¡El caos ya comenzó!

Pequeña crónica del concierto de System of a Down en Bogotá
Por: Daniel Angarita
El caos comenzó ya hace bastante tiemp. Todos los que tuvimos la dicha de nacer en los 90’s recordamos cuando, PlayTV a eso del 2002 transmitió el vídeo musical de la canción Chop Suey, sí ese que pareciera como si el cantante, Serj Tankian, dijera ¡IWACHU! En vez de ¡you wanted to!, de hecho, si se busca la canción en youtube, se dará cuenta querido lector que ese ¡IWACHU! Aparece entre los primeros match de búsqueda.
Día, 3 de octubre de 2015, hora, 5:30 de la mañana, lugar, parque de eventos 222. Como siempre la Sabana de Bogotá recibe a sus habitantes con una gélida madrugada, cosa que no apaga las ganas de ver a una banda con la cual muchos crecimos, se escuchan personas ya en alto estado de alicoramiento coreando las canciones de la banda mientras la fila se alarga, amistades se forman, los vendedores ambulantes aprovechan para vender “ruanas” de plástico, aromática, canelazo y demás bebidas que ayuden a hacer de la espera algo más llevadero.
Después de algunas horas, a eso de las 10 de la mañana, se abren las puertas para que la gente pueda acceder al primer filtro, la primera sorpresa del evento es la ausencia total de policías lo cual obliga a los mismos participantes a hacer respetar el orden, cosa que no dura mucho tiempo dado que las personas se empiezan a amontonar bastante y pasan, a las malas, el primer filtro. Las personas de logística no estaban listas para recibir a esa cantidad de personas, y con unos acallados y tímidos avisos trataban de mantener el poco orden que quedaba.
Los siguientes tres filtros fueron bastante curiosos, a eso del mediodía, ya las personas se disponían a almorzar, algunos siempre llevan más de lo necesario, pero ese no es problema cuando se puede levantar un salchichón, un pan o un sándwich y empezar a escuchar los gritos de “rótelo, rótelo”, un auténtico festín se arma para que todos puedan comer de lo que, literalmente, caiga, puesto que la comida se lanza hasta su destino.
La segunda sorpresa del evento fue la llegada sorpresiva de agentes de la policía, que por fin lograron poner algo de orden, por fin se hicieron requisas más meticulosas, pero aun así las personas entraban chapas, correas, llaves, bebidas alcohólicas y demás cosas que en dado caso podrían hacer mucho daño si se utilizan de manera indebida.
Finalmente, a eso de las 4:30 de la tarde las personas de las localidades empezaron a tomar su espacio al frente de la tarima, una lluvia intensa intensificó la espera y más cuando se veía que el escenario no estaba listo, todos temían que tanto System of a Down como la banda telonera, Patricio Stiglich Proyect (PSP), no tocaran a tiempo.
La hora había llegado para los teloneros, siendo las 6 de la tarde todos esperaban la salida de la banda cosa que no ocurrió. Después de muchos insultos y bulla del público a las 6:30 salió PSP justificando su espera, el guitarrista y líder de la banda de PSP impresionó a todos con impresionantes solos de guitarra y calmando al público ya que era consciente de que todos veníamos a ver a System y no a ellos, después de tocar poco menos de una hora la tensión se sentía en el aire, todos empezaban a empujar hacia adelante representando una asfixiante espera. Siendo las 8:00 pm el verdadero caos estaba a punto de iniciarse.
La banda que muchos habíamos esperado por más de 10 años por fin salía al escenario, las bombas moradas hicieron aparición en honor al centenario del holocausto armenio, causa principal de la gira, y canciones como Chop suey, Aerials, Psycho, Questions, Cigaro, Toxicity, Sugar, entre otras se mezclaban con los cantos, gritos, las caras de felicidad y el constante y famoso pogo que se formó durante todo el concierto.
La banda estadounidense de origen armenio compuesta por Serj Tankian (Voz), Daron Malakian (Guitarra), Shavo Odadjian (Bajo) y John Dolmayan (Batería) empezó su gira en Yerevan, capital de Armenia, con la consigna de hacer saber al mundo el genocidio armenio, en el cual el gobierno de Turquía, en ese entonces Imperio Otomano, asesinó a más de un millón de armenios, las huellas de ese genocidio quedaron abiertas y fueron transmitidas de generación en generación hasta llegar a estos integrantes.
En la actualidad el gobierno colombiano aún no reconoce el genocidio armenio, puede que sea por desconocimiento, porque la población armenia en Colombia es mínima o inexistente o por simple omisión. Aun así todos los que asistimos ese día podemos sentir un poco de ese dolor y compartirlo con ellos y finalmente hacer de nuestras acciones un ejemplo para que cosas así no sucedan de nuevo en la historia de la humanidad.
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