Justin Cardona nació hace 17 años en Medellín, la ‘ciudad de la eterna primavera’. A tan solo ocho meses de haber finalizado su formación como bachiller y haber empezado una media técnica en desarrollo de software, trabaja por el sueño de ser uno de los mejores programadores del país. Hoy en día, se prepara para continuar con su formación en esta área del conocimiento y busca convertirse en un programador del mundo 4.0 gracias a Misión TIC 2022 de la Universidad Sergio Arboleda.

Al ver cómo la tecnología impacta positivamente la sociedad, a los 14 años Justin decidió que la ciencia de datos sería su plan de vida. “Quiero dedicarme a ayudar a las personas a través del código”, pensó en el momento en el que estaba finalizando sus estudios en desarrollo de software y se enteró del programa del MinTIC. Tras revisar los testimonios de los primeros tripulantes, no dudó en participar en el programa del gobierno que busca formar a 100 mil programadores en el país y disminuir la brecha de talento digital.

“El amor que tengo hacia esta área nació de las aplicaciones que han cambiado la vida de las personas, son una fuente de inspiración para mí. Por eso, sueño con ser libre y con esto me refiero a ser más artístico, a tener la oportunidad de rebelarme en el arte y, así, crear una plataforma musical para conectar mis dos grandes pasiones: la programación y el Hip Hop”, aseguró Justin Cardona.

La idea de crear esta aplicación surgió al darse cuenta de que las oportunidades que tienen los jóvenes para exhibir su talento son muy pocas, aunque su ciudad se caracteriza por ser la capital productora de música. De acuerdo con Justin, cuando las personas no pueden acceder a las grandes disqueras, desperdician su talento, se truncan sus sueños y, por consiguiente, su proyecto de vida es menos fructífero de lo que podría ser.

“Me gustaría que los jóvenes dejen a un lado la violencia y empiecen a hacer música para construir paz. En Medellín, la música es nuestro día a día y hay personas con mucho talento, pero por la falta de oportunidades se pierde. Por eso, quiero brindarles una herramienta para que estos jóvenes se revelen por medio de la música”, sostuvo el participante.

De acuerdo con Justin, su amor por esta ciencia no tiene límites, en virtud de lo cual quiere aprender todo lo que le sea posible sobre programación, ya que, como él afirma, “el conocimiento es un mar y lo que uno sabe es una gota”. Por esto, quiere terminar con éxito Misión TIC 2022 y empezar su formación técnica en desarrollo de software, para luego continuar con su educación profesional y convertirse en un ingeniero de la Cuarta Revolución Industrial.

Pero Justin no solo ve oportunidades para los jóvenes artistas de su ciudad. El trabajo de su mamá también le plantea retos en los que quiere trabajar. “Ella trabaja en un restaurante y tiene que llevar las cuentas y la nómina en un cuaderno. Pero, en muchas ocasiones, al hacer la relación tiene que dedicar mucho tiempo y pueden surgir errores. Por eso, una vez finalice mi proceso en Misión TIC, quiero crear una aplicación que le permita automatizar estos procedimientos”, explica.

Del proceso de formación que adelanta en La Sergio, Justin destaca que, a la par que ha adquirido conocimientos teóricos y prácticos, también ha aprendido a tener empatía y a descubrir algunas habilidades blandas, las cuales son fundamentales en la sociedad 4.0.

“Como muchos de mis compañeros, al estar dando nuestros primeros pasos en este mundo, no tenemos los conocimientos para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos, por eso, me han parecido muy enriquecedoras las diferentes herramientas que nos ha brindado la Universidad en todo el proceso. Nunca nos han dejado solos, siempre hay un tutor o docente dispuesto a ayudarnos a resolver dudas, son grandes personas con una alta calidad de formación que han cambiado mi vida”, puntualizó

La Universidad Sergio Arboleda, reconocida por su proyecto educativo La Sergio 4.0, con el que busca actualizar y formar a los líderes de la transformación digital en el país, acompaña a 4.450 colombianos en la realización de su sueño de formarse como programadores.


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