Apenas hace algunos meses Open AI lanzó al mundo el acceso democratizado, por no decir que gratuito y abierto, del uso de inteligencia artificial generativa más creativa y colaborativa para la humanidad.
Tan esperada –pero inesperada– fue esta noticia, que un grupo de expertos firmó una carta para detenerlo. Esta declaración liderada por más de mil personas, entre ellas, el empresario Elon Musk, el cofundador de Apple, Steve Wozniak, y el director ejecutivo de la firma Stability AI, Emad Mostaque, evidencia lo que usualmente puede suceder con las innovaciones radicales, más allá de la capacidad creativa o tecnológica para lograrlo… Lo que nos detiene, muchas veces, es el dilema ético.
Desde entonces, se han presentado miles de escenarios, donde las voces son suplantadas, las imágenes reemplazadas y los trabajos copiados. ¿Serán los negocios los siguientes en la lista para entrar en la línea de producción de nuestro nuevo amigo ChatGPT-4?
En Prime Business School y otras escuelas de negocio, enseño estrategia e innovación y, a través de los juegos, comparto retos creativos con los estudiantes que, de alguna manera, los ponen en situaciones difíciles e incómodas, como la creación de una idea o modelo de negocio con elementos que en primera instancia no tienen ninguna relación aparente.
Recientemente hicimos una prueba en la que compitieron humanos contra robots en la ideación, y se pudo descubrir que el IA puede ser más rápido y estructurado. Sin embargo, nos demostró que es poco probable que la herramienta proponga ideas que los humanos no pueden, pues aunque obtiene resultados más rápido y con menos esfuerzo, en varias ocasiones, la propuesta era muy similar a la propuesta por el equipo de estudiantes, con algunos detalles que podrían querer superar la del humano.
No hay que olvidar que esta tecnología se construyó a partir de la consciencia y la experiencia humana, así que no vamos a encontrar algo más allá de lo que ya somos, pero que en algunas ocasiones no reconocemos sino que, más bien, es una herramienta que viene a facilitarnos la formar de elaborar, mas no de reemplazar nuestro quehacer.
Así mismo, otros profesores de grandes universidades, como MIT, Harvard y Oxford, han realizado experimentos que arrojan lecciones similares de lo que se puede esperar de ChatGPT-4, como que se pueden esperar aportes interesantes, pero no recomendaciones infalibles, que mientras más experimentados más podemos beneficiarnos de ChatGPT y, por otro lado, que no parece tener la capacidad de inferir contrafactuales útiles utilizando el razonamiento analógico. Se pueden profundizar estos hallazgos en el artículo de MITSloan Management Review, Three Lessons From Chatting About Strategy With ChatGPT ¹.
Lejos del temor por ser reemplazados en el entorno de los negocios, el reto está en potenciar la capacidad empresarial y emprendedora que nos caracteriza para combinarla con esta y otras tecnologías.
Más allá de suplir al ser humano en el rol de crear nuevas ideas, es un aliado que nos abre la puerta a una conversación enriquecedora, si somos capaces de hacer preguntas poderosas, sugestivas e inteligentes. Con estos resultados, adaptados a nuestras experiencias y habilidades, es posible llevar a la realidad modelos de negocios innovadores, que ya no se construyen solo entre humanos sino en una simbiosis de la cutting-edge-tech y la capacidad humana para alcanzar resultados exponenciales.