LA UTOPÍA DE LA LIBERTAD EN INTERNET
Por: Laura Camila Rodriguez y Juan Camilo Quintero
En un informe de este año de Reporteros Sin Fronteras, realizado por Reza Moini, Benjamin Ismail y Elodie Vialle, titulado Censura y Vigilancia de Periodistas, se comprueban diferentes ataques a los derechos de libertad de expresión en internet. Da cuenta de que en 2016, según The New York Times, Facebook estaba desarrollando un programa para censurar los contenidos de los usuarios en la red social utilizando la ubicación geográfica. Los empleados de esa red social aseguraron que la idea de la empresa era responder a las exigencias del régimen chino en cuanto al control de las publicaciones, con el fin de volver a este mercado del cual fueron expulsados en el 2009 por la difusión de las rebeliones de la minoría Uigur en Xinjiang y la represión contra los manifestantes.
Casualmente, en el mismo año se bloqueó la web de ARA News sin explicación alguna, una agencia de prensa independiente que informa sobre la situación de Siria, Irak, Turquía y Oriente Medio, que recibe miles de visitas al día.
Por otra parte, en Tailandia se dio un explícito caso de censura con el caricaturista Stephff, quién es conocido por sus dibujos irónicos y satíricos sobre las realidades mundiales. Su cuenta fue bloqueada justo después de qué publicó una caricatura de las redes sociales y su influencia en el nuevo orden mundial, entre las que aparecía Facebook. Junto a estos, múltiples periodistas que informan ya sean protestas o escándalos políticos han visto como Facebook bloquea sus cuentas “por error”, en una clara muestra de censura arbitraria.
Sin embargo, el agravante de la situación es que no se limita únicamente a Facebook. Como señala el informe, Twitter no se queda atrás y ha enfrentado acusaciones por censurar periodistas en reiteradas ocasiones. Por citar un caso, en 2014, la aplicación utilizó su herramienta de gestión local de contenidos para prohibir el acceso a una cuenta o a un tuit desde cualquier conexión en Turquía. Pero más grave aún fue que después del intento de Golpe de Estado en contra del Gobierno de Erdogan, cuando la aplicación hizo todo lo posible por cumplir las órdenes del régimen censurando más de 20 cuentas de periodistas y de medios de comunicación, demostrando ser -casi- sumisos ante los poderosos de la política global.
El informe Censura y Vigilancia de Periodistas analiza cómo las compañías han dado pasos en contra de la libertad de prensa en internet. La compañía Apple también fue tema de opinión pública cuando el New York Times dio a conocer que su versión en China había sido eliminada de iTunes Store por petición de la Administración del Ciberespacio en China. Curiosamente, la autocensura en iTunes Store comenzó poco después de que esta compañía instalara su primera tienda el país más grande del mundo, posteriormente más aplicaciones han sido bloqueadas por Apple en este país, como lo fue la app del Dalai Lama y otras relacionadas con temas tabú en el país.
Otro tema del estudio es el de las empresas de vigilancia y cómo su trabajo ha afectado la libertad de prensa alrededor del mundo: en Irán – uno de los más represivos- a través de agentes ciberpolicías se vigila permanentemente todas las actividades de sus ciudadanos. En los últimos tres años, en diferentes ciudades de este país han sido citados centenas de periodistas, profesionales y ciudadanos, algunos de ellos arrestados y condenados a largas penas. En el año 2011, el informe argumenta que Reporteros Sin Fronteras denunció que empresas occidentales cooperaban con el régimen iraní, así que solicitó aplicar sanciones internacionales “si se comprobaba que la tecnología o la infraestructura adquirida por el país permitía al régimen vigilar y reprimir a su población”.
En 2013, el informe anual de Reporteros Sin Fronteras identifica cinco empresas que estaban vinculadas con la vigilancia en línea, ubicadas en Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos, que vendían sus productos a países represivos que violans los derechos humanos y a la libertad de la información.
El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas aprobó una resolución que promueve la protección de los derechos humanos en internet. El objetivo es que a la libertad de expresión en la vida cotidiana debe sumarse el derecho en la red y no ser perseguidos o censurados por los gobiernos de turno. Otra resolución que empleó este Consejo de la ONU, dice que hoy en día los periodistas necesitan herramientas para poder trabajar, que protejan su identidad y garantice el desempeño profesional.
