Afganistán tiene una superficie de 652.000 km2 y una población de 38 millones de habitantes. Es un país sin acceso al mar y una geografía con montañas y valles intermedios; se localiza entre Pakistán y el Valle de Amur Daria. Se caracteriza por tener diversos grupos étnicos, los cuales son determinantes de su política social. Las recientes tensiones que se viven allí son el resultado del auge del radicalismo religioso, lo que ha llevado al surgimiento de grupos como Al Qaeda, Al Haqqani, el Estado Islámico, y el Talibán.
Diego Cardona, docente de la Universidad Sergio Arboleda, analiza cómo este territorio ha sido históricamente de gran interés para las grandes potencias. Desde tiempos de Alejandro Magno, ha sido objeto de invasiones y conflictos. El último de estos, fue la invasión de Estados Unidos al país desde 2001, como respuesta a los ataques del 11 de septiembre, y que, después de 20 años, terminó con su retirada, el 30 de agosto de 2021, hecho este que propició el ascenso de los talibanes al poder.
En opinión del profesor Cardona, la victoria de los talibanes, tiene grandes repercusiones geopolíticas a nivel global:
• Proyecta la debilidad de Estados Unidos en la región y ante el mundo, lo cual hace que se perciba como el gran perdedor de esta guerra.
• Cambia la agenda islámica en Medio Oriente y en el Norte de África, pues este hecho es visto como una oportunidad para
expandir el Islam y rescatar su poder.
• Beneficia a Rusia en el juego geopolítico global, al no estar Estados Unidos en Asia Oriental y Meridional.
• Afecta los cálculos de China, nación que busca construir la nueva “Ruta de la seda” atravesando Afganistán.
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