EntrevistaLee

“LA MÚSICA NUESTRA EMPEZÓ A EXPRESAR OTRO LENGUAJE”: ROLLING RUANAS

Por: Marianella Ariza Rivera

 

En Rock al Parque suena un género típico colombiano, la carranga, su mayor exponente es el famoso Jorge Veloza, pero con una única diferencia y es que fue mezclada con rock. Sin pensar que estos dos ritmos musicales pudieran juntarse, por una casualidad un grupo de amigos dio inicio a lo que sería su nuevo rumbo, ellos son, los Rolling Ruanas.

Un nombre que al principio parece tener una relación directa con los Rolling Stones va más allá de la denominación del grupo musical reconocido, porque para ellos su significado se refiere a su esencia como colombianos de ciertas regiones y la representación de un género musical: “Tiene dos connotaciones, el to roll de rock n’ roll en inglés y  rolling de rolos por ser 3 rolos, otro rolo adoptado y ruanas por la representación de la ruana en el altiplano, que es una insignia de la música nacional que tenemos como base”.

Pero, quién creería que podrían llegar a fusionar dos estilos de música que aunque para el oído de muchos son distintas, para ellos cada una tiene un toque similar que encaja con la otra, surgiendo así como señal de vida esta idea. “Jorge hizo un acorde, fue un accidente que ocurrió en un ensayo, realmente este género nos encontró” cuenta Juan Diego vocalista del grupo.  “A mí se me salió un acorde así (toca el tiple) y a Fernando se le vino a la cabeza que se parecía al acorde de una canción de los Beatles, entonces sembró esa semillita de sí hacemos esto y le ponemos carranga, qué podría pasar”.

Aunque su primer video fue una versión de la canción del maestro Veloza, lo que daría el paso para ser lo que ahora son, sería un cover de Hard Day´s Night que grabaron con el celular nuevo de Luis Guillermo “Memo”, como le dicen de cariño y que Fernando tuvo la idea de subir a su página de Facebook: “Fernando dijo si súbalo y yo naa y él dijo si si subámoslo, mueche… subimos el video, pasaron 8 días y llegó a las cien mil reproducciones”.

Después de hacer varios covers que se volvieron virales en redes, tanto así que el grupo Kiss twitteó un video de ellos, toda esta difusión mediática y “exposición tan brutal, porque fue brutal” los llevó a darse cuenta de que más allá de los covers existía un concepto. “Con una rama del folclor de nuestro país que ha estado muy en silencio, cogimos eso y le dimos un giro de 180 grados”. Para ellos las redes fueron quienes los mostraron, generando una gran aceptación entre quienes los seguían y otro público que los escuchó con este nuevo invento

Tuvieron una presentación en un escenario tan rodeado de rockeros que nunca se imaginaron lo que podía pasar y es que todos los asistentes poguearon sus canciones, lo que les cambió el “caminao” como lo dijo el vocalista: “El piso temblaba, se podía sentir la energía de la gente, hemos tenido público a nivel de número mucho más masivos pero la energía que hubo en Rock al Parque, como ninguno, toda la gente quería bailar, saltar, poguear… nosotros lo disfrutamos”.

Para poder presentarse en ese evento ellos hicieron el proceso de selección como cualquier banda, se presentaron y quedaron en cuarto lugar. Al momento de salir a la tarima y estar parados frente a su público, tenían nervios y estaban muy serios, cuando empezaron a tocar se dieron cuenta del impacto que su música estaba causando. “Vimos como coreaban las canciones, nuestros nombres, pogueaban, ni siquiera lo más rockero, ¡lo más carranguero!, fue increíble, una de las mejores experiencias”, dijo emocionado Jorge Mario, tiple y corista de la agrupación acompañado de su instrumento que carga para todos lados.

Después de esto el rumbo de sus presentaciones cambió, pero no por influencia de lo que pasó aquel día en el parque Simón Bolívar, fue algo más fuerte como lo describen ellos, una energía colectiva que mutó a otra cosa.

“Es el hecho de que en algún lado o en algún lugar algo suceda, que tenga un impacto sin estar en una relación directa, si no más allá en una relación de tiempo y espacio”, como si fuera una energía que cambia el estado de ellos y del mismo público.

