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El Poder, la elegancia y la seducción del lenguaje empresarial

La diferencia entre el lenguaje normal y el lenguaje seductor es como la que existe entre el ruido y la música. GREENE

Introducción

El presente ensayo pretende dar a conocer el poder que ejerce la palabra del líder en el entorno empresarial con el ánimo de posicionar en el más alto grado el nombre de la empresa.

Para ello se interpretará el grado de influencia que posee el discurso motivacional sobre el equipo de trabajo; así mismo, se determinarán las características más notables del emprendedor que busca dejar huella en sus trabajadores. De este modo, la finalidad del texto es identificar la fuerza elocuente y seductora del discurso de un empresario y su relación con el lenguaje del éxito.

A raíz de los fracasos a los que se ven enfrentadas las organizaciones, se busca generar nuevas alternativas que den media vuelta a este fenómeno a partir de una renovación del leguaje existente entre los líderes, puesto que una causa palpitante de la distancia del éxito remite al saber expresarse o no por parte de ellos.

En las empresas el gerente debe reconocer que su entorno de trabajo se muestra más eficaz si ejerce su autoridad a través de la palabra, esto es, si comprende cómo esta fija desde la base hasta la corona de la organización el conjunto de factores que despliegan el máximo rendimiento de los empleados.

Así, el lenguaje seductor que usa el líder en sus discursos es la clave para manejar cualquier tipo de público ya que el espectador mide la influencia y la credibilidad de sus palabras; también la fuerza motivacional que transmite a su equipo de trabajo se ve reflejada en el crecimiento o no de la organización a la luz de un ambiente de competitividad empresarial.

Este trabajo se expondrá a partir de ideas acerca de la atracción que ejercen los discursos: la primera versará sobre el concepto de seducción; la segunda presentará el don para emitir emociones; y finalmente, se incorporará en el entorno empresarial esta aproximación teórica de la expresión que busca seducir.

Seducción

Se puede definir la seducción como las emociones que se provocan en una persona a través de la elegancia de las palabras. La misión yace en transportar al oyente de la cotidianidad, invitarlo a soñar y a creer de nuevo en sus dones y capacidades.

El lenguaje seductor debe proporcionar naturalidad, originalidad y belleza que sean capaces de alterar el ánimo de una persona, generando un sentimiento placentero, pues es una forma para deleitar a los que deseen escuchar. Las emociones que se intenten despertar deben ser intensas, reales, envolventes, «la meta del discurso seductor suele ser generar una especie de hipnosis: distraer a las personas, bajar sus defensas, hacerlas más vulnerables a la sugestión» (Greene, 2001, p. 320).

La seducción también consiste en utilizar un lenguaje afirmativo, que las palabras posean validez y credibilidad con ánimo de dejar una enseñanza: esa huella de ilusión y de querer indagar a profundidad sobre el tema que se esté tratando. El discurso seductor debe crear esa inquietud innovadora, donde los espectadores se vean influenciados por el lenguaje fuerte y elocuente; el mensaje debe ser claro y conciso para que los términos que use el líder sean comprensibles y llenen las expectativas de quienes lo escuchan.

Napoleón Bonaparte, uno de los mayores genios militares de la historia debía sus victorias a la seducción que manejaba en sus discursos a las tropas en guerra; la primordial característica era su sinceridad pues en cada victoria o derrota creaba un nuevo plan para motivar a los guerreros y así salir vencedores en las batallas que se presentaron a lo largo de la historia.

La acción de seducir lleva consigo distinguir a qué tipos de público se va a dirigir, buscar los términos apropiados para cada clase de espectadores, y lo primordial, generar confianza y persuasión en el grupo de personas al que se esté dirigiendo.

El don para emitir emociones

La palabra persuade, matiza, convence, quita o pone tensión, guía los sueños… la palabra tiende puentes entre las inteligencias. VALDANO

Cuando se quiere demostrar una sensación que es producto de una pasión indescriptible, se recurre a un medio de comunicación que sea capaz de transmitir con poderío dicho sentir, es decir, que en el momento de expresarse se logre estar conforme y cómodo con lo que se está diciendo.

Por ende, la palabra es el poder idóneo que desarrolla una persona con el sueño de difundir sus pensamientos: «todo gran líder es un comunicador eficaz que sabe perfectamente cómo manejar las aspiraciones y los temores de las personas a las que dirige» (Valdano, 2013, p. 92).

