La carrera de contaduría pública es conocida por su enfoque técnico y estructurado, pero para Santiago Sánchez, fue mucho más que un simple camino hacia la profesión. Para él, esta carrera se convirtió en una herramienta clave para generar un cambio positivo, no solo en el ámbito profesional, sino también en el social.
Desde sus inicios, Santiago mostró una gran pasión por las finanzas y la transparencia, pilares fundamentales para quienes buscan dejar una huella positiva en un entorno lleno de desafíos éticos y sociales. “Siempre he sido una persona que valora la rectitud, especialmente en un país donde la corrupción es un desafío constante. Mi propósito de vida siempre ha sido generar un cambio, y la contaduría pública me dio el espacio para hacerlo dentro de las organizaciones”, comenta.
A lo largo de su formación, Santiago integró su activismo en la defensa de los derechos humanos, particularmente por la comunidad LGBT y el feminismo. Esto lo llevó a desempeñarse como representante estudiantil en varias instancias, como el Comité CAOVAS, y a dirigir “Odisea”, la organización de diversidad sexual de la universidad. Uno de sus mayores logros fue la implementación de los baños mixtos en la Sergio Arboleda, una iniciativa que creó un espacio inclusivo y respetuoso para todos los estudiantes, independientemente de su identidad de género. “El baño mixto fue una gran victoria. No se trataba solo de un cambio físico, sino de un reconocimiento a la diversidad, ya que todos merecemos los mismos derechos y respeto, sin importar nuestra identidad”, asegura.
La Universidad Sergio Arboleda, con su enfoque humanista, desempeñó un papel crucial en la formación de Santiago. “Lo que más me gustó de estudiar contaduría en La Sergio fue la perspectiva humanista que impregna la enseñanza. Los profesores nos invitan no solo a comprender los números, sino también a entender el impacto de nuestro trabajo en la sociedad”, señala.
Más allá de los conocimientos técnicos, la universidad brindó a Santiago herramientas de liderazgo, coaching y gerencia, preparándolo para enfrentar los retos del mundo profesional con una visión integral que valora tanto las habilidades técnicas como la capacidad de trabajar con personas de diferentes sectores.
Uno de los mayores desafíos que enfrentó fue el rechazo en varios trabajos debido a su identidad LGBT, pero gracias al apoyo de la universidad, especialmente del Comité CAOVAS, logró superar ese obstáculo. “Fue una experiencia difícil, pero también una lección importante: si un lugar no me acepta por lo que soy, no es el lugar adecuado para mí. Con perseverancia y apoyo, logré encontrar un espacio donde puedo ser yo mismo y aportar desde mi esencia”, reflexiona.
Para Santiago, ser Sergista no solo significa obtener un título universitario, sino vivir según los principios de ética, responsabilidad y humanismo. “Ser Sergista es ser una persona ética, que no se deja corromper, que tiene una base humana sólida. Eso ha influido tanto en mi vida profesional como en mi activismo”.
Con la mirada puesta en el futuro, Santiago hace un llamado a todos los estudiantes y futuros Sergistas a mantener sus ideales y no rendirse ante los obstáculos. Les recuerda que, más allá de cualquier carrera, lo más importante es generar un impacto positivo en la sociedad. “Los invito a unirse a la comunidad de la Sergio Arboleda, a descubrir la esencia humanista que nos distingue y a aplicar esos valores en cualquier carrera que elijan. No se trata solo de adquirir una profesión, sino de crecer como seres humanos comprometidos con el bienestar de los demás.”