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LA EDUCACIÓN COMO BASE DE LA IGUALDAD

La desigualdad de oportunidades para educarse constituye los fundamentos de las grandes diferencias sociales y económicas existentes en la sociedad.

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La desigualdad de oportunidades para educarse constituye los fundamentos de las grandes diferencias sociales y económicas existentes en la sociedad.

La desigualdad se presenta porque no hay formación, capacitación, ni medios para asistir a escuelas, colegios y universidades para que niños, niñas, adolescentes y adultos, reciban y aprendan los conocimientos necesarios para convertirse en un verdadero y eficiente recurso humano, tan necesario como escaso en los países en vías de desarrollo.

Cuando el país cuenta con escuelas y centros de educación superior para todos, y tales instituciones sobresalen por la alta calidad de academia de sus programas de enseñanza, el país se favorece porque hace presencia la democracia y la economía de mercado, lo cual incluye la libertad integral, la empresa privada, la libre competencia y la iniciativa particular.

Las proposiciones anotadas explican, además, por que la carencia de educación, de formación de talento humano, agrava los problemas económicos, sociales, políticos y regionales, ya que da origen a lo siguiente: aumento de las desigualdades sociales, abre el camino al populismo y a la demagogia, impide la comprensión de los problemas económicos y sociales, y amplía la brecha entre los núcleos de personas pudientes y ricas, así como entre los grupos desposeídos , pobres absolutos y personas vulnerables.

Una persona educada está capacitada para ser productiva, si el estado contribuye a lograr ese resultado, a la erradicación de la desigualdad y la pobreza extrema, tiene que ofrecer y proporcionar educación a toda la población, superar los obstáculos cuantitativos y cualitativos del sector educativo en todos sus niveles y contribuir a que sus políticas, estrategias y métodos se enfoquen a la inclusión de los grupos humanos marginados. El cumplimiento de ese propósito demandara decisión política y los demás recursos necesarios para obtener un sistema educativo de alta calidad y de total cubrimiento.

Tanto el estados como los gremios empresariales privados, la iglesia, la clase política y la universidad, harían un valioso y sobresaliente aporte a la sociedad excluida y marginada, todo lo cual contribuiría a un proceso de desarrollo económico y social, sostenible, inteligente y solidario. Solo considerando y cumpliendo estos deseos, sería una realidad contar con una Colombia bien educada, ejecutiva e inteligente.


Ignacio Aguilar Zuluaga
Profesor investigador EIAM