Por: Daniela Tuaty

El mejor armamento para ganar una guerra eterna es la educación. El gobierno colombiano debería dotar al pueblo con municiones de lápices y libretas, construir trincheras de conocimiento, bombardear con pinturas de colores las calles enteras y reclutar soldados líderes en paz, todo esto con el fin de empuñar la sabiduría y así mismo, triunfar con nuestra mayor revolución.

Colombia destinará gran parte del presupuesto nacional a una guerra de la cual estamos escapando hace más de 6 décadas, se hace imprescindible levantar la voz para manifestar la inconformidad frente a la decisión del gobierno actual ya que  para la mayoría es inaudita la reducción de los recursos para la educación. Aparentemente es más importante mantener viva la guerra que educar a la población que puede construir esa paz que tanto deseamos.

La Marcha Nacional Estudiantil se llevó a cabo el pasado miércoles 10 de Octubre y  entre pitos, pancartas y canciones, se desplazaron decenas de estudiantes, adultos mayores y niños exigiendo el derecho a una educación superior pública de alta calidad. La manifestación inició desde diferentes puntos del país hasta el centro de la capital. 

La reunión fue a las 11:00 AM en la plaza de Bolivar, punto icónico de varias batallas libradas en Colombia. Las personas fueron llegando con total normalidad, hubo colapso del sistema de transporte pero no fue por bloqueos, fue por la masiva convocatoria de los luchadores del conocimiento que entonaban canciones en contra del presidente Iván Duque, de las decisiones de Carrasquilla y la influencia de Álvaro Uribe Vélez en el actual gobierno.

El ambiente estaba tenso, a la expectativa de una típica marcha estudiantil. Habían rostros de todas las edades, algunos escépticos, otros con intriga, pero la mayoría de los asistentes reflejaba en sus ojos unos visos puros de esperanza en la educación de su país.