Cárcel o clínica
Por: Sebastián Sarmiento
Nuevo capítulo del debate sobre las drogas: México y Argentina anuncian medidas para despenalizar el consumo.
A tiempo que en Colombia el gobierno de Álvaro Uribe Vélez insiste en elevar al rango constitucional la prohibición al consumo de drogas, en otros países del continente la tendencia es contraria. Los casos de México y Argentina prometen elevar la temperatura de un debate de difícil solución: ¿Son los usuarios de drogas delincuentes o enfermos?
En el caso mexicano, el ejecutivo decidió despenalizar el uso personal de droga. La nueva Ley General de Salud permite el porte de varias sustancias entre las que se encuentran heroína, cocaína, LSD y metanfetaminas. Todas muy adictivas. La norma establece que los consumidores que sean sorprendidos por tercera vez tendrán que someterse a rehabilitación.
La medida busca poner fin a los sobornos por parte de los consumidores a la policía ya que estos podían decidir entre encarcelarlos o sólo advertirlos. El gobierno también espera que las autoridades dejen de perseguir a los adictos y se dediquen a los grandes “carteles”. Y que los dependientes se animen a tomar tratamiento financiado por el Estado.
Del mismo modo, la Corte Suprema de Justicia argentina emitió un fallo en el que absolvió a tres jóvenes que fueron encontrados con tres cigarrillos de marihuana cada uno. Y dijo que en adelante los demás jueces tendrán que aplicar el criterio. La sentencia fue firmada por los 7 miembros del tribunal en decisión unánime.
La corte tomó la medida luego de encontrar inconstitucional el párrafo 2 del artículo 14 de la ley 23.737 por ir en contravía del articulo 19 de la Constitución e invitó a «todos los poderes públicos a asegurar una política de Estado contra el tráfico ilícito de estupefacientes y a adoptar medidas de salud preventivas, con información y educación disuasiva del consumo, enfocada sobre todo en los grupos más vulnerables, especialmente los menores, a fin de dar adecuado cumplimiento a los tratados internacionales de derechos humanos suscriptos por el país».
A diferencia del caso mexicano, donde el gobierno reglamentó el peso que sería considerado dosis personal según la clase de droga, en Argentina no existe claridad al respecto. En este país la Corte sólo se refirió al juicio específico de los jóvenes, por lo que no se sabe si el uso de otras sustancias también estaría permitido. La tarea será ahora del Legislativo que tendrá que darle forma a la norma.
El tema es objeto de controversia en todas partes del mundo. El debate se centra en si el usuario de drogas debe ser penalizado o sometido a un tratamiento. E incluso no es claro cuando una persona es o no adicta. Para el catedrático en derecho Ricardo Posada criminalizar una persona por consumir su dosis personal no tiene justificación en un Estado civilizado. “Eso es lo que ha comprendido Argentina y México, inspirados en la decisiones de la Corte colombiana que fue pionera en America Latina en el reconocimiento al libre desarrollo de la personalidad bajo la sentencia C-221 en 1994”, dice Posada.
Además de estos tres países está el caso de Uruguay que tampoco pena el consumo individual de marihuana, y el gobierno ecuatoriano que lanzará una propuesta para «no sólo despenalizar el consumo, sino bajar las penas previstas para el ‘micro comercio’ de sustancias ilícitas», como dijo a BBC Mundo Martin Jelsma, coordinador del Programa de Drogas y Democracia del Transnational Institute (TNI).
Los anteriores casos muestran una nueva forma de tratar el consumo de drogas en la región, ya no penalizando al adicto sino tratándolo médicamente. Lo que no debe de confundirse con una suspensión en la lucha contra el narcotráfico tema en que todos los países se muestran de acuerdo.
En el sentido contrario, el doctor en adicciones Andrés Sama piensa que el caso argentino -que es el más reciente- no tiene en cuenta los riesgos de salud que pueda traer para si mismo o terceros el consumo de marihuana. “Si esta despenalización estuviera enmarcada dentro de un programa preventivo donde se trabajara el daño que produce su consumo y el de otras sustancias, y los riesgos para la salud sería muy distinto, así queda en primer plano la despenalización y minimizado el daño. Además abre la puerta a la despenalización de otras sustancias ya que si es un acto privado y de riesgo para sí por qué no despenalizar otras sustancias actualmente ilegales”.
Pasar de presentar al consumidor de criminal a adicto es un gran cambio de concepción para la región acostumbrada a las políticas represivas que siempre han propuesto los Estados Unidos. Con esto, el tema deja de ser penal para convertirse en uno de salud pública.
En Colombia son conocidos los intentos que ha hecho el presidente Álvaro Uribe Vélez para volver a penalizar el porte de la dosis personal, a pesar de que esto implica una reforma constitucional desgastante y un retroceso a la dinámica mundial de un sistema a favor de los Derechos Fundamentales. Pero como dice Ricardo Posada “no es un secreto que este debate tiene tinte politiquero ya que desde lo jurídico las cosas son claras. Hay un gran grupo de colombianos simpatizantes de este tipo de medidas restrictivas por lo que la discusión está abierta”.
Fuentes
• Conversación con Ricardo Posada. Catedrático Universidad de los Andes.
• Entrevista vía e-mail a Andrés Sama. Experto en adicciones, Buenos Aires, Argentina.
• www.clarin.com
• www.excelsior.com.mx
• www.bbc.com
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