No fue un día cotidiano en la Universidad. Siendo las ocho de la mañana, los Sergistas experimentaron un saludo diferente por medio de lenguaje de señas, una forma de comunicar que generó sorpresa en los estudiantes.
Hola, buenos días, por favor y gracias, fueron algunas de las expresiones que aprendieron, para que en algún momento de sus vidas les ayuden a entablar una conversación con un interlocutor que tenga discapacidad auditiva.
Al medio día, dos agrupaciones Sergistas se tomaron la Plazoleta de las Mariposas. El inicio se dio con Ensamble Sabrosón, una agrupación conformada por estudiantes con diversas discapacidades, quienes se encargaron de deleitar a toda la comunidad con ritmos afrocubanos y tropicales. Una hora más tarde, el turno fue para Ensamble Vallenato, que puso a bailar a los asistentes al son de Sin medir distancias y Ausencia.
El cierre del show musical estuvo a cargo de la Orquesta Sin Reserva, agrupación conformada por personas con múltiples discapacidades, quienes a través de la música han luchado en contra de la exclusión. “Hacemos terapia a través de la música, no sabemos cómo, pero lo hacemos” dijo durante la presentación José Velásquez, director y creador de la agrupación.
Sumado a esto, se contó con un espacio de reflexión y encuentro con la espiritualidad. En el marco de la cátedra El Arte de Vivir “Rodrigo Noguera Laborde”, hubo una charla a cargo del ganador del premio Héroe CNN 2016, Jeison Aristizábal, quien sufre de parálisis cerebral.
Este comunicador social y próximamente abogado, supo desde pequeño que su vida no iba a ser igual a la de los demás. Sin embargo, nunca desistió, a pesar de las adversidades económicas y físicas. “Disfruto cada instante de mi vida”, repetía continuamente Jeison, mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.
“Es más feliz el que entrega, que quien recibe”, manifestó Jeison al hablar de la fundación que tiene en Cali, en la que atiende a más de 720 niños con discapacidad, brindándoles educación, alimentación, terapias y lo más importante, amor.
La última actividad de la jornada fue el circuito de accesibilidad. Situarse en la posición del otro es de vital importancia, por eso, los estudiantes se vieron inmersos en escenarios cotidianos que viven quienes presentan diversas discapacidades. Comunicarse a través de señas y atravesar obstáculos con los ojos vendados fueron algunas de las acciones que se realizaron dentro del circuito.
La jornada cumplió con su objetivo, promover a la Universidad Sergio Arboleda como un territorio incluyente y generar conciencia de que a través de esa diferencia nos enriquecemos como comunidad. De todos como sociedad depende dignificar la vida de quienes son diferentes.
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