¿Qué hay detrás de un niño ‘bully’?

Son constantes los casos de matoneo que a diario los medios audiovisuales registran a nivel nacional. Aunque siempre se ha considerado al agresor como el ‘malo del paseo’, hay muchas otras razones para que estos niños o jóvenes actúen de tal manera.
Sergio llega a la coordinación. Se ve temeroso, o así lo demuestra su rostro; usa el uniforme de sudadera que tiene dos colores: azul y amarillo. Tiene ojeras y un cabello sin peinar de color castaño. Después, empieza a hablar sobre su forma de ser, luego de que Luis Sarmiento, coordinador de la primera división del colegio Liceo Hermano Miguel La Salle, le regañara por su mal comportamiento en clase.
“Me gusta molestar verbalmente a Casas (compañero de clase de él), porque es gordo y tiene granos en la cara. Lo boleteo cuando el profesor lo regaña; aparte de eso jodemos bastante con el juego conocido como búfalo y los puños casuales”. Así lo afirmó el joven de 15 años que se encuentra en octavo grado. Su mamá está preocupada por que él ya perdió un año, y aunque él jura que académicamente todo va bien, un reporte más en su observador académico podría expulsarlo de la institución.
Antes de esto, Luis comenta que el matoneo en el colegio que dirige es muy difícil de identificar y que hay un gran temor por parte de los estudiantes para denunciar este tipo de hostigamientos. “A cualquier tipo de acoso escolar se le califica como bullyIng y eso ya es un problema. Otra de las cosas que podemos recalcar es que hay una clara sobre-protección de los padres que hace que los jóvenes se dejen molestar al no forjar un carácter ante las burlas”.
Reconoce también que el estereotipo del agresor no siempre es el del típico niño malvado que fastidia sin motivo alguno. Según él en la mayoría de los casos el victimario actúa en respuesta a un maltrato que recibió en su hogar, ya sea verbal o físico.
“TENEMOS FAMILIAS TOTALMENTE DISFUNCIONALES Y ESTE ES EL PRIMER FACTOR QUE DETECTAMOS CON LOS JÓVENES QUE MOLESTAN A OTROS”.
Precisamente Sergio pasa por esas dificultades familiares. Tiene dos hermanastros, uno de 31 y otra de 24 de la que solo fraterniza con la segunda; a menudo pelea siempre con ella por “varios desacuerdos en la casa”. También dice que perdió sexto grado porque su mamá no pudo ayudarlo con las tareas al ocuparse de tiempo completo en su trabajo.
La principal preocupación de Luis es que los estudiantes simplemente no denuncian por temor a recibir más ofensas, dando como resultado que ellos mismo tomen acciones por su propia cuenta.
Sin duda alguna, el tema de los apodos ha sido uno de los más grandes problemas que todo colegio afronta en cada aula de clase. Ya sea el caso de la institución de La Salle o la del Gimnasio el Lago, donde Giancarlo Tamasco de tan solo 8 años, lo llaman el ‘diente torcido’ luego de sufrir un incidente contra una mesa de noche.
Está en tercer grado y desde hace dos años lo molestan por su apariencia; se aísla bastante y ya no comparte con ninguno de sus compañeros, pues según él todos se la ‘montan’ en su curso.
“A VECES LOS NIÑOS TOMAN OBJETOS DE SUS PUPITRES Y ME LOS LANZAN PARA AGREDIRME”
dice Giancarlo con una voz totalmente ansiosa. Se nota claramente su miedo, incluso a la grabadora para hablar y solo se siente seguro cuando está al lado de su madre, de quien recibió en gran medida sobre-protección mientras crecía.
El odio hacia este niño es tal, que asegura que sus amigos le llaman ‘asqueroso’ por tener gripa, se confabulan para que los profesores no le crean cuando él pide ayuda y en reacción a esto no le queda otra solución que llorar y actuar agresivamente para responder a las burlas. Ante todo pronóstico, a él le va bien en sus notas, siendo la apatía de ir a un colegio un factor que generalmente baja el desempeño escolar.

