Cómo educarnos con videojuegos

Los videojuegos desde sus inicios han sido concebidos como una fuente de entretenimiento, inicialmente para niños y actualmente para cualquier persona que tenga un dispositivo móvil, una pizca de tiempo libre y una merecida porción de ocio. Con la llegada de los dispositivos móviles los videojuegos han ido extendiendo su alcance para estar disponibles en distintos momentos de nuestra vida diaria, dejando de lado el antiguo ritual de sentarse a jugar en un espacio puntual, o en otras palabras donde estuviera el televisor de la casa.
De videojuegos se puede hablar bastante, ya que hoy en día es toda una industria y hay tanta variedad de videojuegos como personas interesadas en jugarlos. Esta vez quiero hablar un poco de videojuegos más allá del entretenimiento y del negocio (a pesar que estamos explorando en este medio) para destacar un aspecto interesante del último juego que desarrollamos (Eco Agente Fish) y que plantea una oportunidad para integrar el entretenimiento y la educación a través de los videojuegos.
UNA COSA QUE HE NOTADO ES QUE LOS VIDEOJUEGOS EDUCATIVOS PARECEN DISEÑADOS PARA IDIOTAS
Hace unos tres años más o menos estábamos conversando sobre el inmenso potencial que tienen los dispositivos móviles (celulares, tablets y recientemente relojes) para crear experiencias interactivas, logrando que las personas o “usuarios” dediquen una parte de su tiempo a lograr los objetivos de las aplicaciones que descargan es sus dispositivos.
La educación, o el ejercicio de educar a través de la interacción digital ha empezado a meterse en este cuento y en estos tres últimos años, cuando hicimos nuestro primer sondeo alrededor de qué tipo de experiencias interactivas estaban enfocadas a enseñar, la oferta era muy limitada comparada con lo que encontramos actualmente en las tiendas de aplicaciones.
Sin embargo hay algo que no ha cambiado mucho y es el formato o el tono que manejan estos productos que en lo personal, independiente de si son para niños o personas mayores, pienso que están diseñados para idiotas. Parece como si no tuvieran en cuenta que la interacción nos permite como usuarios descubrir distintas formas de entender y resolver situaciones a nuestro modo, limitándose en muchos casos a dar el mismo mensaje que dan en un aula de clase pero en una tablet, con sonidos y efectos visuales estallando por la pantalla.
EXISTE UNA GRAN DIFERENCIA ENTRE RECIBIR INFORMACIÓN Y CREAR UN MENSAJE A PARTIR DE LA INFORMACIÓN.
Esto fue lo que nos pasó cuando diseñamos nuestro primer proyecto de videojuego educativo ambiental: Se nos ocurrió hacer una suite de videojuegos donde los niños aprenden a dar un mejor uso a los objetos que se pueden reciclar o reutilizar, buscando estimular la creatividad para crear nuevos objetos a partir de insumos que pueden encontrar en la canasta de basura y generar una conciencia ambiental sobre el manejo de resíduos y demás beneficios.
De hecho todos conocemos la importancia de “educar a nuestros niños para que en el futuro sean personas capaces, con criterio y blah blah blah” con lo cual aparte de ser una buena idea, nuestro proyecto era necesario. Sin embargo no contábamos con dos cosas: Una, que ese niño ávido de conocimiento y oportunidades para “aprender jugando” no existe y dos, que son escasos los que invertirían en un proyecto de este tipo porque no conocen el negocio de los videojuegos (a pesar que juegan Candy Crush todo el día).
Porque nuestro grupo objetivo en ese entonces (niños de 6 a 10 años, educadores, padres de familia) como mencionaba anteriormente, no es idiota. El concepto de juego es aburridísimo y si tuviera que escoger entre una suite de minijuegos de educación ambiental y un juego de atropellar zombies y gastar dinero real comprando balas para atropellar más, me voy a dar bala.
Porque ese mercado sí existe, de lo contrario este tipo de videojuegos no sería tan popular. Desde el punto de vista de inversión debe ser muy parecido a llegar a Hollywood con un argumento para una película y el productor diga “¿esa película cuesta toda esa plata y no muere nadie?”.
Entonces comenzamos a darle la vuelta, no al juego sino a la experiencia de usuario frente a este tipo de videojuegos y temas educativos para no perecer como Quijotes en medio de la ñoñera, y hemos encontrado varias oportunidades para desarrollar videojuegos con retos reales, que enganchen y que le roben a los usuarios un minutico de ocio pero que al final, de manera implícita dejen la información necesaria para que los jugadores construyan su propio mensaje respecto al asunto ambiental que tratamos.
Producto de este giro es Eco Agente Fish, nuestro segundo videojuego y el primero relacionado con la conciencia ambiental, disponible en la tienda de Google Play (o sea solo para teléfonos Android pero próximamente para iOS). Ahora no se vayan a imaginar el próximo Grand Theft Auto ni un despliegue de efectos y niveles en 3D, el videojuego es tan simple como su mensaje y seguramente si lo compran, con un poco de tiempo lo van a entender y ojalá hacer algo al respecto.
Y claro, podemos desarrollar videojuegos más robustos y profundos pero todo a su debido tiempo y por supuesto apoyados en resultados. Por lo pronto estamos disfrutando la libertad para pensar, crear y monitorear cómo este enfoque divergente de la educación interactiva surte efecto en la audiencia con lo cual seguiremos publicando juegos y la historia detrás de cada uno de ellos. Si tienen ideas de este tipo que quieran compartir o desarrollar con nosotros, escríbanos o déjenos sus comentarios.
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