Inés Pardo ha desempeñado su labor en la Biblioteca por 15 años. Sin embargo, su historia en la Institución inició en 1986 como estudiante de la Escuela Mayor de Derecho. No obstante, tras la apertura del programa en Filosofía, esta amante del Jazz y del Son Cubano no dudo en iniciar la carrera en la que se consagró como parte de la primera cohorte de profesionales en Filosofía de la Universidad Sergio Arboleda.

Un recuerdo de niña:
Mi niñez la llevo muy dentro de mi corazón porque con mis cuatro hermanas disfruté al máximo todas las reuniones familiares.

El mejor consejo que le han dado:
“Pensar siempre en el otro, antes que en el bienestar propio”.

La anécdota más especial en La Sergio:
Como estudiante recuerdo con mucho orgullo ser parte de la primera promoción de la Escuela de Filosofía y Humanidades de La Sergio. A pesar de que los demás me aconsejaban que dejara la carrera.

El objeto que siempre lleva consigo:
Un pequeño rosario.

La persona que más admira:
En realidad, admiro la frase “solo sé que nada sé”. En esta, Sócrates nos enseña a ser consientes de nuestra ignorancia para cultivarnos todos los días.

Su mejor amigo (a) en La Sergio:
Tengo dos, Paulina Bermúdez (directora de Biblioteca) y Jorge Andrés Noguera (coordinador de Preuniversitario).

El plato que más le gusta:
El ravioli y la carne de res.

Lo que más le gusta de su trabajo:
Las grandes enseñanzas que me deja cada libro que ingreso.

Lo que le ha enseñado La Sergio:
El servir a las personas que más lo necesiten.

Un objeto imprescindible en su mesa de noche:
Una Coca-cola, mi bebida favorita.

El género musical que la inspira:
El Jazz y el Son Cubano.

Lo que no desea que le regalen:
No, cualquier cosa la agradezco y le encuentro un uso.

¿A qué se hubiese dedicado si no hubiera optado por su oficio actual?
Hubiera sido abogada penalista o civilista.

¿De qué le gustaría morir?
De un infarto fulminante.

Una virtud que le gustaría tener:
La paciencia.

¿Cómo quisiera que lo recordaran en La Sergio?
Como alguien responsable.