En la ciénaga de Pajaral, que hace parte de la Ciénaga Grande de Santa Marta, se está presentando una mortandad de peces, y según Sandra Vilardy, profesora de la Universidad de Magdalena y doctora en ecología, esto se produce a una reducción de oxígeno en el agua.
Hace algunos años, la fuerte sequía impidió que el agua dulce ingresara a las ciénagas más pequeñas que componen el complejo, de 30 centímetros aproximadamente, y al no recibir suficiente agua dulce, se empezaron a salinizar, lo que provocó que el manglar y demás especies murieran.
Varios pescadores del sector afirman que la disminución de la pesca afecta sus ingresos económicos y seguridad alimentaria. Asimismo, la contaminación orgánica termina siendo un riesgo para la salud de los ciudadanos. “Si no se recoge este pescado, termina siendo materia disponible para bacterias, que son gravísimas”, dijo Vilardy.