Según datos oficiales del gobierno de Colombia, la solicitud formulada por este al sector empresarial de apoyo a la campaña de ahorro de energía, ha tenido sus primeros resultados, con un ahorro de 4,4% sobre la base de la meta establecida de 5%, cifra esta que evitaría adoptar medidas compulsivas, o más drásticas, de racionamiento o cortes en el suministro del fluido eléctrico.
Tanto los organismos gubernamentales como las empresas, entre otras medidas, han modificado sus horarios de trabajo o han adoptado políticas conducentes a la reducción del consumo de energía; medidas que han estado también acompañadas de una mayor conciencia en los hogares tiendas, supermercados, centros comerciales e instituciones educativas, sobre la necesidad de disminuir el uso innecesario de la electricidad.
Muchos organismos se han vinculado a la campaña “Apagar Paga”, en tanto que numerosas empresas están utilizando parcialmente su capacidad de autogeneración para aliviar el serio problema que confronta el país en la actualidad.
Pese a esta favorable respuesta de la población y del sector empresarial, se evidenció que las medidas fueron tardías y, por ello, están provocando secuelas políticas como la renuncia del Ministro de Minas y Energía. Es sabido que el fenómeno del Niño está siendo analizado y monitoreado a nivel nacional e internacional con bastante acuciosidad y precisión, por lo cual, las experiencias del presente servirán de base para mejores pronósticos futuros, así como para analizar mejor las vulnerabilidades y cuellos de botella del sector energético nacional, con miras a evitar situaciones de estrés en el sistema.
Según un boletín emanado de la Agencia Internacional de Energía, de fecha 11 de marzo de 2016, la producción petrolera bajará en el presente año más de lo previsto años atrás; no obstante, estima que continuará el exceso de oferta. Las cifras proporcionadas por la AIE, muestran que la caída en la producción de los países no miembros de la OPEP, en 2016, será de 750 mil barriles diarios (b/d), de los cuales cerca de 600.000 b/d corresponderían a Estados Unidos. Esa cifra contrasta con la de 600 mil b/d, que era el estimado inicial para el año.
Las exportaciones iraníes aumentaron en 300.000 b/d desde el inicio del presente año; un incremento más modesto que el anunciado originalmente por Teherán, de 400.000 b/d. Así, según la AIE, el regreso de Irán al mercado –gracias al acuerdo sobre su programa nuclear y al levantamiento de las sanciones– ha sido menos importante de lo previsto. Por tal razón, la AIE considera que el regreso progresivo de Irán no cambiará la situación del mercado petrolero, al menos en el primer semestre.
El excedente de oferta alcanzará 1,9 millones de barriles diarios en el primer trimestre y 1,5 millones en el segundo.
Para la AIE, se esperaría que en la segunda mitad del año, el desfase entre la oferta y la demanda se reduzca a 200.000 b/d. El reequilibrio se deberá fundamentalmente a la esperada baja de la producción en los países no miembros de la OPEP, entre los cuales, la caída más pronunciada será la de Estados Unidos. En febrero, la producción mundial bajó en 180.000 b/d para llegar a 96,5 millones b/d, con un descenso de producción compartido entre los países de la OPEP y los no miembros de dicha asociación.
La AIE considera que la subida de los precios del crudo observada en estas últimas semanas e impulsada por las esperanzas de un acuerdo internacional sobre la producción para reajustar el mercado, «no debe ser considerada como la señal definitiva de que necesariamente lo peor ya ha pasado». Sin embargo, el organismo considera que “ciertos elementos reflejan que los precios podrían haber alcanzado ya su punto más bajo».