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¿POR QUÉ UNA MAESTRÍA EN GESTIÓN CULTURAL Y CREATIVA?

La nueva Maestría en Gestión Cultural y Creativa de la Universidad Sergio Arboleda busca aportar al fortalecimiento de la cultura y la creatividad como potenciales fuentes de desarrollo social, político y económico.

Por: Andrea Casallas Moya, directora del programa

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De acuerdo con la encuesta de consumo cultural realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en 2016, los espectáculos a los que más asistieron las personas de mayores de 12 años, fueron conciertos, recitales, presentaciones de música en espacios abiertos o cerrados en vivo (30,0%), seguidos por la asistencia a ferias o exposiciones artesanales (25,7%), teatro, ópera o danza (17,6%) y exposiciones, ferias o muestras de fotografía, pintura, grabado, dibujo, escultura o artes gráficas (12,1%).

En el mismo año, las actividades culturales a las que más asistieron los colombianos fueron las fiestas municipales o departamentales (29,2%), seguidas por la visita a parques, reservas naturales o zoológicos (26,5%), parques temáticos o de diversiones (21,5%) y carnavales, fiestas o eventos nacionales (17,3%)”.

Este panorama constituye una invitación a la academia para que reflexione acerca de un planteamiento concreto: ¿Cómo la universidad le está haciendo frente al sector cultural y cómo podría beneficiarlo?

La Maestría en Gestión Cultural y Creativa de la Universidad Sergio Arboleda aborda conceptos de gestión, cultura y creatividad que, en su conjunto, han sido planteados para dar al estudiante universos coherentes y diferenciadores en cuanto a contenidos académicos y perfiles.

Este programa académico surge, esencialmente, en respuesta a la falta de interés académico por el sector. “La Universidad está en deuda con la cultura”, advierte Alfons Martinell, destacado académico y actual director de la Cátedra Unesco, a través de la cual se busca impulsar el desarrollo de políticas públicas y culturales. Sin embargo, y como una de las pocas excepciones, La Sergio con su Escuela de Filosofía y Humanidades, se ha dado a la tarea de examinar y pensar la cultura y la creatividad de una manera versátil –nada arraigada– única y exclusivamente sustentada en esta industria como tema económico.

Hablemos, entonces, de esos conceptos particulares que distinguen este programa de Maestría con sello Sergista. En primera instancia, está la gestión (del latín gestĭo), término que hace referencia a la acción y a la consecuencia de gestionar “algo”, esto es, llevar a cabo diligencias que hacen posible la realización de una operación y se extiende al conjunto de procesos requeridos para resolver un propósito o concretar un proyecto.

La gestión tiene como objetivo primordial aumentar los resultados óptimos de una empresa; es, por tanto, una herramienta importante en el liderazgo de proyectos, debido a la misma naturaleza cambiante del negocio y a la incursión de las nuevas tecnologías. Por supuesto, sin descuidar el hecho que exige a las organizaciones renovarse constantemente para ejecutar, administrar y controlar proyectos múltiples en diversos estados del tiempo.

Estudiosos del tema como Hazler, indican que el equilibrio de este ejercicio demanda: a) Aspectos relativos a la eficiencia, es decir, la optimización de recursos y los estándares específicos de calidad. b) Los participantes, teniendo en cuenta los requerimientos y lo esperado por ellos, y c) La identificación de exigencias y aspectos no identificados.

De esta manera se puede establecer el nivel actual de la organización, se estima y presentan los recursos necesarios para llevar a cabo los procesos de planeación que darán cuenta del posicionamiento de la organización, reconociendo y pactando lo planeado, y teniendo en la mira la valoración de los resultados obtenidos. Es, a partir de esto, que surge el trabajo en equipo para presentar un trabajo congruente y consecuente con objetivos corporativos.

En cuanto al concepto de cultura, hay que decir que su enfoque está en constante debate. “Hay más de dos mil definiciones de cultura”, dice Martinell y cada uno se puede abordar desde muchas disciplinas como la economía, la etnología y la antropología, entre otras. Así, se habla de cultura y desarrollo, cultura y paz, cultura y medio ambiente… Pero, casi siempre, se olvida que no se puede pensar del todo este sector si no hay creatividad, si no hay expresividad, si no hay arte.

Las industrias culturales y creativas, entonces, se pueden definir como el sector que tiene como objetivo la producción, promoción y difusión de bienes y servicios creativos y culturales; como el centro de la economía creativa que abarca cultura y tecnología en torno a los servicios y contenidos creativos.

La universidad, en tal sentido, se convierte en agente mediador, y desde esa mediación podría buscar que las instituciones escolarizadas enfáticamente puedan deliberar actividades fuera de la academia como otros escenarios de aprendizaje que atiendan a la mediación cultural y, así, revisar oportunidades de encuentro con la cultura, y hacer la labor de “extensión universitaria” más a fin con las necesidades sociales para ofrecer, además, otras oportunidades culturales. De este modo, la investigación del sector desde la academia debe estar encaminada al servicio de la sociedad desde la creatividad.

Sin más preámbulos, hay que señalar que la gestión, encauzada a la promoción de la cultura y con ella a la creatividad, se vislumbra como una forma de desarrollo social, económico, político y cultural, concebida como un desafío en pro de formar capital humano que las impulse como lo que verdaderamente son: una apuesta versátil.