De esa manera, se trataría de reducir el riesgo de factores climáticos sobre la hidrología, y se propiciaría un menor crecimiento en el uso de combustibles fósiles en la generación térmica.
Según cifras manejadas por la UPME, hacia 2021, la energía eléctrica demandada superaría la oferta, aún con la entrada en funcionamiento de las nuevas hidroeléctricas, pues el escenario que se percibe es de un alto crecimiento del consumo de energía eléctrica. El organismo estima que existe un excelente potencial en el desarrollo de la energía eólica, en el norte de La Guajira, del orden de 1.200 megavatios; de 500 megavatios para proyectos solares, geotérmicos y de bioamasa, y de 700 megavatios de generación menor. Es decir, que cerca de 25% de la expansión esperada para el año 2029, se concentraría en energías renovables no convencionales, hecho este que contribuirá, además, a los objetivos mundiales de estimular una mayor utilización de energías limpias.