EN EL MERCADO DE LAS PULGAS, HISTORIA DE UN NUEVO AMOR

Por: Laura Natalia Hernández
¨No hay riqueza tan segura como un seguro amigo¨
Juan luis vives
El sol calienta, mientras la lluvia de una tarde típica bogotana apremia. Es difícil caminar, hay gente aquí y allá. Perdón, con permiso, que pena, disculpe… Se escuchan gritos, un llanto agudo casi chillón ¿Qué es? ¿De dónde viene aquel ruido? Sofoca la curiosidad.
Es domingo y como es costumbre en la ciudad de Bogotá, especialmente en la zona norte de la capital, salen los puestos artesanales para inundar y adornar las calles de este sector con los diferentes productos decorativos, innovadores o de colección de los micro-empresarios capitalinos.
Se trata de una tradición. Lo recomendable es llegar sobre las 10 de la mañana, caminar por cada pasadizo artesanal con tal de alimentar un poco el ojo y adquirir cosas que con dificultad podrían hallarse en otro lugar.
¨Acá siempre van a encontrar diferentes conceptos y pues nosotros estamos todos los domingos en el mercado salvo que a veces nos rotan el lugar¨, dice con un alegre tono, para conciliar una venta Sergio, un vendedor de artesanías hechas en cuero del mercado.
¨En 1991 nació el mercado de las pulgas de Usaquén, un sitio donde la gente llega todos los domingos y festivos para disfrutar del ambiente cultural y artesanal característico de este lugar. Cada semana hay diferentes artesanías, antigüedades, gastronomía, música en vivo y mucho más. Esta tradicional venta lleva 20 años en la localidad y surgió como una convocatoria de la Alcaldía en el año 1990. En la época se convocó a artesanos y artistas para mostrar su talento¨, se explica en el sitio oficial del mercado de las pulgas de Usaquén.
Y es que cualquiera puede llegar hasta este lugar, no es nada difícil. Buses, carros, bicicletas, patines, patinetas pueden permitir a los turistas, capitalinos y comerciantes llegar hasta este lugar. ¨Para llegar al Parque de Usaquén puedes tomar en la carrera séptima un autobús o un taxi que te lleve al Centro comercial Hacienda Santa Bárbara (Dirección Carrera 7 No. 116-05), justo al lado del centro comercial empiezas a observar los puestos y de ahí en adelante tan solo debes seguir a la multitud que se dirige al parque de Usaquén¨, explica con detalle la nota`Visitar el mercado de Usaquén en Bogotá` del blog viajero ´equipaje de mano´.
¨De acuerdo con William Ardila, presidente del Mercado de las Pulgas, desde el principio se ha buscado fortalecer a todos los artesanos, microempresarios y artistas en los campos del emprendimiento empresarial y la sostenibilidad económica”, según la revista SEMANA en su publicación ´Mercado de las Pulgas: lo mejor del domingo´. Además, ¨El mercado tiene una extensión de tres cuadras en las que además de generarse aportes socioeconómicos se producen encuentros culturales y turísticos. A la localidad de Usaquén la visitan alrededor de 12.000 personas cada domingo, de las cuales un 30 por ciento son extranjeros.¨
Y es que gracias a las artesanías que con sus colores y texturas adornan las calles de este sector, según el Consejo de Bogotá, en el Acuerdo 544 de 2013 se estableció que transitar por este mercado es una actividad de interés cultural.
Suena música, gente baila, actúa, divierte; pero al fondo, muy al fondo aún prevalece el agudo llanto. ¡¿Qué es?!
Además de las artesanías que muchos empresarios hacen con sus propias manos muchas otras personas aprovechan para vender cachorros de distintas razas, no está prohibido. Son tan pequeños. Bulldog, pastor alemán, golden retriever y muchos otros. Un millón, millón quinientos, dos millones… Su carita derrite de ternura a todos los transeúntes, parecen valer su elevado precio. Muchos se acercan a tocar sus pequeñas y redondas caritas mientras con recelo preguntan qué valor tiene aquella pequeña y delicada vida.
Sigue el llanto, los gritos. Ha pasado rato de escuchar ese agudo ruido.
