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POR SU DESEMPEÑO ACADÉMICO ESTUDIANTES SERGISTAS FUERON BECADOS PARA ESTUDIAR EN UNA DE LAS MEJORES UNIVERSIDADES DE SUECIA

Gracias al convenio entre la Universidad Sergio Arboleda, KTH Royal Institute –prestigiosa universidad en el campo de la ingeniería– y la multinacional SAAB, dos estudiantes de la Escuela de Ciencias Exactas e Ingeniería fueron becados para estudiar en Estocolmo, Suecia.

Desde 2019, La Sergio, KTH Royal Institute y SAAB, mantienen una alianza estratégica que permite que dos estudiantes destacados de la Escuela de Ciencias Exactas e Ingeniería realicen cursos avanzados en Suecia con los gastos cubiertos. Este año, Lady Salazar estudiante de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial y Carlos Santiago Palacio, estudiante de Ingeniería Electrónica, fueron los elegidos.

Los dos Sergistas, que ya contaban con una beca en la Sergio Arboleda, tuvieron un gran desempeño académico a lo largo de su carrera, lo que les permitió postularse a este programa junto a otros estudiantes destacados. Luego de superar varias pruebas y entrevistas en inglés, Lady y Carlos fueron notificados para viajar a Suecia y realizar allí un semestre de cursos de maestría de su elección.

“Cuando me enteré mi sentimiento fue especial, muy similar a cuando me gané la beca en La Sergio. Las dos experiencias fueron excepcionales. Lo primero que hice fue llorar y saltar de la emoción por ser seleccionado por una de las mejores universidades de ingeniería del mundo. Me sentí orgulloso, agradecí a Dios y a mis compañeros por su apoyo en el proceso. Grité de alegría y llamé a mis padres, fue una noticia maravillosa, pues nunca había viajado”, afirmó Carlos.

Su llegada a Suecia fue toda una aventura, pues estar en una nueva ciudad, emplear otro lenguaje y ver una cultura distinta, los impresionó. “El choque cultural fue impactante, pero al final la experiencia lo compensa todo; la oportunidad de conocer castillos, palacios, la arquitectura, la universidad que es hermosísima. Claro, no todo es fácil, no todo es color de rosa, pero hay que ver la belleza en la dificultad”, destacó Lady.

En cuanto a los cursos de maestría, ambos coinciden en el gran cambio que significa estudiar en Colombia y en Suecia. Resaltan la autonomía como una característica esencial para avanzar en los cursos, esto, principalmente por la metodología de las clases. Hicieron énfasis en las sugerencias de lectura, sitios web y demás recomendaciones que hacían los docentes suecos para motivar al estudio por medios propios, fuera del salón de clases.

“Además de ser una maestría en otro idioma, los cursos fueron bastante densos porque al elegir temas como ´Sensores médicos” e “Investigación y tecnología”, debía realizar un proyecto y un artículo científico, con la posibilidad de ser elegido para publicarlo. Siempre nos incentivan al estudio de forma autónoma, tú decides si quieres ir a las conferencias o no, depende de ti qué tanto y cómo quieres aprender” , dijo Santiago.

Las vivencias que tuvieron en Estocolmo no solo los marcó a nivel profesional, también experimentaron los efectos de las estaciones, como el invierno y el verano y les permitieron realizar diversas actividades: recorridos en kayak, patinaje sobre nieve, nadar en los lagos del archipiélago y pescar, entre otras.

También conocieron lugares como el Blå hallen (sala azul del ayuntamiento de Estocolmo), lugar donde se hace la entrega de los Premios Nobel; el palacio de Drottningholm, el Palacio Real, Gamla Stan, (la ciudad vieja); el Grona Lunds, parque de diversiones más antiguo de la ciudad, Kungstradgarden, el parque más famoso de Estocolmo, el Avicci Arena y el Museo de Arte Medieval.

Lo mejor: la multiculturalidad

Por eso, los dos estudiantes Sergistas ampliaron su red de contactos. “Gracias a unos chicos japoneses que conocimos, aprendimos a hacer sushi, a usar los palillos chinos de manera correcta, cómo portarlos para expresar respeto, también aprendimos a usar los abanicos y probamos el wasabi”, enfatizó Santiago.

Probaron algunos platos típicos, como los Kanelbullar –rollos de canela suecos– y las Kottbullar o bolas de carne, el caviar y el vino caliente. Por supuesto, de Colombia extrañaron los típicos tamales y la changua para el desayuno.

“Leidy y yo venimos de hogares en los que nuestros padres organizan todo en el tema económico, entonces, cuando SAAB nos dio el dinero asignado, empezamos a vivir de forma independiente y eso fue espectacular. Es un cambio de perspectiva total”, dijo Carlos.

“Por mi parte, señala Lady, entendí la importancia de dedicarme a algo que realmente me gusta, que no solo impliqué trabajo, trabajo y trabajo, sino que también puedas vivir, y eso lo aprendí en Estocolmo. Tú debes trabajar, pero no puedes dejar que tu vida sea solo eso. Viajar te abre tu espectro, te demuestra que hay más por conocer, más gente y mundo por recorrer”, concluyó Lady.


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