SOÑAMOS CON UNA EDUCACIÓN DIFERENTE
«Me siento sumamente satisfecho de seguir creyendo en el talento humano y no perder la esperanza en un cambio, no todo es tan malo como se plantea.»
Hace poco me encontraba angustiado por presentar uno de los exámenes que marcaría sin duda parte de mi vida, no solo por el resultado que traería, sino porque hacía evidente la proximidad del cierre de un ciclo muy importante para toda persona, como lo es la etapa escolar.
Las pruebas SABER sin lugar a dudas demostraron una faceta diferente este año, lo que me hizo comprender cómo podemos ser tan críticos al momento de evaluar la educación colombiana al leer el artículo “Así me fue con el nuevo ICFES: crónica de un domingo desperdiciado” del periódico el Tiempo, escrito por Andrés Burgos, texto que tanto causo revuelo en las redes sociales.
Me cuestioné seriamente por qué la educación colombiana sigue en el mismo ciclo y coincide con lo que dice Burgos en su artículo: “Me acordé de la canción de Pink Floyd y me pregunté cuántos de los jóvenes formados en esa fila infructuosa no serían más que “otro ladrillo en el muro”. Haciendo referencia a la popular canción de esta banda «Another brick in the Wall».
¿A que vengo con toda esta introducción?, se preguntarán. Pues bien, antes de presentar el decisivo examen, que marcaría otro parámetro para graduarme, decidí prepararme para este. Sin pensarlo conocí a unas personas que en poco tiempo cambiaron mi forma de pensar y actuar en ese momento, lo que personalmente llamaría: “mi esperanza por la educación de calidad”.
“Jóvenes egresados y miembros de diferentes universidades públicas brindan sin ningún ánimo de lucro su conocimiento, entrenando a muchachos de Ciudad Bolívar. “Este sería un excelente titular para cualquier nota periodística, pero más allá del estigma social de una localidad tan amedrentada como esta, se debe conocer a fondo la labor filantrópica de estos jóvenes que enseñan y brindan lo que saben, solo para que los miles de alumnos que pertenecemos a esta localidad tengamos posibilidades de acceder a la educación superior y no repetir la misma historia de bachilleres trabajando en “lo que salga” solo porque no encontraron oportunidades de estudio.
Muchos jóvenes de grados undécimo optan como método de entrenamiento para las pruebas SABER, entrar a costosos cursos de preicfes o preuniversitarios que se ofrecen por estas fechas. Sin embargo pocos sabían que muchas organizaciones, brindan este tipo de ayuda sin ningún costo. Es el caso de KIRIUS una organización creada desde la visión del MODEP (Movimiento por la defensa de los derechos del pueblo) que busca desde la expresión juvenil reivindicar los derechos de las clases populares principalmente el derecho a una sociedad más justa para las mayorías.
Como extensión de uno de los tantos programas que existen en esta organización, se creó el comité popular pro defensa de la educación, del que puedo decir orgullosamente hice parte y me preparé para la prueba de estado.
En el preicfes popular que impartieron estos jóvenes universitarios, se demostró como debatir y aprender mutuamente es posible sin reprimendas. Fue un espacio educativo de calidad, sin ánimo de tener que pagar por una buena educación, por el contrario ellos nos compartían lo mejor de sí mismos para que nosotros lográramos entender conceptos y situaciones sociales en las que vivimos actualmente.
Las secuelas después de la prueba del ICFES fueron positivas y este grupo de jóvenes estudiosos nos alentó a cambiar el mundo a nuestra manera. No solo podríamos quedarnos con ser parte de algo, teníamos que ser los que hicieran el cambio, con este objetivo partimos desde una problemática que hoy en día aqueja a muchas personas, pero que es de vital importancia en nuestro diario vivir: el medio ambiente.
Todos creemos que el solo hecho de reciclar o ahorrar agua es suficiente y aunque suene exagerado no estamos haciendo ni la mínima parte de lo que se plantea. Por lo cual entre la mayoría de los integrantes de los grupos de preicfes y los que fueron nuestros profesores, creamos una escuela de liderazgo juvenil con el fin de crear conciencia acerca de la forma en que vivimos y cómo nos estamos educando. Desde formas de expresión culturales decidimos darle un nuevo aire a la localidad.
Todo parte de un sueño y como dijo alguna vez el fantástico animador Walt Disney “La forma de empezar es dejar de hablar y empezar a hacerlo”. Por ello hemos creado un colectivo artístico que busca enseñar y promover hábitos nuevos a todos los habitantes de nuestra localidad.Desde alfabetizar personas de la tercera edad, hasta elaborar un mural ecológico, son metas que poco a poco se cumplen en este proyecto.
Me siento sumamente satisfecho de seguir creyendo en el talento humano y no perder la esperanza en un cambio, no todo es tan malo como se plantea. Ahora puedo ver un camino diferente en donde la igualdad por los derechos y una nueva forma de pensamiento se abre paso entre tantos conflictos sociales.
No todo lo que se cuenta y se ve en nuestra localidad es malo, proyectos como este impulsan a creer en nosotros mismos. Vamos a cambiar con pequeñas cosas la educación y la mentalidad de muchos, ahora mis preocupaciones en un examen de estado se alejan y se enfocan en poder cambiar la realidad en la que vivimos, tal vez logremos nuestro cometido.
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