Conocido como el primer y único satélite colombiano en el espacio, Libertad 1 despegó a bordo del Cohete Dnepr 2 y solo dieciséis minutos después del lanzamiento se separó de la nave. En Colombia, nadie pudo apreciarlo en vivo y en directo. El equipo de investigadores, las directivas de la universidad y los aficionados que a la 1:46 de la madrugada se reunieron en el Observatorio Astronómico de la Universidad Sergio Arboleda, tan solo recibieron una señal de la Agencia Espacial Cosmotras, con los detalles del lanzamiento.
Casi una hora después, uno de los satélites que iba a bordo del cohete empezó a transmitir señales. Ya estaba en el espacio. “De Stanford nos enviaron un correo diciendo que habían percibido señales de uno de los satélites –ya que eran 7- y querían verificar si era el nuestro”, relata Raúl Joya, director del Observatorio Astronómico de la Universidad Sergio Arboleda.
“Nosotros la desencriptamos y, efectivamente, era Libertad 1 el que estaba transmitiendo con nuestro código. Fue motivo de gran celebración porque era la coronación de recibir desde el espacio las señales que estábamos esperando”, rememora.
Pero Libertad 1 dejó algo más que las señales y datos telemétricos que enviaba desde el espacio. Su legado fue profundizar en un campo del conocimiento, hasta ese momento, exclusivo para los países de primer mundo. “Fue un logro académico de la Universidad porque desde aquí se gestó toda la planeación, estrategia y proceso de ingeniería. Fue un trabajo muy satisfactorio porque se realizaron investigaciones, que arrojaron importantes resultados, se formaron estudiantes, docentes y se motivó a cientos de jóvenes a ingresar a la Universidad para trabajar en este campo. Por otro lado, el mensaje que enviamos a nivel nacional e internacional es que sí se puede”, sostiene Joya.
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