En efecto, lo que se busca a través del discurso es expresar los más grandes sentimientos y pasiones que embarguen de emoción a una o a un grupo de personas en el momento de realizar una charla o de emitir un mensaje.

La palabra siendo un don propio de los seres humanos debe caracterizarse por la belleza, la elegancia y la elocuencia de lo que se busca expresar; de igual manera darle forma a las ideas, plasmarlas en un discurso con el objetivo de guiar a las personas hacia el éxito, a luchar conjuntamente por alcanzar los sueños.

El líder no sabe qué tan influyentes son sus palabras, tan solo explota el poder divino de la expresión, deduce cuánta autoridad puede llegar a ejercer si maneja un lenguaje apropiado y busca diariamente perfeccionarlo.

En el fútbol se demuestra la fuerza que posee la palabra, un buen técnico se empeña por sacar a su equipo adelante, cumple con guiar a sus jugadores al éxito, comparte con ellos alegrías y tristezas; motiva, corrige y exige que sean los mejores. También fomenta el trabajo en equipo pues este es el pilar de camino a la gloria; por tanto, la unión de los trabajadores debe distinguirse para ser competitiva, y esto se logra con el aliento constante de animar la vida laboral con bellas palabras: «una empresa con voz es una empresa viva… el éxito solo se consigue con una buena comunicación» (Valdano, 2013, P 104).

En busca de un líder

Una voz emotiva tiene un inmediato efecto en quien escucha. GREENE
En las empresas la idea de que exista un líder cada vez se vuelve una necesidad, pues es inevitable que la compañía consiga el éxito si no posee una persona idónea que sea capaz de enfrentar un entorno cambiante como lo es el de las organizaciones.

Este líder, aunque no reconozca del todo el grado de seducción que existe en su palabras, debe trabajar arduamente por mejorar su lenguaje. Es decir, en cada discurso que emita tiene que asegurarse de producir un sentimiento envolvente, crear un camino que guíe directamente a los sueños de cada uno de sus oyentes.

En una empresa debe primar el buen trato a los trabajadores pues son la parte primordial para el crecimiento de una compañía; el lenguaje se convierte entonces en un pilar de la organización, lo que puede conllevar a que determinada empresa cree una ventaja competitiva sobre las demás.

En el momento que la entidad fomente el deseo de la lucha permanente por los sueños, la fascinación y el amor por hacer las cosas, experimentará grandiosos resultados no solo financiera sino en la elevación espiritual de sus trabajadores.

Conclusión

Después de indagar en varios libros sobre el liderazgo me di cuenta que la mayoría trata de enseñar cómo se hace un líder, cómo debe vestir un líder, qué hábitos y estrategias de crecimiento debe tener en cuenta, cómo llegar al triunfo, entre otros aspectos relevantes.

Sin embargo, descubrí que solamente algunos libros tratan sobre la fuerza que revela un lenguaje seductor y que lleva consigo la potencia y el poder que refleja la palabra. Para concluir este ensayo, apruebo que lo primordial para lograr un liderazgo eficaz se ve reflejado en el discurso de un líder, pues este se basa en transmitir emociones intensas, contagiosas, tan fuertes que ni el mismo oyente reconozca cómo describir lo que le ha sido transmitido.

Se trata de ese empeño por mejorar a los otros cada día, mediante el amor y la pasión por dirigirse a cualquier tipo de público y transmitir un mensaje motivacional que descorre las cortinas de aire en la batalla, que una palabra guíe a los oyentes a seguir luchando constantemente por encontrar sus dones y alcanzar los sueños más anhelados.

La entrega por cumplir un sueño debe ser infinita, debe superar los límites de la realidad. Un discurso poderoso y seductor, que use los términos apropiados, podrá transportar a su público a encontrarse con el sentimiento más profundo, el que reside más allá de los sueños: la grandeza, el poder y la belleza de las palabras de un líder.
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*Este texto fue presentado al Departamento de Lectura y Escritura Académicas para la clase del docente Carlos A. Moreno 2014-2 Universidad Sergio Arboleda.

Referencias bibliográficas
Bennis, W. (1990). Cómo llegar a ser líder. Barcelona: Norma.

Greene, R. (2001). El arte de la seducción. London: Océano.

Valdano, J. (2013). Los 11 poderes del líder. Barcelona: Conecta.

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