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ANÁLISIS: IVÁN DUQUE, DESDE LA ACADEMIA

Manuel Camilo González, docente de la Escuela de Políticas y Relaciones Internacionales, hace una análisis de la participación del candidato en el espacio fruto de la alianza entre La Sergio, La Silla Vacía y Zona Franca.

ivan duque desde la academia foto 2

“Yo me defino como una persona de extremo centro”, respondió el candidato presidencial Iván Duque cuando fue interrogado sobre su filiación ideológica durante el evento Los Candidatos desde la Academia. No obstante, ser el candidato presidencial del partido político Centro Democrático, el principal partido de derecha de Colombia, genera preguntas sobre aquello que el candidato representa y su partido busca ofrecer al electorado.

Su nominación como candidato presidencial resultó sorpresiva por ser un candidato joven y con poca experiencia en la política frente a avezados candidatos como Carlos Holmes Trujillo y Rafael Nieto que han ocupado cargos públicos en anteriores ocasiones. Lo cierto es que Duque representa una apuesta en cierto sentido arriesgada del Centro Democrático y de su líder Álvaro Uribe por atraer nuevo nichos electorales pero sin alejarse de sus lineamientos políticos fundamentales. Arriesgada, porque es un político con corto recorrido en la política nacional y que muchas veces ha evidenciado carecer del carisma del ex presidente Uribe. Pero, por otro lado, podríamos afirmar que acertada en el sentido que la juventud del candidato permite una apuesta por la renovación política en las más altas instancias del poder y una moderación sensible del discurso del Centro Democrático ante un electorado inmerso en el postconflicto.

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Esa moderación tiene un objetivo claro y es conquistar ese centro político el cual dice defender y que una parte importante de la opinión pública identifica hoy con la candidatura de Sergio Fajardo. El intento de superar el debate Izquierda-Derecha en cuestiones como la aplicación de la ley y el modelo económico demuestran que el candidato del Uribismo se aleja de las posiciones más radicales dentro de su partido y busca construir puentes con otras corrientes políticas contra lo que sería la propuesta radical de la izquierda abanderada por Gustavo Petro.

Sin embargo, no hay que dejar de lado que el partido que hoy representa Duque es una colectividad agrupada en torno a los clásicos temas del Uribismo como su oposición al proceso de paz. Es así que propone que lo pactado en La Habana sea susceptible de cambios en tema álgidos como la Justicia Especial de Paz y la erradicación de los cultivos ilícitos. Sobre lo primero ha propuesto que los militares no sean enjuiciados en igualdad de condiciones a los guerrilleros, además de tramitar una reforma constitucional para eliminar la conexidad del narcotráfico con el delito político. Sobre lo segundo afirmó contundentemente que debe ser obligatoria. Su propuesta de paz se puede resumir en su frase “ni trizas ni risas” que busca generar confianza en la base guerrillera en lo pactado pero que las acciones de incumplimiento por parte de los integrantes de la ex guerrilla sean severamente castigadas. No obstante, el salto cualitativo del discurso de Duque ha sido a ampliar el discurso anti-proceso de paz propio del partido en la época del plebiscito hacia un discurso más diverso en lo temático, especialmente propositivo en los temas económicos y de emprendimiento donde Duque ha labrado un notable reconocimiento como senador y asesor del BID.

El primer reto que deberá sortear el candidato del Centro Democrático será la consulta interpartidista de marzo para ganar la candidatura única de la coalición de centro-derecha. Frente a una pregunta del público sobre su posición frente a temas morales como el aborto y las uniones de personas del mismo sexo, Duque demostró estar a favor de permitir el aborto en las tres causales emanadas del fallo de la Corte Constitucional y de los derechos patrimoniales que han adquirido de las parejas del mismo sexo. Esto demuestra que Duque defiende posiciones centristas que contrastan con las de sus contendores por la consulta interpartidaria como Alejandro Ordoñez, mucho más reticente frente a estos temas de carácter moral.

Otros temas debatidos durante el foro fueron la política exterior con su asidero en la crisis humanitaria que enfrentan los migrantes venezolanos, así como su posición frente a las investigaciones de la Corte Suprema de Justicia contra el ex presidente Uribe”. Sobre lo primero, Duque ofreció una innovadora propuesta de distribuir a los migrantes en los países del continente para aliviar las consecuencias sociales y económicas producto de la migración en el país sin dejar de lado su iniciativa de poner ante la justicia internacional al régimen de Nicolás Maduro. Todas estas iniciativas en el frente internacional estarán condicionadas por la voluntad de los gobiernos de la región y la eficacia de las instituciones multilaterales de lograr salidas políticas a la crisis venezolana. Sobre las investigaciones de la Corte no hubo sorpresas sobre su defensa del ex presidente. Aunque ya ocurrió en el pasado con Santos, resultaría ilógico que el candidato presidencial del Uribismo rompiera con su mayor endosador de votos. Lo que deja en el aire esta respuesta en el evento de que Duque sea elegido presidente es incertidumbre sobre su futura relación con la rama judicial frente al asunto del ex presidente.

En pocas palabras, la selección de Duque como candidato presidencial del Centro Democrático se debe a una estrategia de atraer votos de otros nichos electorales sin sacrificar los postulados partidarios. Duque ha ofrecido moderación a un partido que se formó y ganó adeptos con un solo contenido político, su oposición al proceso de paz. Con este candidato el Centro Democrático aspira a conquistar a un electorado cuyas preocupaciones principales ya no son el conflicto armado, sino el costo de vida, la inseguridad y el desempleo.



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