CLAUDIA LÓPEZ EN 1928

La lucha anticorrupción en Colombia está recién salida del horno. El pasado 26 de Agosto, a través de una consulta popular, Claudia López y Angélica Lozano, lograron despertar una llama democrática y llena de cambio en 11.6 millones de Colombianos para votar 7 veces sí en contra de la corrupción, la cual ha consumido este país en una violencia moral inimaginable. Lastimosamente, esa cantidad de votos, la cual fue mayor a la del actual presidente, Iván Duque (10.4 millones), no fue suficiente para que los 7 mandatos anticorrupción fueran una realidad.
Sin embargo, la historia de Colombia nos muestra un fenómeno muy peculiar: La corrupción ha sido insignia nacional, pero la lucha contra esta, también, solo que no ha sido muy evidente, y mucho menos, contada de generación en generación. No se habla necesariamente del referendo anticorrupción de Álvaro Uribe en 2003, sino de un ciudadano del común, quien en 1928 logró, a través de organismos judiciales, anular unas elecciones legislativas en su municipio, Cáqueza.
Su nombre es Marcelino Hurtado, y sin tener ningún cargo público o incentivo económico, luchó contra la corrupción en Cáqueza. Para Mayo de 1928, las elecciones legislativas se llevaban a cabo a nivel nacional con plena normalidad. Sin embargo, en Cáqueza la historia era distinta. A la hora de hacer el escrutinio, el total de votantes fue de 3424, mientras que el total de varones habilitados para votar, era de 3291. Al tener las evidencias suficientes, Marcelino decidió llevar este caso al tribunal de Cundinamarca para que le sea prestada la atención debida, y al mismo tiempo, una pronta aclaración de lo sucedido. Después de un arduo debate sobre el aumento del censo con relación al 5% anual desde que este entró en vigencia (1920), y en donde se encontraban entidades como la fiscalía y la contraloría, el Tribunal de Cundinamarca falló a favor de Marcelino, lo cual tuvo como consecuencia la anulación de dicho escrutinio, y por consiguiente, un Representante a la Cámara menos para el Partido Conservador.
Todo se resume en un caso de corrupción al sufragante, fenómeno que hoy día, es decir, 90 años después, sigue ocurriendo en abundancia. Tal vez, esa frase tan cliché de “El que no conoce su historia, está condenado a repetirla” sí aplique en Colombia. La cuestión es, que nuestra historia como nación siempre ha estado fragmentada entre héroes y villanos políticos, pero la realidad de nuestra sociedad, es que está repleta de ciudadanos como Marcelino y Claudia, que luchan día a día por una Colombia transparente y honesta.
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