La crisis del periodismo en plena era digital

Durante el I Congreso Internacional de Periodismo: Convergencias Mediáticas y Nueva Narrativa Latinoamericana, organizado por la CIESPAL, se hizo evidente la actual crisis que afrontan no solo el periodismo, sino la democracia, la educación y la opinión publica.
Para hablar de un Nuevo Periodismo y cómo replantearnos una nueva identidad, debemos concentrarnos primero en los valores y en el sentido del periodista a través de las nuevas narrativas. Recuperar su función social y su credibilidad por parte de la sociedad, ejerciendo un periodismo de calidad que distinga entre información y verdad, haciendo ciudadanos más críticos y una opinión publica más exigente.
Para los investigadores, profesores y periodistas que participaron en este congreso, la abundancia de canales y un desborde enorme del flujo de información han hecho que el periodismo pierda su naturaleza, se está dejando llevar por el sensacionalismo y el espectáculo, afectando la calidad de la opinión publica con nutrientes y dietas que manipulan y reprimen la opinión dado que todos estos movimientos están siendo sintetizados y minimizados por el mercado.
Lo cierto es que estas transformaciones y sus efectos también se deben trabajar en cultivar la diversidad semántica y conceptual y en no abandonar la memoria. De esa manera nos aseguramos que el futuro del periodismo no dependa de la banda ancha de Internet.
Es inevitable negar la presencia de lo digital en los procesos comunicacionales pues estas tecnologías están determinado la forma de pensar y comportarse de los individuos. Se debe aprender a trabajar, compartir y operar con estas tecnologías aprovechándolas para que los medios tengan la capacidad de posicionar y reconocer su audiencia, organizando la agenda a partir de lo que requiere la sociedad y no lo que exigen las élites de poder.
Vale la pena resaltar que a la democracia se le persigue con represiones a la hora de determinar qué publicar. Para solucionar esto se ha planteado la reconstrucción de los espacios eco culturales para regular el espíritu indagador y critico; como también romper con la academia inane y lanzar una nueva propuesta que se convierta en vector de cambio.
Finalmente, se propone no solamente la reinvención del periodismo sino del mundo en general pues se debe desde cambiar tanto los patrones democráticos como la educación, y la cultura para así formar una opinión publica rigurosa que de esta forma le exija a los medios comunicativos una información que transmita e interconecte las dos caras de la información para que se puedan crear ambientes de deliberación que conduzcan a la verdad.
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