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PANAMÁ, UN DESTINO HISTÓRICO Y COMERCIAL

Panamá ha tejido su historia sobre la innovación y el desarrollo cultivado en torno a su relación con los océanos Pacífico y Atlántico, los cuales le han posicionado como un destino turístico y mercantil.

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La Oficina de Relaciones Internacionales te acerca a Panamá, país que tiene cerca de 4.177 millones de habitantes, de acuerdo con los registros de 2018, y que se asienta sobre el istmo que une a las Américas. Este destino limita al norte con el océano Atlántico y el mar Caribe y al sur con el océano Pacífico.

Su historia se remonta al año 1500 cuando se fundó lo que actualmente se conoce como Panamá Viejo, un terreno que tenía 50 hectáreas, de las que hoy solo quedan 28. Allí se ubica el Fuerte de San Lorenzo, declarado en 1980 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Este lugar, construido por el Rey Felipe II, aún conserva las ruinas de los cañones y de las torres que hacían las veces de campanario y puntos de vigilancia, los cuales sirvieron, en su época, como la primera línea de defensa de las colonias españolas contra las inglesas.

El fuerte no duró mucho, ya que en 1671 fue destruido por los saqueos y los ataques provenientes de las instrucciones del capitán pirata Henry Morgan. Esto dio pie a que, en 1683 y a 8 kilómetros de allí, se fundara la segunda ciudad conocida como Casco Antiguo, sitio en donde hoy se encuentran oficinas gubernamentales y edificios que dejan ver la influencia del estilo neocolonial francés, italiano y español.

Aunque actualmente estos dos lugares son muy visitados, gran parte del protagonismo turístico y económico se lo lleva su capital, Ciudad de Panamá, con su imponente colección de rascacielos que contrasta con las construcciones tradicionales. Esta área metropolitana fue la misma que en 1999 vio alcanzar la soberanía total del país.

Aguas que comunican con el progreso

La disputa que se tejió por el control del paso de embarcaciones mercantiles que transitaban por la zona para comunicar e intercambiar bienes entre el océano Pacífico y el océano Atlántico fue histórica. La independencia panameña de Colombia en 1821 se convirtió en el motor que le traería inmensas ganancias y beneficios futuros. Fue así que, 120 años después, en 1914, Estados Unidos inició la construcción del canal, logrando lo que pretendían ser los “derechos de posesión a perpetuidad” del mismo, pero en 1999, Panamá obtuvo el control de esta maravilla de la ingeniería, que, en sus 80 kilómetros de extensión, permite diariamente el paso de más de 40 embarcaciones.

En 2016 concluyó la ampliación del canal, obra que venía realizándose desde 2009, la cual permitió crear un tercer “carril”. En este, los buques que llegan a medir 366 metros de largo y unos 55 de ancho encuentran la posibilidad de ahorrar un 30% más de tiempo en comparación con otros caminos como la Ruta Magallanes, que rodea Sur América, o el Paso del Norte, que se ubica sobre el Ártico, pero que en términos de navegación es peligroso y mercantilmente no es productivo. Además, las embarcaciones pueden tardar más de dos semanas en estos trayectos, mientras que por el canal toman entre 8 y 10 horas.

Más por descubrir

Otro gran atractivo es el Archipiélago de San Blas, declarado como Parque Natural en 1984, el cual posee 365 islas, una para cada día del año. En algunas de ellas, habitan los integrantes de la tribu Guna Yala, una comunidad de más de 30.000 personas provenientes de Colombia, quienes 500 años atrás se vieron obligados a emigrar a la tierra del panna mai, el “más allá”, término del que algunos teóricos e historiadores sostienen que surgió la palabra Panamá.

Sus bosques próximos, que en un 30% son reservas naturales, también acogen a la tribu Emberá, compuesta por cerca de 38.000 aborígenes que protegen este paraíso tropical en distintos puntos. Esta población ha visto en el turismo una alternativa para preservar sus tradiciones y enseñanzas, puesto que es posible adentrarse en la selva para conocer de cerca su comunidad. Así como en el canal se interactúa con mercancías, en el húmedo bosque se hace con la cultura.

Definitivamente, este es un destino que tiene todo para ofrecer a turistas, viajeros de negocios y locales: modernos espacios, parajes coloniales, hermosas playas y selvas vírgenes en las que se pueden observar más de 976 especies de aves migratorias.

Datos de interés

Idioma: Español
Superficie: 75.517 km²
Moneda: Dólar y Balboa. Los dos tienen el mismo valor, pero el Balboa sólo existe en Panamá.
Plato típico: pargo rojo, pescado freído y servido con patacones, arroz con coco, ensalada y algunas piezas de camarón. Se caracteriza por la concentración de sabores de la salsa de vegetales que lo cubre y que le da la armonía entre su crocante piel y su suave interior.


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