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DEL BREXIT A TRUMP

El mismo día de las Elecciones en Inglaterra, los mercados se comportaron como si fuera un día ordinario, pues todas las encuestas daban como seguro ganador el “Stay”, mientras que el “Leave” sería aplastado.


Germán Valencia*

brexitEl mismo día de las Elecciones en Inglaterra, los mercados se comportaron como si fuera un día ordinario, pues todas las encuestas daban como seguro ganador el “Stay”, mientras que el “Leave” sería aplastado.

Todo el “establishment” británico y europeo tenían la certeza que la población entendía perfectamente lo que significaba para el Reino Unido pertenecer a la Unión Europea, así como los “beneficios” que le trae al pueblo inglés hacer parte de esta unión económica. Tan seguros estaban todos que hasta el entonces Primer Ministro David Cameron puso en juego su cargo, en el caso que el “Leave” obtuviera la mayoría de votos.

Gran sorpresa recibió el mundo, cuando los secesionistas obtienen la victoria, y hasta el día de hoy los mercados no saben cómo enfrentar una situación que nadie tenía dentro de sus previsiones, y aún se siguen preguntando ¿cómo y por qué perdió el “stay”?

Al día siguiente de publicados los resultados las estadísticas de Google reportaron que el mayor número de consultas hechas a través de su portal era ¿Qué es la Unión Europea? Y la segunda pregunta más buscada fue: ¿Qué pasa si Inglaterra se sale de la Unión Europea?, en circunstancias en que el país en donde más incidieron estas consultas fue Inglaterra.

Al respecto, hay dos elementos que merecen un cuidadoso análisis; el primero de ellos es que el “establishment” no ha logrado comunicar el británico promedio sobre la relevancia que tiene la EU para su vida cotidiana, y el segundo, que la forma en que las personas se informan, así como las fuentes para tomar decisiones están en la web y no en la BBC, CNN o El Tiempo.

Lo que deducimos del hecho de que las personas en el Reino Unido se hayan abalanzado a las computadoras para consultar sobre lo que es la EU, simplemente refleja una absoluta ignorancia y un total divorcio entre su vida ordinaria y el papel que ellos cumplen en Europa y en el mundo.

Las encuestas contratadas por el Número 10 de Downing Street consultaron en mucho al “establishment”, dentro del cual se encontraban personas que trabajaban por ejemplo en Goldman Sachs, profesores de las Universidades de Cambridge, Oxford, London School of Economics, a los padres de familia de Eaton College, y hasta funcionarios de los medios de comunicación como la BBC, quienes conocen, viven y palpan lo que significa la Europa Integrada. Los resultados de las encuestas, así como las entrevistas con expertos, empresarios y académicos favorecían por tanto las aspiraciones de Cameron. Pero tras el revés, como todo un Lord Inglés, debió presentar su renuncia al cargo de Primer Ministro, cumpliendo con su palabra al inicio de la campaña por el referendo (cosa que los políticos colombianos deberían aprender de los ingleses).

¿Qué hubiera sucedido si la encuesta se le hubiera hecho a los habitantes de Canterbury, Stratford, Chesterfield o York? Lo primero es que habría sido necesario era entrenar al encuestador para explicarle a las personas qué es la Unión Europea y cuáles son los beneficios que Inglaterra obtiene por pertenecer a ella.

Existe una inmensa separación entre las instituciones y el pueblo. Que en un país como Colombia suceda que la gente vaya a buscar en Internet qué es la Unión Europea, no sería de extrañar pues la cobertura y calidad de la educación en comparación con la británica, está a años luz de distancia. Pero que el pueblo inglés haga esas preguntas, genera un gran interrogante.

Todo este mueve a pensar que el inglés de a pie no se siente europeo, y segundo, no conoce, no entiende o no siente los beneficios de pertenecer a la UE. De otra parte, a nivel mundial está sucediendo un fenómeno que no se ha terminado de dimensionar y mucho menos de cuantificar que es el de las redes sociales.

Hoy la gente del común se informa o desinforma a través de Facebook, Twitter, Instagram, o aplicaciones de resúmenes de noticias para los smartphone. Los periódicos, revistas, noticieros están perdiendo espacio en su labor de informar, no con internet, sino con las redes sociales, en donde se focalizó la campaña del “leave”.

Cuando a través de las redes se le informa a la gente con memes que sus impuestos van para pagar la deuda griega, construir escuelas en Bucarest, carreteras en España, alivianar el déficit fiscal en Portugal, o mucho peor para un inglés, mejorar la calidad de vida de un francés; o que deben recibir una cantidad de inmigrantes africanos para sobrellevar la crisis humanitaria que se vive diariamente en el Mediterráneo por cuenta de los miles de inmigrantes ilegales que intentan buscar una mejor vida en Europa, a raíz de la pobreza, el hambre o la persecución en que los regímenes totalitarios tienen sumida a la población africana o del cercano Oriente.

