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LA DEVALUACIÓN DEL PESO COLOMBIANO “DEVALUAR ES EXPORTAR”, SE ROMPE EL MITO

La ciencia económica básica, reflejada en el teorema o condición de Marshall-Lerner, coincide en considerar que una devaluación de la moneda local debe tener como consecuencia el incremento de las exportaciones y la disminución de las importaciones. Sin embargo, estas conclusiones –que parecerían lógicas– no se ven reflejadas en la balanza comercial colombiana, a raíz de la fuerte devaluación que ha sufrido el peso local en el último año.

Juan Carlos Rondón*

La ciencia económica básica, reflejada en el teorema o condición de Marshall-Lerner, coincide en considerar que una devaluación de la moneda local debe tener como consecuencia el incremento de las exportaciones y la disminución de las importaciones. Sin embargo, estas conclusiones –que parecerían lógicas– no se ven reflejadas en la balanza comercial colombiana, a raíz de la fuerte devaluación que ha sufrido el peso local en el último año.

El 31 de diciembre de 2014, Colombia tenía una Tasa Representativa de Mercado, TRM, de 2.392 pesos por dólar y, el mismo día de 2015, esta terminó en 3.149 pesos por dólar, lo que representó una devaluación de 32%, fruto de variables como:

• La caída del precio del petróleo, que ha demostrado tener inherencia directa en la devaluación, en la medida en que las curvas de comparación las muestran directamente proporcionales. A menor precio, se fortalece el dólar.

• La recuperación de la economía norteamericana fortalece este mercado en su atractivo.

• Esta igual sensación de estabilidad en la economía de EE.UU, sin duda, ha generado atracción de inversionistas y, por consiguiente, el fortalecimiento de la divisa norteamericana, fruto de la alta demanda de la misma.

• Las autoridades colombianas, en especial el Ministro de Hacienda y luego la Junta Directiva del Banco de la República, siempre consideraron que la tasa de cambio estaba demasiado revaluada y que era necesario que se diera una devaluación para hacer más competitiva la economía. Lo que en la práctica se vio traducido en que el Banco de la República nunca salió a defender fuertemente la devaluación y dejó que la misma se diera en la medida que la economía necesitaba una tasa más competitiva.

• La caída de la inversión extranjera en Colombia, fruto de similares realidades en la industria minera y de comodities, pero alimentada por una falta de políticas de incentivo a la misma para mantenerla en sus niveles históricos de los últimos años, ayudó a presionar el peso a la baja.

• La devaluación de 2014 no generó fuertes presiones inflacionarias, lo que en 2015 generó tranquilidad a las autoridades; no obstante, al final, se verificaría que para este último año si tuvo una mayor presión inflacionaria, complementada por el fenómeno del Niño.

La evidencia detectada, en cuanto a que nuestro aparato productivo no estaba fuertemente endeudado en dólares –y que, sin duda, facilitaría una devaluación menos traumática– hizo que las autoridades no se alertaran con la devaluación latente.

• El hecho de que la devaluación en 2014 hubiera alcanzado niveles del 24% y la economía no se hubiera visto afectada, generó confianza a las autoridades para seguir pasivas frente a una intervención en el mercado de divisas.

Independientemente de que la economía colombiana necesitaba una tasa de cambio más competitiva para afrontar la caída de demanda internacional y favorecer la balanza comercial, lo que llevó a que en dos años se lograra una devaluación de 64% (teniendo en cuenta que la TRM al 31 de diciembre de 2013 era de 1.926 pesos por dólar), todo parece indicar que fue una política muy arriesgada que pudo haber generado graves consecuencias en la solidez y confianza de nuestra economía. A pesar de que hoy se puede dar parte de estabilidad cambiaria y el país proyecta tasas de entre 3.000 y 3.200 pesos por dólar para los próximos años.

El impacto en las exportaciones

Reiterando la teoría económica, si el peso colombiano se debilita, quiere decir que el país recibirá más pesos por cada dólar exportado. Partiendo de esta realidad actual, la misma teoría dice que se podría reducir el precio en dólares de las exportaciones y, por tanto, incrementar la demanda de las mismas. Sin embargo, esta teoría económica tiene sus trampas.

Como se aprecia en la gráfica y analizando solamente el comportamiento exportador de 2015 y 2014, mientras que la TRM ha venido incrementándose a los ritmos ya citados, es posible ver al mismo tiempo cómo las exportaciones en dólares van decreciendo de manera significativa. Incluso, al comparar las exportaciones mensuales de 2015 respecto de los mismos periodos en 2014, la diferencia es muy importante. Por lo anterior, la conclusión clara es que mientras que la moneda se ha devaluado, las exportaciones en dólares han caído.

Al comparar el efecto de la devaluación en las importaciones y exportaciones, se evidencian los siguientes resultados en los tres años comparados, basados en los reportes de cada una de las cuatro variables analizadas, a diciembre de 2012 (se toman como base 100, los datos a 2013):

• En 2013 se evidencian las primeras tendencias devaluacionistas, pero el comportamiento de exportaciones tanto en dólares (gris) como en cantidades o toneladas (amarillo) y las importaciones, se mantiene estable.

• En 2014 ocurre la primera gran devaluación. Caen las exportaciones en dólares y se evidencia un incremento de las cantidades exportadas (amarillo), lo que genera una consecuencia lógica esperada.

• En 2014, a pesar de la devaluación presentada, se genera un incremento de las importaciones cercano al 8%, lo que en la práctica contradice la expectativa en importaciones.

• En 2015, luego de la segunda gran descolgada del peso (azul), las exportaciones en dólares caen casi al mismo ritmo en que el peso se devalúa (gris). Sin embargo, las cantidades exportadas (amarillo), también presentan un desplome, aunque porcentualmente menor a la caída en dólares.

• En 2015, se evidencia el impacto de la devaluación en las importaciones, generando una caída cercana al 10% en las mismas, lejos de los porcentajes de la devaluación, pero con impacto sobre la economía.

Todo lo anterior permite concluir que el efecto de una devaluación en el incremento de las exportaciones no es inmediato, tal y como se aprecia en los dos primeros años.

Comportamiento EXPO y TRM

*Consultor, Profesor e Investigador EIAM Universidad Sergio Arboleda.