Isué es Doctora en Derecho Civil de la Universidad Autónoma de Madrid, Magíster en Derecho Privado de la Universidad Carlos III de Madrid y se desempeña actualmente como profesora de Derecho Privado en la Universidad Sergio Arboleda. En entrevista con el equipo de comunicaciones ella compartió su pensamiento ante esta excelente noticia.

¿Cómo se siente al tener en sus manos su primer libro?

Es un sentimiento de realización profesional y personal. Han sido muchos años de altibajos. Ver la obra finalmente publicada es un regalo para la disciplina y para la mente, con la cual he tenido que luchar en numerosas ocasiones. El Boletín Oficial del Estado Español (BOE) es una editorial que veía inalcanzable, una de las más respetadas y reconocidas en el ámbito científico-jurídico, que figura entre las más prestigiosas de España. Además, es el diario oficial nacional español dedicado a la publicación de leyes. Por ello siento un inmenso orgullo de estar allí, especialmente como colombiana y egresada de la Sergio Arboleda. Con esta editorial, el libro tendrá un mayor alcance y, sobre todo, una mayor rigurosidad ante los lectores.

El prólogo es de Antonio Manuel Morales Moreno y Nieves Fenoy Picón, ¿qué le aportan ellos a su obra?

Cuando leí el prólogo, pensé que ellos expresaron magistralmente y con mejores palabras lo que yo escribí en el contenido y por eso pienso que esta parte es, tal vez, el mejor inicio de la obra. No dejen de leerlo.

Antonio Manuel Morales Moreno y Luis Diez Picazo y Ponce de León, fueron discípulos del destacado civilista Federico de Castro, reconocido en el ámbito hispanohablante y en Colombia por sus contribuciones al negocio jurídico. Ambos trabajaron juntos en la Universidad Autónoma de Madrid y formaron una destacada corriente de pensamiento: la Modernización del Derecho de Obligaciones y Contratos, en la cual este libro se fundamenta ampliamente. Los estudios de esta corriente han sido fundamentales en la jurisprudencia española y han ejercido una gran influencia en la doctrina y jurisprudencia latinoamericana. Por su parte, Nieves Fenoy es una de las primeras discípulas de Morales Moreno y actualmente lidera su grupo de investigación. Todo esto me hace sentir muy honrada de haber sido prologada por ellos y orgullosa de haber trabajado con Nieves y Antonio Manuel durante cinco años en la Universidad Autónoma de Madrid. Son destacados maestros, voces autorizadas en el ámbito del Derecho civil español y, lo más importante, son excelentes personas. Les debo mucho, incluso, mi vocación y el sentido de pertenencia a la Universidad.

Al escribir un libro surgen muchos desafíos que implican superar barreras, ¿experimentó esto en su proceso de creación?

Claro que sí. Fueron muchos los desafíos y, reitero, fue una mezcla de retos profesionales y personales que fueron marcando un norte. Como profesional, me enfrenté al ordenamiento jurídico español y a un entorno anglosajón y a su idioma. Sin embargo, con disciplina, apertura mental y, tal vez, un ‘salto al vacío’, logré adaptarme al Derecho español. También trabajé estrechamente con académicos españoles y tuve que presentar avances de mi investigación en diversos congresos y seminarios, donde recibí muchas críticas que, sin duda, mejoraron mi trabajo. En cuanto al Derecho anglosajón, mi incorporación a la Columbia Law School, en Nueva York, me ayudó bastante. Allí pude asistir a clases de reconocidos profesores, como Robert Scott, y presenciar su sistema jurídico, lo cual enriqueció la discusión de mi investigación en un Seminario, el Visiting Scholar Forum.

A nivel personal, en muchas ocasiones, pensé que lo que escribía no era suficiente, especialmente en un entorno con tantos expertos en Derecho de contratos tanto en España como en Estados Unidos. Experimenté momentos de soledad, al estar lejos de mis seres queridos y tener una vida social limitada, pero en el fondo sabía que era por algo importante. Afortunadamente, conté con personas muy empáticas y comprensivas a mi alrededor: mis mentores, Nieves y Antonio Manuel, mis amistades y mi familia, que siempre me motivaron. Tuve la suerte de tener una valiosa inteligencia emocional a mi lado, algo que a veces escasea.

Quiero destacar que una de mis motivaciones fue el libro “Un cuarto propio”, de Virginia Woolf, y una frase en particular de ese libro lo cambió todo y siempre la tuve presente: “Lo que importa es que escribáis lo que deseáis escribir, y nadie puede decir si importará mucho tiempo o unas horas”.

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