Este es el caldo de cultivo perfecto para que un partido antieuropeo que le habla al oído a la gente, por fuera de los medios del “establishment”, haciendo la pregunta ¿por qué debemos gastar los recursos de nuestros impuestos en Francia si han sido nuestros tradicionales enemigos, o en España y Portugal si estos son perezosos y faltos de disciplina?, ¿por qué debemos recibir y subsidiar a inmigrantes africanos o árabes, si hace años dejamos nuestras colonias o se independizaron? Como cualquier hijo que se emancipa, cada cual debe velar por su mantenimiento, y no seguir dependiendo de sus padres.

Esta separación entre el ciudadano común y el “establishment” es el mismo fenómeno que está sucediendo con Donald Trump en EEUU. Cuando se iniciaron las campañas para las primarias Republicanas, todos los analistas y los menos expertos como el suscrito, veíamos en Trump solamente un show mediático, un hombre rico, acostumbrado a asumir posturas pintorescas que adornan su vida y sus negocios.

En ese entonces, los analistas apuntaban a un triunfo de Jeff Bush (el delfín), Marco Rubio, Ted Cruz, Rick Santorum o cualquiera de los demás precandidatos. Un Año después, los norteamericanos tienen dos candidatos: Hillary Clinton que viene del establecimiento Demócrata y Donald Trump en contra de todos los analistas arrasó a sus contrincantes y ganó cómodamente su candidatura.

El fenómeno Trump no es fruto de una histeria colectiva o que los hijos del Tío Sam hayan perdido la razón, sino que este chabacano le habló al ciudadano común, levantó la voz de todos aquellos que no tienen eco en CNN, Wall Street, el Capitolio o la Casa Blanca. El norteamericano promedio, que debe trabajar largas jornadas y ve cómo las minorías están recibiendo una gran cantidad de subsidios para vivienda, desempleo, salud (el famoso Obama Care).

Infortunadamente para nosotros los latinoamericanos, las mafias de las drogas y la delincuencia en las calles se asocia con las comunidades afrodescendientes o latinas.

El lastre que sienten los norteamericanos con estas minorías, sumado a que después de la caída del Muro de Berlín el enemigo no es tan claro, el surgimiento de otras superpotencias económicas como Japón (en los años 80 y 90), China que en pocos años superará el PIB de los EEUU, la pérdida de protagonismo y liderazgo a nivel global, tienen perdidos a los anglosajones, acostumbrados a ser los buenos del paseo y quienes marcaban la agenda mundial.

Desde la Casa Blanca nos tenían acostumbrados a escenas como la del Presidente Ronald Reagan el 18 de mayo de 1987, cuando a viva voz le decía a Mijail Gorbachev en la Puerta de Brandenburgo: “We welcome change and openness; but we believe that freedom and security go together, that the advance of human liberty can only strengthen the cause of world peace. There is one sign the Soviets can make that would be unmistakable, that would advance dramatically the cause of freedom and peace. General Secretary Gorbachev, if you seek peace, if you seek prosperity for the Soviet Union and Eastern Europe, if you seek liberalization, come here to this gate, Mr. Gorbachev, open this gate, Mr. Gorbachev, tear down this wall!”

Los líderes que se sentaban en el escritorio de Kennedy tenían el talante de Reagan, le hablaban al mundo con fuerza, así como a los enemigos de la libertad y la prosperidad, sin titubeos y con autoridad. No pretendo comparar a Reagan con Trump, pues sería un exabrupto, ya que supo rescatar el “American Dream” de ser los mejores, los más grandes y poderosos. Esos ideales no se alcanzan con miramientos y subsidios a los marginados (ojo no es mi pensamiento, es el raciocinio del americano promedio), o “mal gastando” los impuestos. Un ciudadano americano me decía: “Estados Unidos es el más socialista de los países del mundo”.

Bajo este marco aparece un rico chabacano, con la aureola del dinero triunfador, con gran experiencia en el manejo de medios tradicionales y de las redes sociales, y encuentra un eco alto en la población que añora una América líder del mundo.

Hoy las encuestas del “establishment” dan como ganadora en la contienda electoral a Hillary Clinton, pero no se nos haga extraño que al igual que con el Brexit, las preguntas de las grandes encuestadoras no se estén dirigiendo a la base electoral, y que no obstante que analistas, medios de comunicación, empresarios y políticos tradicionales dan como ganadora a la candidata Demócrata, el constituyente le dé su voto al cambio, solamente porque el cambio los podría llevar a recuperar esa grandeza que tanto extrañan.

*Docente Universidad Sergio Arboleda