Llevan cuatro años construyendo su proyecto, sentados en la sala de una casa, reunidos tranquilos después de 3 entrevistas, hablan como si fuera una charla entre amigos y dicen que están en su mejor momento y que es hora de recoger frutos, estando todos en la misma “honda” de dedicarse cien por ciento a los Rolling Ruanas.

La costumbre siempre limita a las personas en lo que es o no tradición, lo correcto o incorrecto, pero estos 4 músicos llegaron para romper esquemas mentales: “Evocando más en dos tradiciones musicales con un sonido más nuevo, mucho más joven y también resaltando que no hay mucha relación con los Rolling Stones, ni desde la música, ni desde el nombre”.

Manejar auditorio de estos dos gustos musicales parecería algo complicado, sin embargo ellos dan momentos en su show para los que les gusta el rock o la carranga, al tener personas desde los 6 hasta los 90 años, su música en vivo hace que estas diferencias se vuelvan superficiales y puedan generar un vínculo existente por la música volviéndolo más fuerte.

Dejando a un lado las presentaciones, viajes, ensayos, grabaciones y entrevistas en todos los medios de comunicación, más que amigos se consideran hermanos y su diario vivir es recocha por todo lado:  “Mucho pa arriba y pa abajo, la carranga es mucha mamadera de gallo, así mucha gente lo confunda como un chiste”, resaltan que lo bonito de la carranga es su folclor simple y descomplicado en la manera como narran las cosas.

“Eso somos los cuatro, muy carrangueros en ese sentido, que no le ponemos misterio a muchas cosas y así son nuestros días”.

A pesar de todas las dificultades que atravesaron lo más importante es su amistad que “ayuda a superar distintas situaciones fuera del escenario y todo hace parte de un proceso que está plasmado”, señaló “Memo”, quien suele expresar más el cariño que siente por sus “hermanos” con los que comparte una vida musical que se convirtió en su proyecto.

Y ante lo difícil que es crecer como interpretes en este país, ellos consideran que hay cosas más importantes para poder resaltar como artista y surgir en medio de tanta competencia que tienen dos maneras de ser escuchados:  la payola o la rosca.

“Más allá de eso es tener convicción porque esa convicción lo lleva a uno donde tiene que estar si es bastante real” y que un buen músico lo que hace es tocar para gustar, y lo más importante: mantener la mentalidad de “representar una cultura y una identidad, siendo un buen artista la persona que trabaja para el servicio de otros”.

En un espacio tan acorde a su identidad, con un fondo melodioso de Fernando “El padrino” tocando el requinto y cantando en la parte trasera de la casa, los Rolling Ruanas se identifican al no casarse con nada, seguir explorando, estar atentos y permitir la fluidez de nuevas ideas, claro sin perder la lógica musical que permita crear nuevos fenómenos para hablar por medio de las letras y la música.

Sin cerrarse a la posibilidad de combinar nuevos géneros, como la balada del carranguero que fue inspirada en música de Nariño,  la base de sus composiciones serán los dos ritmos con los que empezaron porque “siempre está un elemento orgánico que es lo rockero que es donde está a fuerza, lo visceral, es más un símbolo de lo que representa el rock más allá de sonido rock o un símbolo de lo que representa la carranga más allá de lo evidente, de ponerse la ruana, pero es solo un pretexto para traer”.

La carranga y el rock están untados entre sus acordes, las letras y la energía escénica “son como el suelo en el que se levantan las edificaciones de lo que vamos construyendo  como canciones y propuestas nuevas”.

En un futuro hasta podrían quitarse las ruanas y porque no si “Kiss hizo un concierto sin maquillaje”, aunque en este momento sus ruanas son un concepto sonoro y de identidad, “pero tendrá un sentido, un propósito, porque quitársela por quitársela pues no”. Más que ser una prenda para cubrirse del frio y representar a sectores campesinos del país, sus costumbres y estilo de vida, “es un símbolo muy patriótico, un símbolo de un legado musical del cual partimos a explorar otras perspectivas sonoras de letras, de ideas”.

Pasaría algo si se quitan las ruanas, porque como dice Jorge Mario “Hay gente que no nos perdonan ¡y la ruana y la ruana!

publicación anterior

ÁREA ADMINISTRATIVA

Siguiente publicación

NÚMERO CERO - MÁS CERCA DE LAS LETRAS

Sin Comentario

Deja tu respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *