William Clavijo es un colombiano de 45 años que, desde temprana edad, descubrió cuál sería su vocación. Siendo un niño, emigró a Honduras gracias al trabajo de su padre, lo que se convirtió en una oportunidad, pues allí realizó un curso de programación que despertó su curiosidad y motivación hacia esta área del conocimiento. Años más tarde, su propósito de vida giró en torno a la computación y programación, pero por diferentes circunstancias aplazó el sueño que hoy, gracias a Misión TIC 2022 y la Universidad Sergio Arboleda, retoma con más fuerza.
Luego de su paso por Honduras, emigró una vez más. Al llegar a Ciudad de Panamá, empezó a estudiar ingeniería de sistemas y, al cabo de un tiempo, tuvo la oportunidad de participar en un concurso nacional de software. “Estudiando mi pregrado, me enteré de un concurso que estaban promocionando en mi facultad. El certamen tenía como propósito desarrollar un software para el Hospital Santo Tomás de la Ciudad de Panamá. Me motivó tanto que decidí convencer a mis compañeros para participar y logramos ser los únicos representantes de la universidad. Tras afrontar momentos difíciles, sacamos adelante el proyecto y llegamos a la etapa final. Aunque no ganamos fue una gran experiencia que ratificó mi amor por esta ciencia”, aseguró William Clavijo, participante de Misión TIC 2022 de la Universidad Sergio Arboleda.
Siendo muy joven, encontró varias ofertas laborales que le impidieron culminar su formación profesional. Sin perder el horizonte que se planteó desde niño, enfocó su vida hacia el área de los sistemas, aunque dejó en pausa la programación. Con un gran portafolio de clientes y diferentes proyectos, decidió volver junto a su familia a su país natal.
Al regresar a Colombia, se encontraba con mucha incertidumbre, pues no sabía qué le depararía el futuro y fue en ese momento cuando se enteró de la convocatoria del MinTIC, y con el deseo de cumplir sus sueños, sintió que no debía dejar pasar la oportunidad. “Mi esposa fue la primera en ver la convocatoria de Misión TIC 2022. Cuando me la mostró dije: llegó el momento. Sentía mil cosas dentro de mí, y ese era mi camino, lo sentí como una señal de Dios”, sostuvo el beneficiario.
Persiguiendo la meta de convertirse en un programador, se preparó para las pruebas de ingreso y una vez fue notificado de su aceptación en el programa gubernamental, empezó con la tarea de conocer las universidades en las que podía adelantar su proceso de formación. En esa instancia, no dudó en seleccionar la Universidad Sergio Arboleda por su impronta humanista de formar profesionales integrales, con las competencias del mundo 4.0.
“Esta es una iniciativa muy visionaria por parte del Gobierno Nacional, se dieron cuenta de la falta de capital humano en esta área y nos están dando la oportunidad de cambiar vidas. Por otro lado, una de las cosas que más destacó de La Sergio, es que desde el primer momento me sentí un Sergista más, me recibieron como si fuera un estudiante de pregrado o postgrado”, manifestó William Clavijo.
Volver a estudiar programación llena de satisfacción a William, pero, con el deseo de siempre querer más, su siguiente paso es tener la oportunidad de aplicar todos los conocimientos que ha adquirido a lo largo del programa con un emprendimiento. “Tengo en mente desarrollar un programa para el seguimiento de cadenas de rutas de transporte”, dice, además de otras ideas de negocio que ha creado en equipo con sus compañeros de Misión TIC.
A su vez, el proceso de formación que adelanta en La Sergio ha cumplido con sus expectativas. “Algo que me ha gustado, es que la Universidad no solo se ha enfocado en nuestra formación técnica, sino que también ha estado dándonos clases para mejorar nuestras habilidades blandas. Destaco el apoyo que hemos recibido para crecer como personas, nos han brindado herramientas de comunicación asertiva para ser capaces de vender y dar a conocer nuestras ideas”, aseguró el beneficiario.