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Crueldad en carne viva

Diversas justificaciones como morales, religiosas, económicas, políticas y culturales han estado históricamente ligadas a este controvertido tema.

Por: María Camila Herrera

La Tauromaquia, una práctica que consiste en lidiar toros “bravos”, con el fin de ser  motivo de festejo y espectáculo, ha sido durante años producto de críticas, polémicas y prohibiciones esporádicas.

Nicolás de San Juan, un hombre que ha destinado 14 de sus  39 años de vida al oficio del toreo reconoce hoy en día tener una profesión tan cruel como juzgada.

Indudablemente esta fiesta es criticada por cientos de movimientos animalistas anti taurinos que buscan el respeto y la protección de los animales. Por su parte Nicolás de San Juan se enorgullece de su profesión y afirma con frialdad, “el toro en realidad no sufre, el órgano del tálamo de este animal está más desarrollado y esto significa que la sensación del dolor esta disminuida en gran medida, tan solo sufre 3.5 milésimas de segundos”.

La seguridad, frescura e indiferencia con la que habla este hombre acerca del sufrimiento de un animal es increíble, tanto así que no pareciera que estuviera hablando de un ser vivo, sino de un objeto insensible al dolor. Pero no es suficiente afirmar que no sufre, sino también este hombre dice que el toro muere feliz, ya que su hipótesis es que la hormona de la felicidad se le activa. ¿Cree usted que un animal al ser víctima de un desmesurado sacrificio va a sentir felicidad?

La muerte es un proceso terminal, al que todos los humanos temen sentir dolor, es la que deben afrontar aquellos animales que bajo un acto de crueldad y tortura están destinados a  pertenecer a la “fiesta brava”.

En curso a la muerte, seis pasos para morir

1.El encierro junto a la oscuridad, un miedo que viene en la genética humana, cuya representación es la de un proyector de todos los pánicos del subconsciente que atemoriza a los seres humanos, es la misma que tienen que vivir por horas los toros previamente maltratados y manipulados, que tienen como destino “La fiesta brava”. Este encierro causa efecto de pánico al animal, tanto así que realmente cuando el toro desemboca en la plaza, lo único que busca desesperadamente es la salida a la libertad.

  1. Un hombre, cuyo cuerpo está cubierto por un chaquetón de gamuza, botas y armadura de hierro, es el encargado de perforar el cuerpo del animal con una vara larga con  punta metálica, produce el desgarramiento de los tejidos con heridas que representan 14 centímetros de profundidad y hasta 40 de extensión, lo cual ocasiona un dolor intenso y una hemorragia abundante, incluso en su gran mayoría la perforación del pulmón u otro órgano.
  2. Después de que este subalterno matador deja el animal agonizando de dolor y limitado considerablemente en su capacidad de movimiento, el torero regresa a la plaza, aprovechando que este animal es miope y daltónico, se dispone a engañar el toro, agitando el trapo rojo, para que así este animal sangrando y agotado por su último esfuerzo persiga el trapo al canto del “OLE”.
  3. Pero allí no acaba la tortura. Las banderillas, como son llamados las varas, de unos 70 a 78 centímetros de largo, recubiertas conhierroen un extremo, son empleadas para ser clavados en las mismas heridas hechas por los puyazos  a modo de que cada movimiento del toro con estas banderillas desgarren cada vez más la carne, aumentando la hemorragia.
  4. El toro gime desesperadamente. Este animal agonizante recibe la clavada de una espada de casi un metro, la cual lesiona el corazón o algún vaso sanguíneo importante. Pero si esto no sucede y el animal no muere de inmediato, el sacrificio aún no acaba, ya que agoniza lentamente ahogándose en su propia sangre.
  5. El toro no está realmente muerto, sino con un cierto grado de parálisis. Es arrastrado vivo, para que sus orejas y cola sean cortadas unos minutos después como símbolo de trofeo.

Esta triste historia que llega a su culminación es inverosímil, no solo por la tortura que se le da al animal, sino en la forma en que los seres humanos lo toman por diversión.

Lucha por un cambio

Como espectáculo moderno, las corridas de toros han sido objeto de polémicas, incluso prohibiciones de carácter legal han llegado a importantes ciudades del mundo como Caracas, capital de Venezuela en donde desde el año 2005, asociaciones de protección animal y grupos culturales engendraron una alianza cuya finalidad era abolir las corridas de toros, para convertir la plaza  de esta ciudad en un centro de divulgación de expresiones culturales y artísticas sin crueldad.

En Colombia actualmente hay quienes luchan diariamente por los derechos, respeto y protección de los animales, como lo es el caso de Batman Roberto Camargo, un joven con nombre de súper héroe que busca valientemente un cambio social, ya que tan solo con 22 años, es orgullosamente fundador de P.A.T.A (Protectora Ambiental contra la Tortura Animal), una organización que proyecta su actividad respaldando políticas para promover el respeto a las leyes, denunciando crímenes y abusos contra los animales y el medio ambiente.

El héroe de Chía, como es llamado Batman Camargo afirma “yo me opongo a las corridas de toros, porque no es justo torturar y maltratar un animal solo por diversión de otro, también se está dando un muy mal ejemplo para la juventud y la niñez”.

Indudablemente los taurinos tienen mucho más poder económico que aquellas personas que velan por los derechos de los animales, como lo son las asociaciones anti taurinas, pero hay quienes mediante la política apoyan las causas animalistas, como lo es el caso del Senador Marco Aníbal Avirama, perteneciente al partido ASI (Alianza Social Independiente), quien tiene un proyecto de ley que será presentado ante el Senado en el año 2014 en donde se pretende incluir en la Constitución Política colombiana un derecho al respeto animal, y un deber por parte del estado a la protección de su dignidad, rechazando situaciones de  torturas, agresión y violación como seres sintientes.

Diego Jaimes, asesor del Senador Marco Avirama afirma, “Siempre hemos tenido iniciativas a la defensa de la naturaleza, realmente en Colombia existe una carencia de leyes que protejan los animales, como sociedad debemos desarrollar políticas públicas para dignificar el trato y el respeto por los seres vivos”.

Sin lugar a duda Colombia es un país en donde hay carencia de las leyes que protejan a los animales, evidentemente la frase que algún día proclamó el pensador y político Mahatma Gandhi es reflejo de lo que se vive en la sociedad actual. Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata  a sus animales”. Mahatma Gandhi.

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