“Adopta, no compres”, dice un gran aviso en la parte más alta del mercado. ¡Claro! ¡De ahí viene aquel tierno y chillón ruido!
Un par de muchachas, de nos más de 20 años caminan con un par de cachorros en sus brazos por los pasajes del mercado. Irradian ternura. “¿Les gustaría adoptar un perrito o ayudar con alguna donación para un refugio que cuenta con más de 400 perritos?”, repite varias veces Katherine, una voluntaria de la fundación Peluditos con futuro, mientras enseña en su mano derecha el pequeño perrito y en la izquierda una larga, cilíndrica y decorada alcancía en la que la mayoría de gente de a pie que allí se encuentra llena rápidamente con monedas y billetes de todos los valores.
Aquellos perritos, quizá era lo único en el mercado que no tenían un valor específico, que no se podían echar en una bolsa para llevarlos a casa o deslizar una tarjeta de crédito por un datafono inalambrico para que en cuestión de segundos pudieran ser de quien en ese momento se antojara de aquel tierno capricho.
Hay una carpa azul. El llanto se agudiza, se multiplica. Un corral lleno de cachorros de distintas razas y un par de jaulas con grandes pero nobles perros aguardaban para poder ser adoptados por quienes quisieran hacerse acreedores de aquel infinito amor.
Muchos visitantes al sector se acercan, los miran, los invade la ternura. Muchos averiguan, pero no tantos están dispuestos a llenar el dispendioso formulario que le permitirá llevarse el perro sin hogar consigo para hacerlo parte de su familia.
Son muchas hojas. De veinte que se acercan a mirar y suspirar por los perros, cinco averiguan y uno o dos realizan el proceso de adopción. El estudio es dispendioso. No es lo mismo, pero es como si una familia adoptara un bebé, ¡Es una vida!
¨El proceso de adopción es muy facil, primero que todo es muy importante vivir en un lugar donde no haya tanta sobrepoblación de perros y gatos callejeros, se les hace 1 o 2 visitas al año al domicilio para ver el estado del perro o el gato¨, explica Diego, quien también es voluntario de la fundación. ¨No se puede regalar, no se puede botar, en tal caso que vean que no pueden tener el animal la gracia es que lo devuelvan a la fundación para que le consigamos un nuevo hogar¨.
Unos juegan, otros duermen, otros simplemente observan ansiosos de qué pueda pasar con ellos.
Cinco hojas, un esfero, y bastantes espacios por llenar. Nombre, teléfono dirección, correo. Una silla incómoda y ningún espacio donde apoyar. Raza del perro, talla, color, facciones, por qué lo quiere…
Un contrato. ¨Ofrecer los cuidados necesarios y generales que necesite el animal.- llevar un control de visitas a su veterinario para vacunaciones, desparasitaciones y por cualquier enfermedad que se le origine. -No permitir que el animal adoptado transite libremente por la vía pública, parque o campo, sin estar acompañado por su propietario y siempre con su correa y placa. -Si es la primera vez que está a cargo de un animal, procurará informarse lo mejor posible de los principios básicos a tener en cuenta para ofrecerle una vida digna…¨, estipula una parte del contrato de adopción al culminar su largo y tedioso formulario.
¨Si lo llegaran a botar o a regalar tendrían problemas judiciales con la fundación porque es una vida lo que se está entregando¨, recalca con un tono fuerte Diego, mientras con afán se firma el contrato.
Llenar el formulario y la revisión de que todo esté en orden tarda un largo rato. ¨Cuando llenan el formulario es necesario asegurarnos de las referencias que dió las persona para saber que si quieren el perro¨, explica Katherine. En el formulario es necesario poner cinco referencias. Parece de relleno, pero de un momento a otro piii, Martha, la encargada de aquel punto de adopción se encontraba llamando a cada una de las referencias. Ipso facto.
Uno pensaría que en cuanto uno afirma que quiere un perro, lo toma y se lo lleva sin problema. No, es todo un papeleo.
¨Por último tienen que hacer un aporte económico de 80 mil pesos o 60 kilos de comida. Ese aporte cubre la esterilización del animalito o si quieres dar la comida para los 400 animalitos que tiene la fundación¨, culmina Diego, antes de hacer entrega del perro.
