A partir de un análisis del contexto económico y de soberanía energética, Barrera enfatizó en la importancia de los hidrocarburos dentro de la transición energética, señalando que esta debe concebirse como un proceso de complementariedad de la matriz energética, en el cual los combustibles fósiles y las energías limpias coexistan. Enfatizó que, en un país como Colombia —altamente dependiente fiscalmente de los hidrocarburos y con una de las matrices más limpias del mundo, donde más del 60 % de la energía eléctrica proviene de fuentes hidráulicas—, esta complementariedad resulta esencial para garantizar una transición gradual, seria y sostenible.
Durante la conferencia se explicó el funcionamiento del sistema eléctrico colombiano —generación, transmisión, distribución y comercialización— a partir de fuentes renovables y no renovables, los agentes que intervienen en el sector, y el marco institucional y regulatorio que lo rige. También se presentó una descripción del marco jurídico aplicable a las Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER), como la energía solar fotovoltaica, la eólica, la biomasa, el hidrógeno y la geotermia.
La charla se centró, además, en los desafíos que enfrentan los proyectos de energías renovables, entre los cuales se destacan los trámites de consulta previa en territorios con presencia de comunidades indígenas, los permisos y licencias ambientales, y otros requisitos que deben cumplir los promotores de estos proyectos.
Barrera también realizó una crítica a la moratoria petrolera impulsada por el actual gobierno, resaltando la importancia de mantener la exploración y explotación de hidrocarburos como un componente estratégico dentro de una transición energética responsable.
Como conclusiones, el expositor destacó la necesidad de mantener la gradualidad del proceso de transición, la flexibilización de las condiciones de acceso al crédito para las pequeñas y medianas empresas, la promulgación de una ley que regule la consulta previa, la adopción de mecanismos más expeditos para la obtención de licencias ambientales, y la ampliación de la red nacional de transmisión. Finalmente, subrayó la importancia de reanudar los proyectos piloto de yacimientos no convencionales, considerando el decrecimiento en los campos de producción de gas natural, que ha llevado a que desde diciembre de 2024 Colombia deba importar este combustible para atender la demanda residencial e industrial.