ser adultos mayores, por eso se calcula que para el año 2020 serán 1’165.000 personas mayores de 60 años. En enero de 2017 se habían atendido 1.959 y ya en diciembre del mismo año esta cifra aumentó a 2.325.
La asistencia tiene varios aspectos negativos y positivos como lo mencionó Diego, a manera positiva se está haciendo un trabajo integral para todas las personas mayores que lo necesitan, se están recuperando los derechos de las personas mayores y todos los aspectos de su vida, como el personal, social, psicológico y económico, buscando que ellos sean independientes y no dependientes; a manera negativa, hay una excesiva demanda de personas mayores y en este momento como los ciudadanos ya conocen el servicio, prefieren abandonarlos.
Claudina mencionó que estar en este hogar es como estar en el cielo, tiene las tres comidas diarias y cuando hay visitas les llevan chocolate con pan de onces, prefiere diez mil veces estar ahí antes de estar en cualquier otro lugar. Sin embargo, se le hace un poco complicada la convivencia por lo que son tantos adultos, aunque es de lo único que dice sentirse inconforme. Díaz aseguró, que existen diferentes aspectos a mejorar, como el aumento del personal para tener una asistencia mejor para ellos, en cuanto a estructuras, tener unas más adecuadas para poder tratarlos y por último, educar a las familias para que sean ellos quienes se encarguen de sus viejos.
La Organización de las Naciones Unidas estableció el 15 de junio como el día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato a la Vejez, en vista que el aumento de la población cada vez es mayor, por esta razón y por el incremento en los casos de maltrato en la ciudad, fue creada la ley 1850 el 19 de julio de 2017, que castiga y pone multas a los hijos que abandonen o maltraten a sus padres o abuelos, quienes hagan esto deberán pagar penas entre 4 y 8 años de prisión y las multas serán de 1 y 5 salarios mínimos mensuales legales vigentes, actualmente la ley pasa por diferentes instancias para lograr su total implementación.
La enseñanza más grande que deja cada uno de estos datos y la historia de la señora Claudina, es que es importante cuidar y proteger a cada uno de los adultos mayores que hacen parte de los núcleos más cercanos a cada persona, para que nunca tengan que verse en la necesidad de recurrir a un hogar o a la calle.
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