A pesar de todo esto Esmeralda Virguez, madre de Giancarlo, habla sin preocupación sobre el tema. Sabe que su hijo pasa por un hostigamiento considerable, cuando en una sus amigos le llenaron la maleta de agua.
Él es muy nervioso y se reprime bastante, entonces grita en respuesta a esa ira (…) Es algo introvertido, le gusta ver mucha televisión y es poco sociable, mas sí le va bien en el colegio – señaló con tranquilidad.
Categorizando el matoneo
Todos estos aspectos de hostigamiento los trata la estrategia Respuesta Integral de Orientación Escolar – RIO, que hace parte de la Secretaría de Educación de Bogotá. Según esta institución, las conductas agresivas entre menores se categorizan de dos maneras:
Están las agresiones reactivas, que ocurren como reacción a ofensas previas, reales o percibidas entre estudiantes, docentes y directivos. Mientras que las agresiones proactivas o instrumentales que ocurren sin ninguna ofensa previa, solo como instrumento para conseguir un objetivo de dominación o estatus social.
El Sistema de Alertas de la Secretaria de Educación, que funciona como conteo general de las principales causas de hostigamiento durante el 2012 y 2013 delimitó las agresiones en las siguientes cuatro ramas:
La primera conocida como las agresiones físicas: acciones que buscan hacerle daño físico a otros o a sus pertenencias como forma de imposición de poder simbólico al interior de los colegios. En los ejemplos encontramos las patadas, puños, cachetadas, mordiscos, golpes con objetos, rompiendo sus pertenencias, entre otros.
Las agresiones verbales buscan dañar la integridad personal de un tercero, afectando psicológica y emocionalmente a través de expresiones de desprecio.
Por su parte, la agresión relacional o social afectan negativamente las relaciones de la otra persona, por ejemplo excluyéndola de los grupos sociales instaurados en los planteles educativos, generando rumores ante las acciones cotidianas de las/os estudiantes.
Por último la intimidación virtual o ciberbulliyng es el constante acoso por medio de las redes sociales.
Además, los indicadores de registro en el Sistema de Alertas reflejaron un aumento, un mayor número de colegios que accedían y hacían uso de la estrategia y que a la fecha son 342 colegios que efectúan registro del mismo. Para el 2011 solamente el 18% de los Colegios reportaban acoso escolar entre estudiantes, representando un incremento mayor al 70% a diferencia del año anterior.
Son estos casos donde RIO interviene, donde hay un grupo de 26 personas que se distribuyen en nueve unidades móviles que se movilizan por toda la ciudad. Siete de estas obran en horarios diurnos, uno nocturno y uno más en circula por las instituciones educativas rurales.
Adriana Velásquez Lasprilla, una de las estrategas de RIO, comentó los principales aspectos del cómo RIO hace presencia por medio de campañas y capacitaciones para evitar este fenómeno, no solo en los colegios, sino también en la comunidad.
“Se han identificado unos principios a partir de las necesidades, intereses y potencialidades de la comunidad educativa, donde reconocemos en realidad que en niñez la vida escolar es compleja y concreta a la vez, por eso nos enfatizamos en nuestra campaña y proceso denominado Reflexión-Acción-Participación (RAP) para trascender la escuela como espacio de aprendizaje y crecimiento infantil sin agresiones verbales o físicos”.
Sin embargo, ninguna de estas unidades móviles se aparecen por la Salle, mucho menos el proceso RAP, quizá por ser un colegio privado. Además, muchos de estos casos en ese colegio se mantienen en acoso escolar por ser o muy esporádicos o muy inadvertidos.
“Hay muchos casos que se confunden con las bromas joviales porque en un curso determinado todos se conocen y las burlas solo ocurren durante el evento gracioso-vergonzoso”, dijo Luis, que a la coordinación de los grados sexto hasta octavo grado ya le ha entregado 3 años de su vida.
De igual manera piensa Sergio, que usa como excusa ese momento por el que todo estudiante ha pasado para comportarse como un joven ‘bully’, término del cual no tiene conocimiento alguno.
