El pasado 26 de junio, John Zuluaga Taborda, destacado profesor de Derecho Penal fue invitado a la ceremonia de instalación de la primera Escuela Latinoamericana de Ciencias Penales, por parte de la Universidad de Guanajuato, México . Durante el evento, el docente Sergista presentó una disertación sobre “El estado actual de la ciencia penal latinoamericana”, a través de la cual compartió su conocimiento y experiencia en el campo.

El escenario fue propicio para que el docente compartiera sus puntos de vista y prospectivas acerca del Derecho Penal en Colombia y en Latinoamérica.

¿Cómo le pareció el discurso en homenaje a usted y a la Primera Escuela Latinoamericana de Ciencias Penales?

Para mí no fueron sorpresivas las palabras del rector de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, puesto que he tenido la oportunidad de visitar la institución y conocer de cerca su generosidad y hospitalidad para con los profesores invitados. Su pensamiento y su afecto hacia mí responden a su capacidad para irradiar afecto e identificar lo mejor en las personas que lo rodean, en su labor como rector y profesor.

Esto, además, me demuestra que en Latinoamérica sigue siendo relevante una comprensión, enseñanza e investigación del Derecho Penal que se acerque a la realidad latinoamericana y promueva espacios de intercambio académico más incluyentes, plurales y abiertos.

En su trayectoria, ¿cuáles son esos logros para destacar en el campo del Derecho Penal?

Debo reconocer que aún no me siento en una etapa en la que pueda mirar hacia atrás e identificar logros concretos. Sin duda, he crecido más en perplejidades que en certezas y he encontrado más preguntas que respuestas . Por ello, si hay alguna contribución, esta se centra en la identificación de problemas investigativos y la promoción de espacios académicos para su discusión, tanto en Alemania como en Latinoamérica.

Si bien esto no coincide con la noción básica de ‘logros’, sí me ha permitido unir esfuerzos con otros académicos para promover espacios de trabajo académico inclusivos, horizontales y democráticos, como los representados por SIGLA-CP y la Escuela Latinoamericana de Ciencias Penales. Esta labor ha tenido un impacto positivo en los estudiantes de Derecho, y les está brindando oportunidades de movilidad internacional, inserción en redes académicas, posibilidades de publicación y un crecimiento intelectual en humildad cultural.

¿Cómo definir la Escuela Latinoamericana de Ciencias Penales y su relevancia en el contexto jurídico de América Latina?

Esta es producto de una iniciativa de los miembros de SIGLA-CP y busca fomentar la reflexión en torno a la dogmática penal y procesal penal latinoamericana. Un escenario ideal para comprender cómo la caracterización cultural de la región puede influir en la percepción del Derecho penal , en el proceso penal, en la política criminal y en sus fenómenos de desviación.

Además, la Escuela cuestiona la predominancia de la dogmática penal alemana en la región y promueve procesos de reflexión académica que valoren las diferencias y coincidencias culturales de la misma, como parámetros que determinan o expresan la racionalidad político-criminal latinoamericana.

¿Es posible precisar algunos desafíos en una lectura latinoamericana del Derecho Penal?

Claro que sí y son bien diversos. En Latinoamérica se entrecruzan tradiciones jurídicas y políticas altamente diferenciadas. A nivel sustancial, se observa una fuerte influencia de la dogmática penal alemana en la comprensión del Derecho penal.

En el ámbito procesal, hemos transitado desde esquemas inquisitivos hacia enfoques acusatorios de corte angloamericano. A nivel político-criminal, se entrelaza una tradición constitucional particular con una articulación autóctona de precedentes jurisprudenciales supranacionales. En criminología, hay una falta notable de referencias empíricas en los análisis y una apertura a debates teóricos propios de las ciencias sociales. Cada país de la región ha realizado adaptaciones propias a estos desarrollos, y las regulaciones nacionales siguen siendo predominantes.

Así que tales desafíos requieren la construcción de un conocimiento disciplinario que permita entender y abordar retos con fundamentos en la caracterización cultural de la región. En tal sentido, la creación de la Escuela Latinoamericana de Ciencias Penales puede contribuir significativamente a fin de promover un diálogo regional inclusivo y horizontal, de manera colaborativa y reflexiva.

En este horizonte, cuál es el papel de los profesionales del Derecho en la cons-trucción de una sociedad más justa y respetuosa del Estado de derecho?

Su responsabilidad está en defender los derechos y considerar medidas alternativas a la reacción penal y a la criminalización de la desviación, antes de promover políticas restrictivas de libertades. Creo firmemente que el Estado de derecho se construye con más Derechos Humanos y con una capacidad efectiva para controlar los excesos del poder. Particularmente, la formación en la Escuela Latinoamericana de Ciencias Penales puede fortalecer esta visión al fomentar la cooperación científica y la generosidad académica. Allí, los profesionales del Derecho pueden desarrollar un enfoque más amplio y multidimensional, y contribuir en la búsqueda de una sociedad más justa y respetuosa del Estado de derecho.

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