Cristian Polanco y Olga Tapiero colaboradores de La Sergio

“Desde 2009, mi año de ingreso a La Sergio, mi primera percepción fue muy agradable. Lo que más me gustó fue el apoyo fundamental que brindan a las familias”, así recordó Olga Tapiero Zabala, auxiliar administrativa de PRIME Business School, que hoy le reconoce a la Institución el sentido humanista en sus relaciones con los colaboradores.

Enamorada de sus funciones, Olga Tapiero, de 57 años, rememoró los 13 años en los que La Sergio se ha convertido en parte de su vida, donde además de acogerla y ofrecerle grandes amistades, fue ayuda valiosa para acceder a una vivienda. “La Universidad me ofreció la posibilidad de obtener un crédito para financiar una casa y, gracias a ellos, hoy cuento con esta gran oportunidad”, recordó esbozando una sonrisa.

Así como su personalidad reservada, la colaboradora Sergista define en una corta pero sentida frase a la Universidad: “La Sergio es mi hogar, la veo como lo es, mi segunda casa. La casa donde está mi familia”, concluyó mirando con alegría a su hijo, Camilo Polanco Tapiero, quien concuerda con la frase de su mamá, afirmando “aquí está mi familia”.

Cristian, un joven de 29 años, llegó a la Institución en 2016 y por sus habilidades, hoy se desempeña como coordinador de comunicaciones de la Escuela de Artes y Música. “El trato con los colaboradores y los estudiantes fue algo que identifiqué de inmediato a mi llegada; es humano, distinto, cálido, me hizo sentir a gusto”, recordó.

De igual forma, siente oportuno agradecer a quienes vieron en él talentos y le extendieron la mano. “En la Dirección de Comunicaciones tuve oportunidad de trabajar con María Margarita Tello Cuervo, coordinadora de Diseño Editorial. Fue un proceso muy lindo en el que pude explorar mis habilidades y continuar creciendo laboralmente”.

Para Cristian Camilo ver a su mamá en la casa y también en el trabajo ha afianzado su relación mutua. “Eso es chévere, motivante. Venimos juntos y nos vamos juntos. Siempre hemos sido muy unidos y La Sergio nos dio la posibilidad de estar aún más unidos”, resaltó.

Esta experiencia ha fortalecido el hogar que comparte con su padre y sus dos hermanas. Este Sergista dice sentirse cómodo en su trabajo, agradece las enseñanzas y la orientación que ha recibido de Julián Montaña Rodríguez, decano de la Escuela de Artes y Música. “Con él he aprendido muchísimo, me ha ayudado a expandir mis conocimientos y proyectarme. Solo tengo para decirle gracias, gracias por ayudarme a crecer”.

Cristian Camilo y su madre han vivido en la Institución oportunidades de crecimiento laboral, reconocen las ventajas de iniciar el estudio que desean y exaltan el humanismo y carisma de quienes conforman esta gran casa, su casa.


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