Finalmente, el informe de Reporteros Sin Fronteras señala algunas recomendaciones para luchar contra la cibercensura y determinaciones que considera que deben tomar en cuenta los gobiernos, las organizaciones internacionales, empresas, periodistas y demás, buscando siempre mejorar las condiciones para que se desarrolle una libertad de prensa que contribuya al ejercicio democrático.
Entre estas, cabe resaltar la que sugiere que los gobiernos deben asegurar “que las medidas de vigilancia de las comunicaciones respetan como es debido los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad, conforme al artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, porque demuestra la disconformidad de la organización periodística con el funcionar político alrededor del mundo y su doble moral, hablando del respeto a las libertades pero violando la privacidad de los ciudadanos.
Además, deja algunos consejos para que los periodistas se protejan de las eventuales interceptaciones con aplicaciones (Cryptocat, Zerobin, Privnote) o simples tips que les proporcionen más seguridad en su profesión (contar con tarjetas SIM en caso de ser detenido por la Policía en una protesta, borrar cualquier rastro en internet, verificación en dos pasos y más).
En la época de las redes sociales y la inmediatez con los servicios de mensajería, internet se ha convertido en el principal enemigo de los gobiernos corruptos y dictaduras infames. Gabriel Pastor en un artículo titulado El Terror a WhatsApp, publicado en el periódico El Observador, explica que “existe consenso en la comunidad internacional en que la libertad de expresión es la piedra angular de toda sociedad democrática”. Y en la actualidad, internet es una pieza fundamental de la libertad de expresión porque ocupa un lugar primordial en la vida contemporánea.
De tal forma, consideramos que cuando se viola la privacidad en internet se atacan derechos humanos fundamentales, vulnerando teorías que defienden la libertad de expresión, explicadas en el libro El derecho a comunicar, de Damián Loreti y Luis Lozano, a partir de las ideas de Larry Alexander.
En primer lugar, la teoría que habla de la libertad para la promoción de la verdad, que se encuentra dentro del grupo de las teorías consecuencialistas de la libertad de expresión.
La libertad de expresión es “un instrumento fundamental para el descubrimiento de la verdad” y sobran los ejemplos que nos demuestran que los ataques a internet, privan a los pueblos de acercarse a la verdad misma. Los gobiernos que limitan el acceso a redes sociales y monopolizan los medios de comunicación están transmitiendo realidades sesgadas a sus pueblos, violando el derecho a recibir una información veraz que recoja diferentes puntos de vista.
Corea del Norte, por ejemplo, cerrando su país casi que herméticamente ha conseguido que sus ciudadanos no conozcan nuevas realidades y los han hecho creer en su líder político a niveles teológicos que rozan lo inconsciente, en una sociedad que no cuenta con acceso a internet libre y su periodismo está completamente limitado a opinar en beneficio del régimen (Puesto 179 de 180 países en el Informe Anual de Libertad de Prensa realizado por Reporteros Sin Fronteras en el 2016).
Por otra parte, en cuanto a la preponderancia de la libertad de expresión en el ejercicio democrático, Alexander propuso que dicho concepto debe entenderse y defenderse como un derecho humano desde la “premisa de la desconfianza hacía el gobierno para regular la expresión en sí”, de forma que se consolida como una manera de limitar a los gobiernos y que estos ayuden al pueblo a seguir progresando, en vez de enriquecer a particulares cuando se encuentran en el poder.
En este caso, consideramos fundamental el libre acceso a las redes sociales, plataformas que a pesar de contar con millones de defectos, se han convertido en un poderoso instrumento de comunicación e información. Cuando se cierran estos espacios y se limita su acceso, la sociedad está perdiendo una parte fundamental de la participación ciudadana de la democracia moderna.
A manera de conclusión, nos encontramos en una época muy complicada, con millones de herramientas para poder ejercer un periodismo más completo que nos permita vivir de una manera más equilibrada y justa, enfrentar dictaduras y denunciar casos de corrupción.
Sin embargo, a medida que crecen dichas herramientas y que los periodistas se capacitan más para ejercer la profesión, algunos gobiernos, políticos, e incluso empresas privadas, fortalecen sus artimañas para frenar la libertad de prensa y seguir maleando en el poder. Como bien señala Reporteros Sin Fronteras, en su informe Censura y Vigilancia de Periodistas: Un negocio sin escrúpulos, debemos pedir a las organizaciones internacionales que hagan cumplir a los países las leyes que promuevan la protección la libertad en el espacio virtual tanto como en el espacio físico.
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