– En el caso de Casas, que por cierto es mi amigo, parece no importarle que lo joda y como siempre da la oportunidad de hacer tontadas, pues por eso lo hago, afirmó él con algo de risa acordándose de su amigo. “igual para reírme un rato en las clases que son un poco cansonas también aprovecho para distraerme con mis amigos”, agregó.
Con respecto al ‘matoneador’
Para Diego Gómez, psicólogo del colegio de Sergio, las conductas agresivas vienen generalmente de un rencor que un menor pudo haber guardado. “El perfil de un chico agresor radica en que él ha sido víctima. Aunque siempre nos enfatizamos en los que sufren maltrato, nunca analizamos al ‘bully’ a quien se le rechaza porque actúa moralmente mal, ya que detrás de todo sus rasgos por molestar a otro hay alguien que lo molestó antes o durante su mal comportamiento”.
Sin duda hay inconformismo con él mismo que da como resultado una agresión contra todos sus compañeros, y aunque nadie lo crea, él también sufre y se hace daño internamente por sus acciones – aseguró el psicólogo, que desconoce el caso del único ‘matoneador’ que se dejó entrevistar.
Un artículo de la Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal llamado ‘La agresividad en la infancia: el estilo de crianza parental como factor relacionado’, sugiere que en la etapa de educación infantil impuesta por los padres la disciplina es uno de los principales factores que influye en el crecimiento y formación para la interacción de un niño con otro. En este orden de ideas, aquel niño que no tenga un modelo de autoridad en sus padres o una falta de supervisión, éste empezará a adquirir comportamiento agresivo al no comprender el respeto hacia los demás y al sentir un ligero sentimiento de abandono por parte de sus progenitores.
De igual manera, la hiperactividad que ha sido considera muy constante en el aprendizaje de muchos niños en la escuela, es el resultado de los factores anteriormente mencionados.
El estudio realizado por Antonio Raya, José Pino y Javier Herruzo para la Universidad De Córdoba en España, señaló que el estilo de crianza del menor es un aspecto muy importante teniendo en cuenta que de esta manera un niño tendrá todo un modelo determinado de para las relaciones sociales y personales.
EL MATONEO SIEMPRE EXISTIÓ, PERO SOLO HASTA AHORA LE DIERON NOMBRE
“El término del ‘bulliyng’ nace de los estudios norteamericanos, y nosotros, como siempre, adoptamos el fenómeno como matoneo”, afirma Diego. Desde que las escuelas existen siempre hubo un estudiante que molestó a otro por un defecto o por hacer el ridículo alguna vez en su vida.
Todo colombiano tuvo un ‘bully’ que lo fastidió o viceversa. En la sabiduría popular tricolor muchos aseguran que precisamente el matoneo es necesario para aprender a defenderse en las interacciones sociales y también para solidificar un carácter contra las burlas. A esto el psicólogo estuvo de acuerdo, sugiriendo que en nuestro país hemos modificado culturalmente el hostigamiento para denominarlo “montársela a alguien” y que “de las burlas aprendemos a tolerar la frustración y a evadir esos comentarios”.
Antes, los colegios eran totalmente rudimentarios: con profesores que castigaban a reglazos, el año escolar se perdía con una sola asignatura perdida y los padres culminaban con el uso del cinturón por la misma razón. Ahora, todo es al revés, métodos educativos sencillos, el estudiante tiene el poder de criticar cualquier aspecto del que no esté de acuerdo y los padres arremeten con los docentes por trabajos o tareas largas.
Con esto Diego aseguró que las jerarquías entre padres e hijos y docentes y estudiantes se han perdido y que la sobre-protección se ha convertido en un término denominado “padres helicópteros”, explicando que en un intento por evitar que los niños sufran molestias en cualquier aspecto de su vida, lo que terminan haciendo es dejar sin herramientas de defensa al menor.
Por ahora, Giancarlo no quiere hablar con ninguno de sus compañeros, Sergio promete ser mejor compañero con Casas y Luis intenta seguir buscando todos los casos de agresión u hostigamiento en el colegio donde trabaja.
Asimismo, RIO con sus campañas intenta luchar en una guerra perdida: contra el matoneo que siempre va a estar allí, mientras hayan niños que piensen de manera diferente.
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