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¨LA SERIE ES UN HOMENAJE PARA JAIME¨: CARMENZA GONZÁLES

La actriz de Garzón Vive en la sala de su casa. Fotografía: Manuel Restrepo

Cuando se enteró que era posible estudiar actuación, tenía 12 años. Ahora, a los 53, ha logrado retratar a personajes que permanecen en la memoria de los colombianos. Dulcinea, Doña Quintina y actualmente Graciela Forero hacen parte de su trayectoria, que tuvo su nacimiento en el teatro y que la ha posicionado como una referente de las noches de RCN.

En Garzón Vive, Carmenza interpreta a la madre del personaje principal, en donde ha tenido que ampliar su rango actoral para llevar a cabo escenas que son fuertes, incluso para ella. Sin embargo, no ve su actuación como una afrenta hacia la memoria de Ana Daisy Forero, la madre de Jaime, ya que es evidente el amor que, a pesar de todo, le tiene a su hijo en la telenovela.

También vio en el personaje una posibilidad para evitar seguir siendo encasillada dentro de los mismo papeles en la televisión. Además, compartir la realización de Garzón Vive junto a Sergio Cabrera era una posibilidad que esperaba tener hace tiempo, y que le ha significado uno de los papeles más difíciles de su carrera.

¿Qué la lleva a dedicarse a la actuación?

Desde pequeña era muy divertida. Me gustaba la gente, era extrovertida, pero no sabía que ser actor se podía estudiar. Cuando estaba en el colegio, llegó una profesora de teatro. Apenas tenía 12 años y me enloquecí. Ella había sido actriz profesional, y montó un grupo de teatro los viernes. Era tan obsesiva que todas las tardes ensayábamos en una casa que compartían varias actrices. Quedaba a tres cuadras de mi casa, y hasta mi hermano se metió. Era rarísimo, porque estudiaba en un colegio femenino, pero ahora trabajábamos con muchachos. Cuando no era en la casa de la profesora, lo hacíamos en otras partes. Fue muy bonito y me enamoré del teatro con pasión. Después me dio por dirigir a las niñas de tercero cuando estaba en quinto. Lo hice en una obra y me di cuenta que me gustaba, me fascinaba.

Cuando acabé el colegio, no sabía que podía estudiar teatro, no había averiguado nada. Así que ingresé a la Javeriana y empecé a estudiar psicología. Cuando iba hacia la mitad de la carrera, decían que Humberto Dorado iba a dirigir teatro en un curso de la Universidad. Inmediatamente me metí al grupo, a pesar de que Humberto duró como un mes, y dejó a Olga Lucia Lozano a cargo; era del Teatro Libre, y en mi infancia había ido a ver todas las obras de allí. Estaban grandes actores como Jorge Plata y Humberto Dorado, que luego se salieron de la dramaturgia. Aproveché para ingresar y no pude salir nunca más. Hasta mi hermano menor se metió al grupo, y mi hermana nos ayudaba con la escenografía y el maquillaje. Ya estaba metida de cabeza en el teatro.

¿Qué significó trabajar en la serie sobre la vida de Jaime Garzón?

Ha sido lo más importante que hecho. En primer lugar, no esperara que finalmente me dieran ese papel. No fue fácil conseguirlo, porque poca gente pensaba que cumplía con el perfil, porque soy muy querida y dulce, muy simpática. Sin embargo, al final lo conseguí. Además, todos estábamos enamorados de la historia de Jaime, la queríamos hacer de una forma respetuosa y fiel. Fue un homenaje, no sólo algo por lo que te van a dar plata, sino algo que hicimos para que trascendiera. Lo único que quieres es que los jóvenes la vean para que sepan quién fue Jaime Garzón.

¿Qué retos le llevó realizar el papel de Graciela Forero?

Ser una mujer muy dura. Recibí muchos regaños, Sergio fue muy estricto al principio para que fuera brava y para que no juzgara esa dureza. Era una firmeza con sentido, que venía de un entorno familiar, de una historia patria y personal. También viene de un modelo de crianza que no conozco porque no lo viví. Así que en esa dureza ponía dulzura, trataba de justificarla. Esta mujer no podía ser así, por lo que enfrentar escenas tan difíciles me hacía llorar.

También me cuesta mucho llorar, y en la mitad de las escenas sufría. Afortunadamente, teníamos un segundo director que era una belleza, y me ayudó a sacar de mí lo que nadie había podido sacar. Lo hizo con una simpleza y una tranquilidad que no sé qué me movía o qué llave abría, pero era automático.

¿Cómo es trabajar con Sergio Cabrera?

Es una persona que tiene muy claro lo que tiene en la cabeza, y también es un gran director de actores. Le interesa más eso que cualquier cosa. Tiene su director de luces común y corriente, pero tiene una manera de dirigir muy particular. Algo muy especial de Sergio es que creía que hablábamos muy fuerte en el set. Era muy calmado, y por eso la novela tiene un toque de tranquilidad.

¿Enfrentó alguna dificultad por la posición de los hermanos de Jaime ante la novela?

Al principio casi me muero. Según la dirección de la serie, ella era muy dura por la personalidad de Jaime, y le pegó toda la vida. Nadie quiere ver que hablen de la mamá así, pero esto es ficción basada en una cantidad de cosas que dijo la gente: que la mamá era así, que el papá era bebedor, etcétera. Una persona tiene que ser capaz de explicarle a su hijo que es ficción. Fue duro al principio, pero luego me basé en esto y me dije -yo no escribí esto-. Por otro lado, mi personaje empezó a dosificar algunas cosas, aunque siguió jodiendo a Jaime hasta el final. Ella es más cariñosa en algunos casos.

¿Es contradictorio que RCN realice la serie sobre la vida de Garzón?

Esto pasa en nuestro país. Es duro, pero entiendo la visión que tenemos todos de RCN. Incluso siendo una novela, Sergio decía -no entiendo por qué estamos haciendo esto, no parece que hayan leído los libretos-. Es impresionante lo terrible y poco objetivos que han sido los colombianos con la novela, palo porque sí y palo porque no. Si hacen mal las cosas, matemos a RCN; pero si las hacen bien, también. Es absurdo, porque es lo mismo que el proceso de paz. Cuesta perdonar; es difícil, pero hay que perdonar. Así es la vida, y si RCN trata de hacer un producto interesante, que es objetivo y está bien hecho, Sergio no iba a disfrazar las cosas. Es una tontería hablar por hablar. Si quieren, mírenla y coméntenla. Que critiquen a RCN por otro lado, pero no quiere decir que el producto no esté bien hecho, nosotros lo hicimos con el corazón.

¿Qué proyectos siguen en su carrera?

Hace poco realizamos una película con la Universidad Nacional, con los estudiantes de cine. Los mejores hicieron la fotografía, el montaje y demás. La Universidad nos respaldó en todo. Sin embargo, hay una historia muy particular: el proyecto se grabó en dos etapas, una en julio y otra recién en enero, entre las dos etapas se murió el protagonista y tocó terminar la película sin él. Se llevaba un 80 por ciento del film así que fue duro no sólo seguir sin un miembro del equipo, sino ingeniarse cómo terminar la historia sin él. Estos son los desafíos para los que me preparé en el mundo de la actuación.

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