¨Empezamos con 70 perritos y hoy en día nuestro refugio alberga de forma segura y cómoda a 400 peludos¨, afirmó Carmenza Luna para la revista vida felina y canina.
La tarde cae. Se fue todo el día. Tras confirmar todas las referencias y enumerar los infinitos cuidados que debe tener una mascota. El encargado se agachó dentro del corral, tomó un pequeño perrito negro entre sus brazos un tanto dormido y lo entregó. Tenía frío pese a que llevaba sobre él un saco azul tejido en lana. Todo el mundo lo miraba.
¨Es un nuevo integrante de la familia y la idea es que nos una porque en mi familia todo el mundo coge como por su parte. Hay mucha desunión. Pienso que el perrito podría unirnos y quiero tener responsabilidades de parte y parte con mi familia¨, afirmó emocionado Carlos Viáfara el nuevo dueño de uno de los perritos que en aquel momento era acogido por un nuevo hogar. ¨No veo mucho la diferencia entre adoptar y comprar, en todo caso es la unión con el perrito que es un nuevo integrante de la familia y se debe querer, cuidar y considerar como tal¨.
Es un sentimiento sin igual. ¨Se siente mucha alegría¨, afirmó con un tono enternecido Eliana Montes, quien también realizó un proceso de adopción. ¨Me emocioné mucho cuando vi el perro grande que adoptaron (Era un pitbull) que se llamaba Homero porque era uno de los más grandes que había. Él entendía más lo que estaba pasando y estaba muy feliz. Lo vi irse con mucha alegría y a las personas que lo adoptaron también. El pequeñito que nosotros adoptamos mostraba mucha ternura en cómo miraba, como con agradecimiento, eso le enternece a uno¨.
Antes de partir, Martha, la encargada del puesto de adopción corrió tras el perro. ¨Toca primero desparasitarlo bien, no se puede poner en pasto hasta que ya tenga todas las vacunas. Muchas gracias por adoptarlo¨, dijo. ¨Chao mi amor lindo, que seas muy feliz con tus papás en tu nuevo hogar¨, le dijo al perro, con los ojos inundados de lágrimas y una amplia sonrisa mientras le besaba repetidamente sus pequeñas patas y le regalaba la bendición.
¨Hoy en día, ´Peluditos con Futuro’ depende de voluntarios y ayudas de las personas que de buen corazón contribuyen con comida y recursos. Son al menos siete bultos diarios los que consumen solo los perros y adicionalmente hay una deuda que asciende a unos 20 millones de pesos entre cuentas con veterinarias y servicios públicos¨, se explica en la página 4 patas.
Los perros, grandes o pequeños que salen de aquella carpa azul, irradian en su cara agradecimiento… felicidad. ¨El que tiene corazón da amor, y el que no tiene corazón necesita amor¨, dijo una vez la madre Teresa de Calcuta. Algunos se montan a los carros con temor, no sabían a donde iban, otros dejan percibir su sonrisa. Sus orejas altas, su cola batiéndose y sus ojos con ausencia de dolor dejaban ver que todo estaba bien. Aquel largo papeleo valió la pena.
Terminó un proceso que tomó todo un domingo, pero comienza una historia de complicidad que durará años…
Nota del autor:
La fundación recibe la mayoría de sus donaciones por las personas que dan dinero en los puntos de adopción. Por la cuarentena decretada por el gobierno los perritos no pueden ser ¨exhibidos¨ por lo que se dificulta la recolección de recursos y la adopción de los mismos.
Quien esté interesado en ayudar puede donar dinero a través de:
*La cuenta de Bancolombia 178-484331-61 a nombre de: Fundación peluditos con futuro
* La cuenta de ahorros Banco Caja Social 24.51.73.20.758 a nombre de Carmenza Luna
Ademas de dinero se puede ayudar a los peluditos con bultos de comida, pues al día se necesitan más de 7, medicamentos, mantas en buen estado, ropa en buen estado y si tiene espacio en su casa y corazón puede apadrinar por un mes a un perro, darle techo y si se ¨amaña¨ y tiene las condiciones necesarias puede adoptarlo.
Puede obtener mayor información a través de la cuenta de instagram: @peluditos_colombia o en la página web peluditosconfuturo.org
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