Reconocida por ser precursora en la enseñanza de flamenco, jazz y música moderna, la Fundación Conservatorio Liceu es una institución con sede en Barcelona, España, que lleva más de dos décadas trabajando con la Sergio Arboleda en pro de la enseñanza y fortalecimiento del conocimiento de los artistas.
Precisamente por ello, John Guerrero, Jonathan Camilo Reyes y Néstor Fabián Castellanos, quienes hacen parte del cuerpo docente de la Escuela de Artes y Música de la Sergio Arboleda, y de la comunidad de egresados de esta institución, decidieron aplicar al Máster en Interpretación de Jazz y Música Moderna en el conservatorio español, y obtuvieron una beca por el 50% de su matrícula.
Cada uno se destaca en un instrumento en particular con el que presentaron su audición. John, por ejemplo, con su trompeta; Jonnathan desde la percusión, y Néstor en el piano, demostraron su destreza en diversos estilos musicales que parten del jazz.
En entrevista con la ORI, los músicos hablaron de esta gran oportunidad, sus sueños, miedos y, por supuesto, de lo que esperan lograr tras culminar sus estudios en España.
¿Qué los impulsó a hacer el máster?
John: Junto a Jonathan estamos al frente de Albor, un proyecto infantil/juvenil, en el que le apostamos a enseñarle a niños y jóvenes a tocar jazz, porque existe el mito de que a un niño no se le puede enseñar, pues es muy difícil o es para intelectuales. Pero nosotros llevamos cinco años con ese proyecto, y es el que me ha alentado a estudiar, a tomar clases para seguir educando.
¿Por qué escogieron el Liceu?
John: Es un lugar con docentes de notable experiencia. Hace poco conocimos a Sergi Verges, director de la Big Band, es todo un ejemplo a seguir, quiero ser como él. ¡El Conservatorio Liceu es increíble!, por sus docentes, la Big Band, las materias y la infraestructura.
Néstor: Me llamó mucho la atención el contenido del máster, porque no está enfocado solo en un lineamiento estricto, sino que se acomoda al perfil y enfoque del músico. Por otro lado, me causa curiosidad lo que sucede en Barcelona, es un epicentro cultural que para mi profesión es muy importante. Sé, además, que la música latina tiene un gran escenario allí y es parte de mis fortalezas.
¿Cómo fue el proceso para aplicar al Máster?
Jonnathan: Había que presentar una audición donde mostrábamos el nivel que teníamos con varios estilos de música: algo latino, tradicional, suin, balada, y ritmos lentos. En un estudio hicimos esto para que quedara con buena captura y que los jurados pudieran tener una buena percepción de ello.
¿Qué sintieron cuando recibieron la admisión?
John: Yo veía esta oportunidad muy lejana porque cuando inicié en la música, estudié trompeta clásica y no de jazz, pero ser aceptado fue emocionante. Pensar en ir a otro país, volver a ser estudiante, ver tanto talento, y conocer a personas que pueden ayudarte a crecer. Es impresionante.
Jonnathan: Me impactó mucho. Ya había visitado el Conservatorio Liceu y la verdad imaginarme estudiando allá ha de ser tremenda experiencia de mucho aprendizaje. No me veo estudiando en otro lado.
Néstor: Inicialmente estaba un poco resignado porque creí que esta vez tampoco se iban a dar las cosas, ya que anteriormente apliqué a algunas becas para estudiar allí y no se dio la posibilidad, entre otras cosas, la respuesta fue más demorada en relación con la de mis compañeros, pero apenas supe que había sido admitido, quedé anonadado. Era lo que estaba buscando y sentí orgullo por este logro.
¿Cómo fue el apoyo de la Escuela?
John: He sentido un respaldo grande, nosotros estamos entregando el proyecto “big band”, que se volvió una punta de lanza de la Escuela, y la respuesta de ellos ha sido como… los ayudamos a que se vayan, sabiendo que nosotros vamos a dejar este proyecto, que ahora mismo estamos educando también a otras personas para que tomen las riendas de esto. Pero desde la U en vez de retenernos es como “váyanse, los apoyamos, ¿qué hay que hacer?”.
Néstor: La Escuela ha sido muy importante para mí, me ayudó a tomar esta decisión, me impulsó a continuar mis estudios, motivándome y dándome alternativas para cumplir esa meta. Me dieron aliento en momentos en los que me sentí desanimado y me aconsejaron durante las etapas del proceso.
¿Están preparados para el viaje?
John: Ya hice preguntas: ¿qué tal el tema de aprender catalán?, ¿cómo es la gente?, entre otras. Amigos me han dicho que la gente es increíble, muy bacana, y la gente que he conocido hasta ahora es un gran ejemplo de esto, entonces, voy con una muy buena percepción.
Néstor: Estoy un poco ansioso por estar en un país que no conozco. Es la primera vez que salgo del país y evidentemente eso me pone nervioso, pero también me da curiosidad de conocer y descubrir cómo es estar en otra cultura. Además, desde la primera vez que apliqué investigué todo, he averiguado tanto que ya tengo un mapa mental del lugar.
¿Qué sienten al dejar a sus estudiantes?
John: Es duro, no tengo hijos, pero siento que soy muy paternal y para educar, en cierta medida, hay que tener ese sentimiento. El semestre pasado hubo rumores de nuestra partida por varias actividades que estuvimos haciendo, y yo los escuchaba con el corazón roto sabiendo que sí nos íbamos.
Jonnathan: Igualmente, ellos son muy pilos y sabemos que van a estar en la jugada.
¿Qué harán tras terminar el máster?
Jonnathan: Tratar de compartir todo lo aprendido, apuntarle a seguir creciendo, emprendiendo para avanzar en este camino de la enseñanza y, por supuesto, hacer mucha música.
John: Me fascina enseñar, mis estudiantes me han llevado a dar grandes pasos y creo fielmente en que estoy aprendiendo tarde para enseñarles temprano a mis estudiantes. Entonces lo primero que quiero hacer es volver tocando muy bien para enseñar, porque somos ejemplo para los estudiantes.